III

2.8K 200 91
                                    

Los invitados habían llegado al castillo o al menos uno de ellos. La Casa Bolton se quedaría unas semanas junto a nosotros para unirse junto a la Casa Tarth, al parecer, mi querida hermana mayor tendría que contraer matrimonio en poco tiempo.

Todos estábamos ya sentados en la mesa, incluyendo a Lord Roose Bolton, aún no podíamos cenar porque su hijo estaba retrasado. En estos instantes, me sentía sola, Brienne no estaba sentada a mi lado como de costumbre, sino que estaba al otro lado de la mesa y el asiento a mi lado se encontraba vacío. La mesa se encontraba repleta de exquisiteces como el pastel de cerdo que mi padre mandaba a hacer una vez al año. 

—Cuénteme, Lady Elynne, ¿cuántos años tiene? —rompe el silencio, Roose Bolton.

—Dieciséis, mi Lord. 

—¿Sabe montar? 

—Sí, mi Lord.

—¿Sabe limpiar, coser, lavar, leer y escribir? —me pregunta con una ceja alzada.

—Sí.

—Está lista para casarse, Lady Elynne —dice finalmente.

Le doy una mirada rápida a mi padre y el asiente con la cabeza.

—Así es, mi Lord —respondo con voz baja.

—¿Sabía que tengo un hijo, Lady Elynne? 

—Sí, mi Lord.

—Se llama Ramsay y está cercano a su edad, tiene veinte años.

—Al igual que mi hermana mayor, Lord Bolton.

—He de decir, que mi hijo está interesado en usted, mi Lady.

—No le conozco, mi Lord.

—Lo hará pronto —responde fríamente y guarda silencio.

Miro a Brienne pero ella mantiene la vista fija en el plato que se encontraba frente suyo y estaba vacío. 

Ya comenzaba a entender lo que me hablaba Lord Bolton. El quería casarme con su hijo Ramsay, seguramente para obtener la lealtad de mi padre, sólo que no entendía el por qué tenía que ser yo y no mi hermana. 

—Disculpen la demora —dice una voz gruesa que me hace sobresaltar en mi asiento—. Mi caballo no estaba preparado a tiempo y tuve que esperar un poco.

Un hombre alto y de cabello largo y oscuro se sienta a mi lado. Enderezado, gira su cabeza hacia mi dirección y me mira con una sonrisa en los labios.

—Un placer conocerlo, mi Lord —digo sin ánimos—, Elynne de Tarth.

—Elynne de Tarth, bello nombre —dice Ramsay, mientras toma mi mano derecha entre las suyas.

—Gracias, mi Lord.

—Llámeme Ramsay.

[...]

Ambos caminamos tomados de los brazos por el jardín del Castillo del Atardecer. Paseamos mirando las distintas flores que habían crecido hace poco en silencio. Después de la cena, Lord Roose Bolton decidió que debía conocer un poco más a Ramsay y nos sacó del comedor.

—Lady Elynne, usted es muy bella.

—Gracias, Lord Ramsay.

—Sus ojos son realmente hermosos —dice mirándome a los ojos, yo bajo la cabeza avergonzada—. Son distintos a los de Lord y Lady Tarth.

—Saqué los ojos de mi abuelo, Lord Ramsay —miento.

—Usted es muy pálida, al igual que Lady Brienne.

—Somos hermanas —le digo.

—Pero usted es bastarda.

—Al igual que usted —contraataco.

Al segundo de darme cuenta de lo que había dicho, me arrepiento. Lo había insultado, el podría enojarse y acabar con la amistad de Lord Bolton y mi padre. Cierro los ojos asustada, pienso que va a golpearme, pero no lo hace, no es violento. Pensé que le molestaría y abusaría de mí, al igual que los bastardos de los libros.

—Discúlpeme, mi Lord.

—Discúlpeme usted, mi Lady —me sonríe sincero—. La he insultado y ha sido erróneo, usted ya es hija legítima de Lord Selwyn.

—¿Usted aún no es hijo legítimo de Lord Bolton?

—No, mi Lady.

—¿Cómo es que nos casaremos si usted no es legítimo? —pregunto con confianza.

—¿Cómo es que sabe que nos casaremos, mi Lady? 

—Lo supuse cuando Lord Bolton aseguró que estaba lista para casarme y lo mencionó a usted.

—Era de suponer. Mi padre mandará un edicto al rey Robert para legitimarme antes de casarme con usted, mi Lady.

Asiento con la cabeza y me detengo, le doy la espalda y toqueteo las rosas. Ramsay apoya su mano en mi hombro derecho, siento su respiración en mi cuello y me da temor, nunca había tenido a un hombre tan cerca mío. Me toma las manos y las besa, sonríe mostrando su dentadura y apoya una de sus manos en mi espalda y con la otra acaricia una de mis mejillas.

—Me gusta.

—¿Qué cosa, mi Lord? —pregunto.

—Usted —quiero retirarme, pero al ver sus ojos no puedo hacerlo.

Me mira de una manera distinta, como si quisiera decirme algo y esa es la razón por la cual no me voy corriendo hacia el castillo. Porque aunque sea la primera vez que nos hayamos visto, lo siento, siento lo mismo que él y me aterra.

Tal vez me estaba apresurando, pero tenía un mal presentimiento.

¡Hola!

Primero que nada, quería agradecerles por los votos y comentarios que han ido dejando en los capítulos anteriores. Nunca escribo nada por aquí, pero desde ahora comenzaré a hacerlo y también a dedicarles capítulos a lxs que leen esta fic

También, debo decir que pronto estaré publicando una nueva historia pero de Jon Snow y en un futuro, una de Jorah Mormont. Les avisaré por aquí cuando me decida por hacerlo.

Cam.

Before ; Ramsay NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora