Capítulo nueve; autumn

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Sin previo aviso frente a nosotros ya yacían los muros de una comunidad, de la que rápidamente salió Autumn aplaudiendo con una sonrisa.

—¿Te has dado cuenta? —interroga acercándose—. Sabia que vendrían, son bastante idiotas al creer que con tan solo presentarse aquí tendrán de regreso a la pequeña niña.

Eleva sus cejas y se encoge de hombros, como en una señal, con la que algunas mujeres reaccionaron a cargar sus armas en forma de amenaza. Fruncí el ceño observando nuevamente a la pelinegra.

—Solo es una niña, quiere estar con su madre.

—Ella no es el problema; la niña está bien —observa a Summer con fastidio—. Tú eres el problema —me señala—, eres el único problema. Sé que ahora mismo, ustedes —nos señala a la par que camina alrededor de nosotros—; están llenos de esperanza, esperanza que me daña a mí —detiene su caminata frente a mí—; conozco a los hombres como tú, fuertes, leales, tercos, inteligentes, llenos de esperanza..., y la esperanza es más fuerte que el miedo, un poco de esperanza es eficaz. Pero demasiada —pausa un segundo —, es peligrosa. Rick Grimes, en este caso, como eres el líder de este pequeño grupo eres la esperanza de ellos, de Daryl, de Glenn, de Maggie, de Summer, de Carl y la pequeña Judith —tensandome ante las últimas palabras la observé a los ojos con atención, a lo que ella reaccionó curvando la punta de sus labios en una sonrisa—, no puedo extinguir la esperanza; es algo netamente imposible, pero puedo apagarla por unos momentos. ¿Recuerdas la muerte de Lori?

Apretando con fuerza los dientes me obligo a tranquilizarme, sabia lo que pretendía y no se lo permitiría.

—Exacto, a eso me refiero —agrega con rabia. Me trago mi opinión y me dedico a observarla—. No puedo detenerte, como dije conozco a los hombres como tú. Pero puedo arrebatarte lo que más amas. ¿Dejaste a salvo a Carl y a Judith? —manteniéndome inerte noté como sonreía—. Recuerda esto Rick; lo que más amamos, son aquellas cosas que más nos derruyen.

La chica era inteligente, no podía negarlo, sin embargo no lo era lo suficiente. Quizás sabía como averiguar información sin desplegar sospechas, pero no sabía deducirlo.

Sabía que hacer, lo tenía bastante claro.

—¿Cúal es el trato? —interrogué apoyando mis manos en mis caderas.

—Alguien de los tuyos, quiero a una de las mujeres y te irás. Nadie tiene que salir herido, te vas y te olvidas de esta comunidad y yo me olvido de la prisión.

—¿Te das cuenta de que jamás haré eso, verdad?

—¿Y tú te das cuenta que puedo quitarte lo que más amas de lo que queda de este mundo? 

Di un paso hacia ella para enfrentarla.
—¿Y qué gano yo con eso?

Autumn sonríe encogiéndose de hombros y tras dar unos golpes a los muros espera algunos segundos hasta que estos se abren dejando ver a una mujer de cabellos castaños que camina junto a Sophia de la mano. La niña sonríe y observándome a los ojos habla:

—Estoy bien aquí; Autumn es muy buena conmigo.

Observando a la pequeña me sentí un tanto más tranquilo, y cuando la posicionó a unos metros frente a mí me vi envuelto por las esperanzas.

—¿Recuerdas lo que te dije? —espeta mirandome—. Sophia me dijo que te has vuelto muy unido con Summer.

Frunciendo el ceño apreté el mango de mi arma que aún descansa en no cinturón.

—"¿Crees que te dejaré morir?" —cita con amargura. Elevo las cejas con sorpresa—, dios, que románticos son, ¿qué pensaría Lori?

Me había sorprendido, aquello realmente no me lo esperaba. Autumn sabía demasiado.

