ChanBaek ➼ Monstruo

Capítulo 6

—¿Cómo que no puedo volver a ver al Monstruo?

Los labios de Chanyeol temblaban, pero no sabía si de impotencia o de rabia, o tal vez de las dos cosas.

—Lo siento —se disculpó su padre, acariciando su pelo—, pero se ha puesto muy agresivo y no quiero que esté cerca de ti.

—¡Pero, papá, no puedes hacerme esto!

—Lo siento, Chanyeol. Esto no es un juego, debes comprender.

—¡No quiero comprender! ¡Quiero ver al Monstruo!

—Me temo que eso será imposible. Esta conversación acaba aquí, hijo.

El padre salió de su despacho y dejó a Chanyeol solo con el guardaespaldas. El pequeño empezó a llorar desconsolado y se acabó por tirar al suelo.

—Chanyeol... —se acercó el guardaespaldas, y cuando fue a tocarle el hombro, Chanyeol se aferró con fuerza a su brazo y lo miró a los ojos. Las lágrimas se le agolpaban.

—¡Por favor, se lo ruego!

—Chanyeol, tu padre ha dicho—

—Se lo ruego...

Chanyeol abrazó el brazo del hombre y lloró sobre él. El corazón de este se ablandó en aquel instante y se vio incapaz de hacerle eso a aquel pobre niño, que no había hecho nada malo en su vida.

Estaba al corriente de que el Monstruo no debía aprender, pues podría desarrollar una inteligencia que lo ayudara a escapar, pero no veía a Chanyeol capaz de hacerle aprender todo aquello. Tan solo eran niños.

—Escúchame, Chanyeol.

—No, por favor...

—Escucha —insistió el hombre, envolviendo las mejillas de Chanyeol con sus robustas manos—. Te llevaré allí, ¿vale? Pero será nuestro secreto. Tu padre no debe enterarse, ¿sí?

Chanyeol seguía llorando, pero secaba sus lágrimas a medida que estas salían. Asintió levemente, agradeciéndole una y otra vez al hombre. Este sonrió más tranquilo.

—Llámame Kris, ¿está bien?

—Gracias, Kris. Muchas gracias...

Unieron sus meñiques y Chanyeol puso en ese momento toda su confianza en aquel hombre, que lo ayudaría a seguir viendo al Monstruo.

Al mismo tiempo que empezaba a confiar en Kris, crecía una inevitable desconfianza hacia su padre, pues cuando entró en el laboratorio ese día y vio al Monstruo, no sólo comprobó que no estaba más agresivo, sino que su cuerpo estaba más magullado que nunca.