Capítulo 19

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Los regalos comenzaron a llegar hace días, pero hoy soy consciente de que hemos tenido que prescindir de uno de los salones. Ayer, Gideon y yo, empezamos a organizarlos como pudimos, ocupando todo el salón. Los muebles están apartados a las paredes para dejar más espacio. Es una completa locura. La mayoría vienen envueltos, pero otros muchos simplemente vienen en sus respectivas cajas, así que vemos lo que son. Algunos están acompañados de tarjetas de felicitación y esas cosas... Yo no leo ninguna, a la décima todas te parecen iguales. Aunque Gideon sí que las lee, se ríe cuando ve que, efectivamente, todas son iguales. <<¿Hay una especie molde para eso?>> pregunta.


Lunes.

Hoy es lunes, nos casamos el domingo. Creo que esta semana va a ser la más dura de toda mi vida. Sobre todo de todo estos meses. Nicole y Brenda vienen a casa para ayudarnos con los regalos y con las llamadas para asegurarnos de que todo está bien. Toda esta semana trabajando en equipo. 

Esta tarde, cuando llegamos de la universidad, solo estamos las chicas, Gideon ha tenido que quedarse y le he asegurado que no tiene de qué preocuparse. Somo tres mujeres preparando una  boda, ¿qué podría salir mal? 
Nada más llegar nos metemos en la cocina, ellas se sientan en los taburetes y yo saco unas copas y vino. Entre nuestros conjuntos y estas copas (y la hora que es) parecemos unas señoras que esperan a sus hijos mientras entrenan para el partido del fin de semana. 
Llenamos la isleta con los papeles y comenzamos a hacer las primeras llamadas. No nos lleva tanto tiempo cómo creíamos, así que, como es relativamente una tarde de chicas, mis amigas empiezan a reír y a charlar. Tal vez esta desinhibición se deba al vino, pero confieso que no me importa. Hacía ya tiempo que no veía a Brenda tan cómoda, sobre todo con Nicole al lado.

- Bueno -dice Nicole-, ¿estás nerviosa? Dinos la verdad.

- Eso es como pedirle que no respire -murmura Brenda entre sorbo y sorbo.

- ¡Eh! -me quejo.

- ¿Qué? Te encanta mentir, forma parte de ti.

- Si es un cumplido, te diré que no se te da bien elogiar a la gente.

- No es un cumplido, es un hecho. Responde, anda. ¿Estás nerviosa?

- Sí. 

- ¿Sí? -preguntan a la vez.

- Sí, ¿qué pasa? Me voy a casar. 

Se hace un silencio que no me gusta nada. Sé por dónde van a atacarme ahora, así que lo freno antes incluso de que empiece.

- Ni se os ocurra nombrarlo. No servirá de nada.

Ambas se miran un momento y luego me miran a mí. Sus ojos no se quedan quietos al mirarme, es como si les diera miedo fijar la vista, como si pudieran revelarme algo que no quieren. Pero no saben que ya sé todo lo que piensan.

- Llevas su collar -dice Brenda con voz apagada.

- Sí, ¿y? También llevo tu reloj. Y el anillo de Mason. ¿Significa eso algo?

- Que lleves su collar, después de todo, es como si no quisieras separarte de él.

No puedo evitar soltar una risa amarga. 

- ¿Sabes? Supongo que tienes razón, no quiero separarme de él. ¿Pero me queda otra opción? No. ¿Y sabes qué más? Que no me fue tan difícil hacerlo. 

Tal vez fue por el momento, por la adrenalina de los minutos anteriores, por el beso dulce y sus caricias. Pero no les diré nada de eso. Solo yo me quedo con ese recuerdo y con la agradable sensación de paz que llevo arrastrando desde que nos separamos. A veces pienso que se debe a un estado de trance y que puede que despierte un día queriendo ir tras él.

(I'm) Yours: In love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora