CAPITULO 11.

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—Estoy lista. —Le avisé, su vista se posó sobre mí y me examinó. Sonrió en tono de aprobación y se levantó del sofá, sacó sus llaves de unos de los bolsillos de su chaqueta de mezclilla y las meneó delante de mis ojos.

—Vámonos.

Salimos de la casa, y caminamos hasta llegar a su auto que estaba aparcado en la acera de enfrente a mi casa. En menos de un minuto nos encontrábamos de camino a la veterinaria en donde trabajo.

— ¿Te has dado cuenta que desde que estamos juntos cada vez que estás en mi auto no dices nada?

—Estoy pensativa, eso es todo.

— ¿Y en qué piensas?

—En varias cosas... —Susurré.

— ¿Cómo cuáles?

Tomé aire y miré el camino que teníamos por delante.

—No es nada malo.

—Debe ser algo malo porque sino no estuvieras tan callada. Tú no eres una chica de estar callada por un largo período de tiempo, Nath.

¿Cómo te digo que por más que me gusta la manera en la que me tocas, más me aterra el hecho de quedar embarazada?

Mientras me arreglaba las palabras de mi madre resonaban con fuerza por mi cabeza; nunca me ha sido necesario ponerme en control con pastillas anticonceptivas o algún otro método preventivo puesto que nunca he tenido relaciones sexuales con riesgo a embarazo, pero tengo el presentimiento de que con Khaled no podré seguir a la buena de Dios.

—Estaba pensando en qué... —Aclaré mi garganta—. Deberíamos tener ciertos límites. —me miró confundido.

— ¿A qué te refieres?

—Con el tema del sexo. No estoy en control ginecológico, Khaled. —Volvió a mirarme por un segundo—. Sé que se puede solucionar, pero mientras hago esas gestiones, no debemos jugar con fuego. —Una media sonrisa se formó en sus labios—. Yo de verdad no quiero un bebé ahora, y creo que tú menos.

Se encogió de hombros.

—Si llega pues nos hacemos cargo y listo. Yo estoy a punto de graduarme, puedo mantenerlos a ti y al bebé sin problemas si eso llegase a pasar.

Me quedé boquiabierta y no supe si darle un puñetazo o respirar profundo. Preferí lo segundo.

—Pues a mí me falta dos años para graduarme, y un bebé no está en mis planes por los momentos. Así que, si quieres tener sexo conmigo con penetración tendrás que usar preservativo mientras que yo me pongo en control. —Sentencié, notoriamente molesta por su respuesta tan machista—. Aunque pensándolo bien, no creo que vayamos a tener sexo todavía.

—Está bien, lo siento. —Suspiró—. Realmente tampoco quiero que salgas embarazada, así que prometo controlarme si tú también lo haces.

—Bien.

Al llegar a la veterinaria me despedí de Khaled prometiéndole que lo esperaría a la hora de salida para ir a cenar. Lo primero que hice al entrar fue saludar a nuestros pacientes y a la secretaria del lugar, hoy tal parece ser un día agitado, hay varias personas esperando para que sus mascotas sean atendidas.

— ¿Leila está ocupada ahora, Cameron? —Le pregunté a la chica de unos treinta años que está de secretaria hoy.

—Está atendiendo a un cerdito, pero creo que puedas pasar a verla.

—Vale. —Antes de ir a saludar a la doctora Leila DeLuca fui a cambiarme, era estrictamente necesario utilizar uniforme así que fue lo primero que hice. Recogí mi cabello en una cola de caballo y salí hacia los consultorios.

Unconditionally (Saga Turner. Libro II).Where stories live. Discover now