Quería verlo, llevaba días pensando en lo ocurrido, todo había salido bien, mi padre regreso de su viaje, no se entero de nada y conocí a un chico lindo que no creía volver a ver, pero aún así me basta esa pequeña ilusión de poder verlo para sonreír todo el día.

Escucho un fuerte golpe detrás de mi puerta y me incorporo rápidamente al ver a mi padre entrar, por su reacción puedo deducir que está enojado. Observo como mis audífonos caen al suelo, por el susto los jalo y estos se rompen.

-¡¿Cómo es eso que saliste?!- mi padre esta que echa fuego por todo su cuerpo.

-Yo... yo... yo no sé de qué hablas- puse mi cara inocente. Era la primera vez que salía a escondidas en mis 18 años y mi padre se había enterrado. Alguien me debía una gran explicación, teniendo en cuenta que ya habían pasado días y no habían dicho nada.

-No mientas Natalie- ¡oh, oh! Me dijo por mi nombre, realmente estoy en problemas. -¡No quiero volver a ver a Diana por aquí en un mes!-

-¡Pero papá!- me acerco a él, pero me detiene antes de que llegue.

-Nada de peros- da un gran suspiro tratando de controlarse. Eso significaba algo bueno ¿no? -Tu sabes muy bien que no puedes salir mientras yo no este, hay reglas y las sabes-

¿Mientras él no este? -Sí, claro- lo miro molesta y él parece darse cuenta poniéndose rápidamente a la defensiva. -Tu no me dejas salir ni cuando estas en la casa, estoy harta de estar encerrada, quiero vivir, por favor papá, déjame vivir, sé que soy lo único que te queda, pero por una vez en la vida, no quiero protección, no podemos cambiar nuestro destino- una lagrima comienza a correr por mi mejilla.

Mi padre me abraza protectoramente, no le gusta verme llorar y hemos tenido esta platica desde hace varios años y siempre es lo mismo. -No quiero perderte a ti también- me dice en tono de suplica.

-No lo harás, solo quiero ser una chica normal de 18 años- mi padre comienza a acariciar mi cabello.

-Pero no eres normal- su voz sale sin emoción alguna.

-Lo sé, no tienes que recordármelo- mi padre me separa de él, me limpia las lágrimas gentilmente y sonríe.

-Te daré permiso de que vayas a comprar películas o algún disco que te guste, tienes media hora-

-¡¿En serio?!- mi padre asiente y lo abrazo feliz, es lo mejor que me ha dicho desde que entró a mi habitación. -¿y sobre Diana?-

-Puede seguir viniendo, pero no quiero alguna otra escapada- me advierte.

-¿Quién te lo dijo?- pregunto curiosa, quería saber quién me debia una buena explicación, se suponía que serían mis cómplices.

-Te vieron. Hare como si esto no hubiera pasado, no hagas que me arrepienta mi niña- y aquí estaba nuevamente mi padre cariñoso que tanto amaba y me protegía.

Me despido con un beso en la mejilla de él y bajo rápidamente las escaleras en busca de Anthony, tenía media hora para comprar lo que quisiera y no podía desperdiciar mi tiempo.

-*-

Comencé a recorrer los pasillos del mixup en busca de algo nuevo que escuchar.

-Hola Nick, ¿algo en especial?- volteo a la voz que me hablo y veo a Thomas, un muchacho de la edad que trabaja los fines de semana en el lugar.

-Estoy viendo solamente, nada en especial-

El chico se encoje de hombros. -Si necesitas ayuda para eso estamos- y se dispone a irse.

-Espera- Thomas se detiene y hace un leve movimiento con la cabeza para que hable. -¿Sabes algo sobre la chica misteriosa del pueblo?-

Thomas piensa unos segundos y se encoje de hombros. -No mucho, solo lo que he escuchado-

-Cuéntame- digo curioso.

-Es la hija del señor Snow, algunos dicen que está muerta y que camina por las noches asustando a las personas, otros dicen que está encerrada en su casa, que esta loca y por eso no la dejan salir- Esto es nuevo, nadie me había dicho que pensaban que estuviera loca. -¿Por qué el interés?-

-Escuche sobre ella y me dio curiosidad de saber más-

-Los que dicen a verla visto aseguran que es una chica muy linda-

-¿Pelirroja?-

Thomas comienza a reírse por mi pregunta. -No lo creo, es solo una leyenda- y se aleja sin decir nada más.

-Creo que has estado investigando- volteo rápidamente al escuchar su voz. La tenía enfrente, no lo podía creer, en su mano sostenía unos audífonos. Le había suplicado a Diana que me dijera más sobre ella pero solo se negó.

-*-

Al verlo tan nervioso al darse cuenta de mi presencia hizo que me sonrojara un momento. -¿Qué me dices tú sobre ella?- me pregunta. Me dirijo a la estanterías de películas siendo seguida por él.

-*-

Se encoge de hombros y comienza a buscar entre las estantería de películas románticas. -No mucho. Solo es una chica normal en busca de libertad- toma una película lee la sinopsis por un momento y voltea a verme. -Solo pocos tienen el privilegio de verla, es como un fantasma, sale pocas veces al año- sonríe.

-*-

Niega con la cabeza varias veces, este chico es tan lindo y al parecer acaba de entender todo o más bien, le he confirmado sus sospechas. -¿Por qué nadie sabe de ti?- pregunta confundido.

-Tú no eres nadie- miro la hora en mi reloj de mano, el tiempo se acaba. Paso por su lado y me detiene sosteniéndome por el brazo.

-*-

-¿Cómo te llamas?- Ella sonríe, al perecer le gusta jugar de esta manera conmigo y eso solo aumenta mi curiosidad por conocerla.

-Todo a su tiempo. Una incógnita a la vez- la miro esperando a que siga hablando y ella parece entender mi mirada. -preguntaste como encontrarme, ya tienes la respuesta a la primera pregunta, muy pronto sabrás la segunda- me guiña un ojo, la suelto de brazo y continua su camino dedicándome una hermosa sonrisa encantadora.

Todo a su tiempo, eso quiere decir que la volveré a ver.

-*-

Todo a su tiempo, solo espero poder verlo una vez más.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Hola a todos, aquí está el segundo capítulo, espero y les haya gustado.

No olviden comentar y/o votar si les gusto.

Nos vemos el próximo viernes.

Los quiero a todos 😁

Los colores de la vidaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz