-Mi abrigo... -dije y las puertas se cerraron, miré a Ji y él de inmediato me acorraló contra la pared y pegó su cuerpo al mío. Me besó de manera intensa metiendo su lengua, atrapando con sus labios los míos.

Fue un beso que me hizo sentir una pequeña electricidad que llegó hasta mi entrepierna.

Sentí su miembro, lo refregó en mí y me gustó.

-No puedo dejar que otros te vean. –tenía mi rostro en sus manos y me hablaba muy de cerca, podía sentir su aliento. Incluso su mirada desesperada, una mirada de suplica.

¿Qué quiere decirme?

-Ann, quizá tú estés preparada para esto pero yo no. No puedo dejar que los demás te vean y que te deseen. –decía todo eso manteniendo mi rostro entre sus manos. Su cuerpo estaba pegado al mío, me sentía tan bien ahí.

Siempre quise estar así con Ji Yong, quizá cuando estábamos en la universidad me aprovechaba de mis días de periodo para abrazarlo y obviamente para que me abrazara de vuelta, y me gustaba.

Me gusta estar así, me gusta que me envuelva entre sus brazos.

-¿Entonces? –pregunté.

-Necesito más tiempo. –eso me dio miedo. ¿Tiempo?

¿Dirá la palabra de seguridad?

Me sujeté de sus brazos al oír eso, y él de inmediato supo lo que pensaba.

-No me iré, solo que no puedo estar aquí contigo. No con ellos alrededor deseándote. –y lo entendí completamente.

Seguramente Ji siente lo mismo que yo. Tal vez, con otra intensidad.

Mi corazón se volvió loco, ¿Siente lo mismo que yo? ¡Santo cielo! Voy a morir justo en este momento.

-Ji... -dije completamente emocionada y sonriendo...

-Pero no puedo evitar las ganas de querer follarte Annie. –claro.

Solo asentí.

El ascensor nos llevó hasta los estacionamientos y allí caminamos hasta el Lamborghini. Siquiera yo podía caminar, me sentía débil, pero no con el sentido de la palabra, sino que débil sexualmente.

Cada paso que daba era una bomba de tiempo. Yo también quería follar.

-No puedo aguantar. –dije de una vez, incluso me solté de la mano de Ji diciendo eso.

El sector de los estacionamientos permanecía un poco oscuro. Era un buen sector, y obviamente un lugar vigilado. Solo que esta vez desearía que no fuera tan vigilado.

¡Estábamos follando en la parte trasera del Lamborghini! Ji me sujetaba, mientras que mi cuerpo era azotado contra el auto.

Creo que se nos esta haciendo costumbre esto. Ya hemos follado aquí mismo, pero la otras veces era en el capot... ¿Qué clase de chica me he convertido?

-Dios... -jadee.

Por el lugar gemir no era una buena opción.

Me incomodó un auto que salió de su respectivo estacionamiento... pero lo perdí de vista cuando Ji me besó y entrelazó su mano con la mía.

Era un beso tremendamente apasionado, lleno de ternura, dedicación y protección.

-Me gusta ver tu cara después de follarte.

-¿Disfrutas ver la distorsión de mi cara? –sonrió.

-Amo tus mejillas sonrojadas...

¿Amo?

Diario de una aprendizWhere stories live. Discover now