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De pronto pareció que todo el peso de su vida callera sobre sus hombros, se sentó en su cama y dejó escapar un largo suspiro repetido por un grito ahogado que Violeta logró escuchar desde el otro lado de la puerta donde se encontrada apoyada de espaldas esperando por si los necesitaba.

-No puedo creerlo, mi mamá todo este tiempo- Unas amargas  lágrimas recorrían las mejillas de Evan.

Recorría una y otra vez la carta con los ojos empapados en lágrimas y sentía como el peso de las palabras caían y calaban hondo en su interior, Violeta se sentó en la cama y lo miraba con ternura, no era capaz de mirarle a la cara, sabía que si le miraba su corazón también se rompería y ella quería ser fuerte para que por una vez, Evan se apoyara en ella, que se invirtieran los roles y ser Violeta quien cuide a Evan.

Violeta tomó un pañuelo desde el velador de la cama y suavemente limpió las lágrimas que aún seguían cayendo, Evan se sentía solo y perdido como un niño, de la misma forma que se sintió la primera y única vez que le había preguntado a las monjas del orfanato por sus padres y una de ellas se limitó a contestar que simplemente lo habían abandonado en la puerta y que la verdad no sabían nada. Estaba perdido, asustado y vacío, igual que ahora.

Deseaba con todas sus fuerzas poder ver a Anette una vez más, decirle “mamá” ver su hermoso rostro y sostenerla en sus brazos de la misma forma que hacía cuando llegaba de alguno de sus largos viajes, decirle que la personaba, que no importaba, que el siempre la había sentido como su verdadera madre y lo cierto es que lo era.

-Quiero verla Violeta –Dijo él entre suspiros

A violeta se le rompía el corazón y el hecho de no poder hacer nada por ayudarlo le frustraba, además no podía ni siquiera brindarle un abrazo para confortarlo, así que estaba impotente consigo misma, solo se limitó a seguir limpiándole las lágrimas y pasar suavemente la yema de sus dedos por su rostro y cuello, a penas tocándolo, deseando poder hacer más. Evan por su parte se sentía mucho más calmado al sentir así se cerca a Violeta, y roce de sus dedos le daba un intenso calor, se sentía reconfortado.

Repasó mentalmente la carta de Anette, su madre y su contenido, y no había reparando en algo hasta ahora, no quería aceptarlo, no quería que fuese verdad, pero cabía la posibilidad de algo terrible en todo eso…

-Violeta

-Dime?

-Aquí dice que mi padre es Erick

-Ya sabes su nombre entonces Evan

-No violeta, que tal si, al contrario de lo que dice aquí mi padre no murió y también lo salvó su abuelo convirtiéndolo en un vampiro, que tal si Erick, mi padre, es “ESE” Erick .

-Rayos Evan,  puede que tengas razón, creo que lo mejor sería que se lo preguntaras a tu abuelo, él es el único que puede decirte la verdad, además deberías hablar con el por todo lo que te has enterado, una conversación a solas claro.

-Creo que eso haré de inmediato, gracias por todo Violeta y por favor, te encargo e Criss, debes verlo, creo que no está bien por lo de haber probado tu sangre, recuerda que el no bebe sangre y dile que te explique el porqué, quizás lo puedas ayudar a él tanto como le has ayudado a mí.

No hay tiempo II: Esperaré... Hasta que me perdonesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