5. Nuevos grupos

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Un pequeño zorro se encontraba angustiado insultando al híbrido perro cada vez que podía con la colaboración de cierta exterminadora quién tampoco se encontraba conforme con la nueva integrante. Todos conocían la razón de la extraña desaparición de la joven oji azúl pero nadie sabía el paradero de la misma.
-Estúpido perro - dijo casi en un susurro pero lo que no paso desapercibido por el híbrido el cuál se acercaba con la clara intención de golpear al pequeño.
-No te atrevas Inuyasha - amenazó la exterminadora con la mano lista sobre su bumeran para atacar.
-¡¿Acaso no escuchas lo que dice ese enano?! - estaba furioso por el repentino cambió de todo el grupo.
-Tú te lo buscaste por ser un insensible idiota. -se podía escuchar la rabia en sus palabras.
-Calma mi querida Sango hablar con Inuyasha es como hablar a una pared - decía un resignado monje quién tratado de el híbrido reaccionara y buscara a la joven.
-¡Ya les dije que ella está bien! -trataba de defenderse pero hasta Kikyou le había mencionado el buscar a su antepasado.
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Al otro lado del bosque se encontraba una joven tratando de articular palabra alguna sin exito, por lo que la pequeña Rin tuvo que poner manos en el asunto.
-Señor Sesshomaru ¿Puedo hablar con usted?
No obtuvo respuesta verbal pero ya conocía los gestos de su protector lo suficiente para entender un "si" de una simple mirada.
-La señorita Aome aceptó ser mi madre y ... - lo había dicho tan rapidamente que la joven se quedo en estado de shock cuando Rin quedó en silencio, se podía escuchar la suave briza paseando entre los arboles.
-Yo... quisiera viajar con mi pequeña, si no te molesta.- lo dijo con cierto miedo a que se negara.
-No tengo problema si cuidas de mi cachorra. - dió la vuelta y continuó con su camino.
Rin deseaba gritar y reir, haber escuchado esas palabras de su "padre". Él la había llamado su cachorra a pesar de ser humana la acepto como hija de su propia sangre.
-Pero quiero perdirte que busques a Inuyasha. - ese nombre le detuvo inmediatamente, la mujer parecía torpe, Sesshomaru creyó era momentanea pero tal vez se equivoco y era naturaleza esa mujer.
-No - no tenía por que hacerlo.
-Padre porfavor, madre debe tener sus razones - sonreía alegre por que sabía que su madre no la dejaría, confiaba demasiado en ella para dudar.
-Te dejaré cerca, si no regresas pronto me marcharé. - Aome sabía que no bromeaba, tendría que hacer todo lo más rápido prosible.
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El híbrido se detuvo al detectar un aroma familiar, tendría que enfrentar a la joven a pesar de que ella ya sabía todo, prefería evitar hablar con ella.
-¡Muchachos! - gritaba emocionada la joven sacersotiza corriendo al encuentro con sus amigos.
-¡Aome! - gritaron a unisono a execpción de dos integrantes que solo observaron.
-Lamento haberlos preocupado chicos - sentía la preocupación en el fuerte abrazo de Sango.
-Aome estas bien, ¡Que alegría!- decía con lágrimas en los ojos mientras abrazaba a la joven.
-Muchachos quiero decirles que ya no voy a viajar con ustedes - fué como un valde de agua fría para todos incluyendo a Inuyasha quién esperaba que ella se integrara al grupo nuevamente, el pensaba ignorar a la joven.
-¿Pero que dice señorita Aome? ¿Está usted segura? - necesitaban respuestas y el monje quería saber si la joven regresaría a su tiempo para no volver.
-Si estoy segura, voy a viajar con Sesshomaru y - no pudo finalizar su oración por que un irritado híbrido le grito fuertemente.
-¡¿Estás loca Aome?! El te matará - estaba furioso, no quería convertir a Aome en su mujer pero tampoco la quería ver en brazos de otro hombre.
-Él no me lastimará- respondio una sonriente Aome que no hiso mas que exalsperar al híbrido.
-¡Claro que lo hará!, después de todo ¿En que podría serle util una chiquilla como tú? - lo dijo con clara intención de lastimar a Aome quién deseaba enterrar la cara de su querido híbrido en el suelo.
-No me lastimará por que soy la madre de su cachorra- haciendo enfásis en cachorra, sabía que esto le dolería más que un simple "abajo".
-¡¿Qué?! - sintío su sangre hervir y la necesidad de sangre en sus manos, la sangre de aquel que había tocado a su ¿amiga?. Ni siquiera Inuyasha entendía el caos que había en su cabeza.
-Shipo quiero preguntarte algo muy importante - el pequeño sentía como si su corazón fuese estrujado fuertemente, no quería estar lejos de la sacerdotiza.
-Claro - dijo con la voz quebrada y una falsa sonrisa en su inocente rostro.
-¿Te gustaría tener una hermana?- El color regresó al rostro del niño acompañado de una amplia sonrisa.
-¡Sí! Mamá te extrañe mucho- las lagrimas de felicidad no tardaron en presentarse en los pequeños ojos verdes.
-Loce, perdón. Pero regresé por tí. - la joven no lo había mencionado a Sesshomaru, pero después se encargaría de hablar con él.

Inuyasha mantenía la distancia observando cada parte visible del cuerpo de la joven, no encontraba marca alguna que la identificase como mujer de Sesshomaru y el aroma de ella no había cambiado. Algo no era como ella lo decía, pero él se encargaría de descubrirlo.
La despedida fué dura para la exterminadora quien no dejó de llorar toda la noche con el monje que trataba de consolarla.
Miroku no soportaba ver a su querida Sango llorar así que tomó una desición.
-Viaja conmigo Sango, te protegeré con mi vida. - palabras que fueron causantes de un fuerte sonrojo en la exterminadora.
-Pero excelencia ¿Qué sucederá con los fragmentos?
-Ya pensaremos en ello Sanguito, necesitas un descanso y la distancia con Inuyasha nos ayudará a procesar todo esto.
-Bien - Sango sentía su corazón latir salvajemente por la cercanía del monje que no lo pensó dos veces y su mano acariciaba atervidamente a la exterminadora. La bofetada resonó en todo el bosque y la marca en el rostro de Miroku evidenciaba el duro viaje que sería para él resistirse a sus propios impulsos que él no planeaba corregir.

Entregame Tu Sonrisa MujerWhere stories live. Discover now