ChanBaek ➼ Monstruo

Capítulo 3

—¡Monstruo! —saludó Chanyeol, muy animado.

El Monstruo se giró rápidamente y volvió a abalanzarse sobre Chanyeol. Este empezó a reírse al verlo hacer lo mismo que la semana pasada.

—Te digo que te harás daño, eres muy tonto.

—Grrh...

—Pareces un perro.

—¡Grrhr!

—¡Vale, vale, perdón! Había pensado enseñarte a hablar, que sería lo primero que deberíamos hacer.

El Monstruo empezó a rascarse la cara con rabia, haciéndose algo de sangre.

—Te has hecho sangre. —se sorprendió Chanyeol.

Para su sorpresa, el Monstruo se quedó mirándolo y luego miró sus uñas.

—Eso es, sangre. —repitió Chanyeol, esperanzado.

Pero nuevamente el Monstruo volvió a rascarse, y esta vez por todo el cuerpo.

—Vale, empecemos con los números.

Estiró el brazo y con los dedos empezó a mostrarle los números.

—Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Venga, hazlo tú.

La criatura puso su mano a la altura de su boca y empezó a morderse los dedos con rabia.

—¡No, no, no, no! Sólo levántalos. Levantar. Así.

—Ñghn.

A Chanyeol le hacían mucha gracia las cosas que hacía el Monstruo, y no podía parar de reírse con cada cosa que intentaba hacer. El Monstruo se le quedaba mirando de vez en cuando, como si estuviera contemplando algo fuera de este mundo.

—Chanyeol, debemos irnos.

—¿Ya? Se me ha hecho más corto que la semana pasada.

—Órdenes de tu padre.

—Está bien... —Se giró hacia el Monstruo y le sonrió abiertamente — Nos vemos la semana que viene, cuídate.

El Monstruo revolvió su propio pelo con ambas manos y apartó su mirada de la de Chanyeol, dispuesto a darse la vuelta para ponerse a dormir.

Chanyeol salió del laboratorio y vio cómo su guardaespaldas cerraba con las tantísimas llaves que había.

—¿Te lo pasas bien con él?

—Mucho —respondió Chanyeol, feliz—. No puedo esperar a la semana que viene para volver a verlo.

El hombre sonrió mientras caminaba detrás del niño, que daba saltitos como si fuera Caperucita.

Pensó que sería buena idea si su padre le dejara un poco más de tiempo, para que se pudiera divertir más. Al fin y al cabo, era un niño, y sabía que su padre lo quería mucho y haría cualquier cosa por hacerlo feliz. Pero decidió esperar un tiempo más, para no ponerle mucha presión a su amigo.