Capítulo 20 (Último capítulo)

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El sábado se convirtió en un oasis de paz comparado con hoy. Nuestra casa se ha llenado de gente, de mujeres mejor dicho, que no dejan de hablar y reír y de moverse. Gideon ayer fue a casa de sus padres a pasar la noche por eso de que el novio no puede ver a la novia antes de la boda, pero yo pienso que estaba deseando alejarse de mí después del desastre en el dormitorio. Da igual, ahora intento concentrarme en todo el ruido que hay por aquí, que es demasiado. Mi madre y Gilda son las que dicen qué hacer a las chicas. Nicole y Brenda al menos se comportan como siempre, vistiéndose y preparándose sin alterarse un poco. Sobre todo las que gritan y se mueven son mi madre y Gilda, Livia, que ha venido a peinarme y maquillarme, unas primas de Gideon que van a llevar las cestas con pétalos, las jarras y los anillos. Cuatro niñas correteando arriba y abajo, con sus madres detrás intentando vestirlas y peinarlas. Llega un momento en el que no puedo con todo esto y me encierro en mi dormitorio, en el que era mío. Aquí sigue el vestido, así que no tendré que salir para vestirme en otro lugar.
supongo que mi desaparición llama la atención, porque al momento hay alguien llamando a la puerta. Por suerte solo son Nikki y Brenda, ya preparadas casi al completo.

- La fotógrafa ha llegado -me informan.

Asiento, pero no salgo ni ellas me hacen salir. Aún ni siquiera tengo el vestido puesto. Llevo metida en este camisón de seda blanco desde que mi madre me obligó a ponérmelo, ya que, según ella, era la mejor vestimenta para preparar a una novia: ligero, fresco, fácil y rápido de quitar. Sobra decir que lo compró ayer mismo en la misma tienda donde compré mi conjunto sexy para la que iba a ser nuestra primera vez y acabó siendo un desastre.
Las chicas se sientan en la cama, cada una a un lado.

- Estoy haciendo lo correcto, ¿verdad?

Un solo segundo entre mi pregunta y su respuesta me parece un mundo.

- Si es lo que tú sientes, sí -dice Nicole.

Me giro hacia Brenda.

- ¿Bren?

Brenda me mira seria desde que ha entrado, más parece un funeral que una boda. Pero ahora, al mirarla, me sonríe. Y no es una sonrisa de consuelo, o una de esas que se dibujan cuando no sabes qué decir. Ella me sonríe de verdad, y no entiendo por qué, ni siquiera yo tengo ganas de sonreír. Al menos no aún.

- Me da igual si es lo correcto o no -dice-. Yo voy a estar contigo siempre, elijas bien o elijas mal.

- ¿Significa eso que estoy eligiendo algo malo, verdad?

- Alex, deja de preocuparte. Tomaste una decisión de la que no te has arrepentido en ningún momento, y mira que has tenido oportunidades. Deja de comerte la cabeza un rato, anda -me pide riendo-. ¿Te ayudamos con el vestido?

Ambas me sonríen, diciéndome que me apoyan sea cual sea mi respuesta. Sonrío y asiento en silencio.

Mientras Nikki va a llamar a la fotógrafa, Bren y yo colocamos el vestido sobre la cama.

- Me parece increíble -murmura Bren-. Pensaba que ahora sería menos impresionante, pero... estoy sin palabras.

Tiene toda la razón. Yo he estado viéndolo día tras día, pero aun ahora al verlo sobre la cama lo veo... majestuoso. Parece un vestido demasiado bonito para alguien tan insegura de todo como yo. Es como si el vestido fuera un gran dragón al que tengo que dominar, y yo soy una persona muy frágil. Qué irónico, me dije a mí misma que no me había convertido en la persona de cristal que decía Anya cuando resulta que, mira tú por dónde, estoy a punto de resquebrajarme.

Resulta que lo primero que hacemos, que hacen, es peinarme y maquillarme. Mientras Livia está concentrada en su trabajo, Liss, la fotógrafa, me fotografía en el proceso. Me imagino que quedarán unas fotos muy bonitas, y eso hace que me suba el ánimo un poco. A mis amigas también las incluye en las fotos, sobre todo cuando están despistadas hablando o retocándose. En las fotos que me enseña Liss en su cámara puedo verlas como si fueran unas modelos. Ninguna se ha dado cuenta de que han sido retratadas tantas veces.
Livia, para el peinado, me sitúa frente a ella y solamente veo su pecho y sus brazos a mi alrededor. Ya sé cuál va a ser el peinado porque ya me lo hizo el día de la prueba. Ni Brenda ni yo lo aprobamos, pero mi madre no me dejó negarme a eso. <<Al menos déjame hacer algo para tu boda>> me había dicho. Y yo, después de todo, no pude decirle que no.

(I'm) Yours: In love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora