7. Mía

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Aome sentía que cada día ese demonio se volvía mas sofocante, la perseguía a todo lado que ella fuera, le daba ordenes que ella se negaba en cumplir y siempre terminaba de la misma manera. Ella de alguna forma casi milagrosa siempre escapaba, parecía que todo trabajaba a favor de la sacerdotiza, ya sea el clima, los niños y hasta aveces el mismo Jaken ayudaba a la mujer. Su fiel sirviente se había encariñado con la mujer, al principio peleaban y gritaban pero ahora tenían un trato diferente.
Aún así Sesshomaru se acostumbró facilmente a la precencia de la sacerdotiza y su temperamento tan explosivo le encantaba, nadie le enfrentaba y al sentir la mirada relampagueante de furia de la mujer le facinaba hasta mas no poder y buscaba la forma de hacerla disgustar.
Aome se encontraba sentada con sus dos pequeños en la sombra de un árbol, no muy lejos de allí estaba Sesshomaru descanzando bajo un árbol de manzanas.
-Mujer quiero manzanas - no le gustaba las frutas pero esas manzanas exibían su maduro color rojizo, como si le invitaran a que las tomara.
-¡Ya te dije que mi nombre es Aome! - sus mejillas empezaban a tornarse rojas de rabia. -Si tanto las quieres, cogelas tú solo - desvió la mirada dispuesta a marcharse.
-Bien - Sesshomaru se incorporó, por un momento Aome creyó que el demonio tendría la delicadeza de no molestarla ese día. Pero no fué así.
-Va a ser un largo día - se podía percibir el ligero tono de diversión en la voz del demonio que se preparaba para atormentar a la sacerdotiza.
-Niños ayer ví un río cerca, ¿Porqué no vamos a jugar? - Aome decidió ignorar al demonio todo el día si era posible, este al notar las intenciones de la mujer soltó un gruñido, sin duda era terca y desobediente.
Rin y Shipo corrieron al río emocionados, sin prestar atención a la riña de adultos que se daba lugar en esos instantes, después de todo era algo que sucedía a diario, con cada riña que tenían los pequeños sentían que se llevaban mejor aun que ninguno quisiera aceptarlo.
La mujer se disponía a marcharse cuando un fuerte agarre en el brazo la detuvo, estaba furioso debía buscar la manera de librarse.
-¡Un tornado!- gritó señalando con el dedo sobre el hombro de Sesshomaru pero esta vez no había manera que su treta le fuera efectiva.
Cuan descuidado había sido el demonio al posar toda su atención en la mujer no fué capáz de percibir la precensia de otro demonio hasta cuando este ya se encontraba a sus espaldas.
Giró velozmente y vió una sombra pasar por su lado izquierdo.
-Mi querida Aome te estuve buscando - Se notaba la preocupación en la voz del lobo.
-Joven Koga - no sabía que más decir no esperaba al lobo, había inventado lo del tornado pero no esperaba se volviera realidad.
-Le di una lección a ese perro pulgoso- sonreía orgulloso con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho como rememorando aquel valioso momento.
Lo último que le faltaba, no solo la mujer lo ignoraba si no que un lobo también lo hacía. Que falta de respeto por el lord del oeste.
-¿Y quién es él?- dió la vuelta para ver al demonio que había ignorado por la emoción de encontrar a su amada mujer.
Aome sabía que si la situación continuaba así Sesshomaru perdería los estribos junto con su limitada paciencia que advertían una feróz pelea.
-El es Sesshomaru, el medio hermano de Inuyasha. Ahora viajo con él - posó una de sus manos en el hombro derecho del lobo para llamar su atención, lo cuál funcionó, el lobo aprobechó la situación para tomar las manos de la mujer entre las suyas.
-Si deseas puedes viajar conmigo- sus ojos emanaban ansiedad, esperando que aceptara su propuesta.
-No puedo, yo .... yo -su intuición advirtió peligro, no sabía de donde provenía la fuente de su miedo pero al levantar la vista su duda fué aclarada. Sesshomaru se encontraba furioso con sus ojos entrecerrados por la ira, no entendía el porque pero no deseaba tentar a la suerte y desatar algo que no pudiera detener.
Aome se proponía a hablar cuando el lobo empeoró la situación.
-Podemos adelantar nuestra unión- fué todo lo que necesitaba Sesshomaru para reaccionar.
Un gruñido resonó y Koga se encontraba esquivando los ataques de un muy furioso Sesshomaru, la sacerdotiza deseaba que Sesshomaru tuviera el mismo collar de Inuyasa para detener la pelea que no era un juego como las de Inuyasha y Koga.
La velocidad del lobo no fué muy util esta véz, Sesshomaru tenía el cuello del lobo con su mano, incrustandole veneno que comenzaba a lastimar la piel del lobo.
Aome sintió que su repiración se detuvo, sin pensar corrió en dirección al lobo, se paro en medio de los dos demonios y sin darse cuenta liberó energía espiritual hacía Sesshomaru, quién se resistía a ceder hasta que su armadura si lo hiso.
Koga cayó al suelo con las manos en el cuello y Sesshomaru se encontraba aún más furioso al ver como la mujer, su mujer, defendía a ese atrevido lobo.
-Joven Koga porfavor marchese, no es el momento - sus ojos azules suplicantes con lagrimas de tristeza removieron algo en su interior que le hiso aceptar. Se marchó con la promesa de regresar listo para una lucha.
-¡¿Qué crees que haces mujer?! - le sujeto la mano con fuerza que le hisó soltar un gemido de dolor.
Sesshomaru soltó la mano de la mujer, no la quería lastimar pero si la debía castigar, había puesto a un lobo cualquiera antes que a "su amo".
-Koga no hiso nada malo- dijó mientras sobaba su mano adolorida aún.
-¡Ese atrevido lobo no tiene derecho a tocar lo que es mio!- sus dorados ojos mostraban la furia que albergaba el demonio, en cualquier momento explitaria.
-¿Tuyo? - el demonio que odia humanos decía que ella le pertenecía, esperaba una respuesta diferente.
-Eres mía aunque no quieras - se giró furioso por lo que había dicho, pero la sola idea de ver a la sacerdotiza con otro hombre lo enloquecía y aún peor que ella le respondiera de esa forma al lobo había sido el detonante de sus emociones siempre controladas.
-No soy un objeto Sesshomaru - estaba herida, él ni siquiera se había dignado en pensar en sus sentimientos, ella no era un objeto que pueda controlar y desechar. Había cerrado su corazón para no ser lastimada nuevamente.
-Si vuelvo a ver a ese lobo cerca de tí, lo mato - el demonio se volvió una esfera de luz y se marchó.
Por primera vez Aome reconcideró la idea de viajar con Sesshomaru, al parecer la había declarado ¿su mujer? Sin permiso alguno. ¿Qué debería hacer?. Rin no se alejaría de Sesshomaru y ella no sería la causante de romper los sueños de su pequeña.
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No desepereis el lemon está cerca xD

Entregame Tu Sonrisa MujerWhere stories live. Discover now