—Summer, como te he dicho, conozco a los hombres como Rick, y si quiero llegar a él —pausando eleva su arma—, debo dañar las cosas que él quiere. A Carl, a Judith... a ti.

Y sin previo aviso jaló del gatillo dejándome sin aire, plasmado.

—¡Sophia! —una desgarrador grito de parte de Summer me hizo volver a la realidad, y cuando menos me di cuenta la cogí de la cintura al verla correr hacia la niña.

—Solo es su cuerpo —me apresuré a decir sobre su oído cuando ambos estuvimos de rodillas sobre el suelo—, ella está en tu corazón, en el de ambos.

Cogiendo una bocanada de aire mejoré mi agarre en su cuerpo e intentando mantenerme firme ante aquella escena elevé mi mirada a Autumn, quien con una sonrisa soltó:

—Es el primer aviso; ya sabes que sigue después. Tienes tres días para traer a una de tus mujeres.

—Te mataré —le llamé cuando hizo el amago de retirarse—, pase lo que pase.

La pelinegra sonrió antes de volver sobre si misma y adentrarse a su comunidad.

Dejando transcurrir algunos segundos comencé a levantarme ayudando a Summer a hacerlo también.

No había nada que hacer; Sophia ya no estaba. Pero si algo está claro era que aquello no se quedará así.

—Voy a morir, Rick. Voy a morir, ella viene por mí.

Negando mientras apretaba con fuerza los labios la acomodé entre mis brazos.

—No lo permitiré Summer; no permitiré que nada te ocurra.

—Si no lo haces Carl y Judith correrán peligro —pausó unos segundos y pude sentir como cerraba con fuerza sus ojos para ayudar que las lagrimas dejaran de brotar de sus ojos—, tengo miedo

—¿Crees que te entregaré porque una loca como ella me lo dice?

—Tu lo dijiste, no existe lugar seguro. Tarde o temprano, ella vendrá. No quiero que algo le sucede a Carl, a Judith, a ti.

—Nada le pasará a ellos ni a nadie del grupo —le aseguré—, acabaremos con ella.

Summer asintió separándose y se separó de mí para comenzar a caminar.

Observando como Daryl se giraba para comenzar a caminar ya con la niña en sus brazos le dediqué una mirada a Glenn, quien algo apenado siguió a Daryl con los sentidos alerta.

Rascandome las sienes me adelanté hasta llegar junto a Summer, donde luego de pasar mi brazo sobre sus hombros la atraje hacia mí. Apreté los labios cuando me observó, y sin tomarme mucho tiempo le planté un rápido beso sobre los labios, porque con tan solo eso era suficiente; porque ambos sabíamos lo que ocurría, y es que debía admitirlo pues ya se había hecho evidente y yo aún no era capaz de aceptarlo. A pesar de que tan solo hayan trascurrido algunas semanas desde la muerte de Lori debía hacerlo saber; aceptar por fin que por más que intente ocultarlo y por más raro e inusual que parezca los sentimientos que siento por Summer no son comunes. Y aunque aquello me asuste lucharé por tenerla; no dejaré que me la arrebaten de las manos; mucho menos alguien como Autumn.

—Te quiero, Rick Grimes —susurró luego de separarse de mí, pues sin previo aviso me había cogido del rostro para besarme con un poco más de intensidad.

Aún algo sorprendido por su liderazgo sonreí y la abracé nuevamente por los hombros para caminar junto a ella.

Aun sentía el pecho apartado, y la escena de la muerte de Sophia me hostigaba, sin embargo bien sabía que ese era solo el comienzo de un fría tortura.

En camino fue largo y cansador, sin embargo lo peor de aquél día fue ver como la última Peletier se derrumbaba al ver el cuerpo de su pequeña hija sobre el suelo. Apretando los labios observé como Summer se acercaba a la mujer, sin embargo ésta bastante cohibida no tardó en pedir a todo el grupo algo de privacidad que sin rehusar le concedimos.

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