Capítulo 2. Consecuencias.

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Emily Stone

—¡Chicos, la cena está lista!—la voz de mi madre resonó en toda la casa, haciendo que dejara mi móvil en el edredón de mi cama y correr a la cocina.

Me senté en mi lugar habitual junto a Eddy y mi otro hermano, Dylan, de quince años.

—¿Dónde está papá?—pregunté mirando a mi madre, esperando su respuesta.

—No podía venir a cenar, trabajará hasta tarde hoy.—respondió ella con una sonrisa triste.

Mi hermano estaba hablando de cómo habían ido las pruebas de fútbol en el instituto, quejándose de cómo algunos chicos entraban sólo por enchufe. Mi hermano mayor, Dave, con veinte años de edad, le encantan las chicas y el fútbol cómo al que más. Sorprendentemente, se las arregló para conseguir buenas notas y entrar en Brown, que está más o menos a dos horas de Nueva York. Él va a volver en una semana, ahora está en casa de visita.

—Tu estás en el equipo de tu universidad, ¿no Dave?—le pregunté llevando una cucharada de guisantes hacia mi boca.

—¡Por supuesto que lo estoy!—él me miró como si estuviera loca.

Eddy y Dylan se echaron a reír y cuando tragué los guisantes me uní a ellos.

—Mamá—gimió Dave alargando la 'a'.—Se están burlando de mí.

—Chicos, parad.—ella trató de ocultar la sonrisa que tiraba de sus labios y siguió comiendo.—¿Qué tal el entrenamiento Eddy?

—¡Fue increíble! Hice un nuevo amigo llamado Tyler y Em y yo lo llevamos a su casa porque nadie podía recogerlo.—mi madre frunció el ceño.

—¿Por qué?—dirigió su mirada hacia mí. Tragué el trozo de tofu que había masticado segundos antes. Si mis padres se enteran de que he pisado el Bronx, me matarán.

—Sus padres estaban trabajando y sabiendo que tiene solo siete años, no le voy a dejar ir solo en metro.—me encogí de hombros, tratando de parecer casual.

Ella asintió con la cabeza:—¿Y dónde vive?—preguntó interesada. Maldita sea, ¿por qué de repente se preocupa tanto?

—Él vive en un barrio pobre que da miedo. El nuestro es mucho más bonito.—Eddy respondió antes que yo, dejando su vaso de agua sobre la mesa.

—Mamá, esta comida está deliciosa, tienes que hacerla más a menudo.—traté de cambiar de tema y miré hacia abajo a mi plato casi vacío, sólo con algunos restos de tofu a la plancha y guisantes. 

Hay una mujer, María, que se encarga de las tareas domésticas desde que puedo recordar. Ella es como la hermana mayor que nunca tendré ya que sólo tiene unos treinta años. Pero a mi madre le encanta cocinar así que por lo general se encarga de a hacerlo y María rara vez prepara cualquier comida.

Volviendo al presente, maldije en voz baja y ya podía sentir los ojos de mi madre quemándome por los lados.

—Emily Rose Stone, mírame.—de repente todo el mundo se calla y se podía oír caer un alfiler. Ella sólo usa mi nombre completo cuando está muy enfadada.

La miré vacilante. Parecía muy enfadada, era casi tan aterradora como el hermano de Tyler y sus amigos.

—Hablaremos de esto más tarde. No quiero hacer una escena ahora.—su voz era severa y me hizo perder el apetito.

Comimos en silencio durante el resto de la cena, un silencio muy incómodo.

Cuando terminamos me llevé a Eddy a la cama, me lavé los dientes y tomé una ducha tratando de tardar lo mayor posible, aunque sabia que tendría que enfrentarme a mi madre de todos lados.

B.R.O.N.X. » l.h. [Adaptada.]Where stories live. Discover now