Entregame Tu Sonrisa Mujer

4. Madre

Rayos de sol comenzarón a bañar el bosque iluminandolo majestuosamente, las aves cantaban alegremente, sin duda una excelente mañana.

Una pequeña niña comenzaba a despertar, sintió unos calidos brazos a su alrededor, por un instante todo le pareció una pesadilla, su aldea no había sido atacada, sus padres no se habrían sacrificado por salvar a sus hijos de los cuales lamentablente solo ella sobrevivió. Todo ese dolor parecía lejano, sentía que al despertar todo volvería a ser como aquellos días.
Abrió los ojos sin prisa alguna, se sorprendió al ver a la sacerdotiza abrazandola, regreso a la cruda realidad, su familia había partido al otro mundo pero aquella joven parecía ser capáz de ofrecerle ese calor maternal que tanto añoró.

La pequeña no soportó más, la cantidad de sentimientos era demasiado para su frágil corazón, no esperó más y abrazó a la joven con tanta fuerza que está despertó alarmada por no saber que la estrujaba con tanta fuerza.

Un demonio contemplaba todo desde la entrada de la cueva, le conmovío ver a su pequeña abrazando a la sacerdotiza. Rin necesitaba de una precencia materna, el la cuidaba y protegía pero existen cosas que solo una madre puede ofrecer.

-Rin me asustaste - decía la joven mientras correspondía el abrazo, tratando de normalizar su acelerado pulso. Le había tomado por sorpresa la fuerza con que la pequeña le abrazaba.
-Disculpeme señorita, pero yo.... - nuevas lagrimas amenazaban con escapar.
-No te preocupes, puedes contarme lo que quieras - dicho esto la niña narró a la joven la tragedia sucedida a su familia, la forma en la que se integró al grupo de su padre, como ella le llamaba en secreto ya que temía la reacción de este. Él la quería no lo dudaba pero ¿Le permitiría llamarlo padre?.
- Ya entiendo - decía la joven acariciando la cabeza de la niña con delicadeza. - Estoy segura que Sesshomaru no se opondrá a que lo llames padre.
-¿Y usted? - preguntó la pequeña desviando la mirada. Por unos instantes la joven no entendió la pregunta.
-¿Yo? ¿Estás segura Rin? ¿Crees que sería una buena madre? - si aceptaba sería madre primeriza, cuidaba al pequeño Shipo pero el no la veía como a su madre ¿O sí?. Se sintió mal por no estar con el pequeño, seguro estaba preocupado, tenía que regresar pronto.
-Me gustaría mucho que me llamaras madre mi pequeña - dijo abrazando a la pequeña con fuerza. No había duda alguna que ahora tenía dos pequeños a los que protegería con su propia vida.

No hace muchas horas había sentido como si su mundo amenazara con derrumbarse el cuál, en cuestión de minutos, la pequeña Rin reconstruyó con una tan simple y valiosa palabra "Mamá".

Solo una pregunta mantenía a la joven preocupada. ¿Sesshomaru aceptaría que otra humana se integrará?. Había tratado de acesinarla varias veces en el pasado pero él parecía haber cambiado. Aún así todo había sucedido en tan pocas horas ¿Cómo era posible que su mundo diera un giro total en sólo un par de horas?.