2.- Carrete soñao.

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— Y SOY REBELDE, CUANDO NO SIGO A LOS DEMÁS Y SOY REBELDE — cantaba el Camilo desde su pieza entero fuerte. Ya no lo aguantaba más asi que fui a su pieza.

— ¡MILO CÁLLATE QUE CANTAI MAS FEO QUE EL HOYO! — grité entrando a su pieza. Me cagué de risa cuando lo vi en calzoncillos con una polera de Mia Colucci que era antes era mia, cantando con el control de la tele. Cuando me vio se bajó de la cama y paró la música.

— Ya sorry — dijo rojo como tomate. Para tener 17 años parecía un cabro de 10.

Caga de la risa cerré la puerta y me fui a estudiar.

AAAAH LA VIERON.

Fui a comer :')

Como un ninja fui a la cocina y abrí el cajón donde mi mamá guardaba las colaciones. Odiaba que me las comiera.

Cuando vi mi objetivo -un gansito- lo tomé sin antes mirar para todos lados. Cerré el cajón y sali hecha un peo pa mi pieza. Era día Sábado y no tenía que hacer ni una wea mas que comer y dormir todo el día.

Me tiré sobre la cama toda desordenada a disfrutar de mi gansito que se me acabó después de tres mordiscos. Puta que tenía hambre.

— ¡GABRIELA! — gritó mi mamá desde el living. Rápidamente guardé el envoltorio de gansito bajo las mantas y me limpié la boca.

— ¡Ya voy mami! — respondí. Cuando la ví estaba planchando.

— Hija te busca la Arle con el Fabi — dijo. Fui a abrir la reja y ahí estaban. La Arlett es mi mejor amiga, nosotros le decimos Arle. Los tres nos llevamos muy bien desde el principio, si bien el Fabi y yo nos conocíamos del jardín a la Arle la conocimos en quinto básico.

— Cabra weona ¿Que hora creís que es? — me retó la Arle.

— ¿Qué? — pregunté.

— ¡Ayer te dije que la Cami tenía carrete hoy dia! Queda una hora ¡Vamos a cambiarnos! — dijo un poquito enojada.

El Fabi me empujó hasta mi pieza donde la Arle empezó a buscar algo decente en mi clóset.

— Ya, anda a bañarte mientras yo busco algo en este desastre — dijo la Arle. Ella era como nuestra mamá.

Hice lo que me dijo, me depilé todas las weas y me lave bien lavao el pelo. Cuando salí mi pieza brillaba.

— ¿Que wea le hicieron a mi pieza? — pregunté impakta3.

— Gabi se llama limpiar — contestó el Fabi riéndose. Miré a la Arle que también se reía.

— La ropa está ahí — apuntó a la cama y había un jeans pitillo con una blusa de color rojo que tenía unas tiritas colgando. Me puse un abrigo negro y unas botas con taco bajo. Me encrespé las pestañas, me heché rimel y me pinté los labios.

— Estoy ready — dije sonriéndo. La Arle aplaudió feliz por su resultado.

Mi mamá nos fue a dejar para que no tomaramos el metro y cuando llegamos el reggeton se escuchaba hasta la otra cuadra.

— Con cuidado — dijo antes que nos despidieramos. Los tres nos bajamos y entramos, saludamos a la Cami y nos pasó un vaso, pero no lo tomamos. La Cami era bien chueca pa sus weas.

Como soy una floja culia me fui a sentar y la Arle con el Fabian se fueron a bailar. En el sillón que estaba al lado estaba una pareja comiendose brígido. Suspiré y miré a la gente que bailaba...¡¿LA SOFÍA COMIENDOSE A UNO DE CUARTO?! Bueh, no es como para sorprenderse.

— ¿Está ocupado? — me preguntó una voz que conocía muy bien. Miré hacia arriba donde estaba el Ignacio y luego a mi lado, los que se estaban comiendo se habían ido.

— Ah si, siéntate — contesté nerviosa. Por la cresta Gabi, cálmate.

— Y ese milagro que viniste — dijo metiendome conversa. Lo miré y me estaba mirando.

— ¿Por qué? —.

— Porque siempre veo a la Arle y al Fabian solos en los carretes, tú nunca vienes — contestó, como si fuera obvio.

Espera, paren too.

¿Me buscaba?

No, no pensí weas Gabi por la chucha.

— Ah, es que soy más de carretes piolas. No me gustan estos así — le dije nerviosa. Ayuda.

— ¿Y por qué viniste? —.

— Porque... — iba a contestar con la verdad pero me acordé que vine solo porque la Arle me dijo que el Ignacio iba a estar aquí — Eeeh... porque la Arle me convenció con... eeeh con comida — contesté. ¿Que wea acabo de decir? La wea mas estúpida.

— ¿Con comida, eh? — preguntó no muy convencido — ¿No tiene nada que ver el que yo este aquí, ¿cierto? — ¿¡QUE!?.

— ¿Ah? ¡Si! — contesté rápido y nerviosa. El Ignacio sonrió de una manera presumida y se empezó a acercar lentamente a mi y...

[...]

— ¡DESPIERTA CABRA DE MIERDA! — me gritó mi mamá — ¡Y deja de comerte las colaciones! — agregó después seguido de un chape.

— ¿Ah? — pregunté. El chape de mi mamá me hizo reaccionar y me di cuenta que estaba aún en el desastre que tengo como pieza, con el chocolate del gansito derretido en mi boca y con la imagen de Ignacio casi besándome rondando por mi cabeza— ¡MAMÁ ESTABA SOÑANDO ALGO RE LINDO!— le reclamé.

— ¿Con el Ignacio?— preguntó desde la cocina riendo — Estabai hablando dormida — confesó y me puse mas roja que la cresta — ¡Pero no te hagai la bonita y ordename ese basural que teni ahí! — me retó después.

DIOS QUE VERGÜENZA. Mi mamá me escuchó. ¿Cómo chucha pude soñar esa wea? ME VOY A MORIR DE VERGUENZA EL LUNES CUANDO LO VEA...Aunque tampoco fue tan malo, igual me gustó.

[...]

Ya era lunes y a primera hora le conté a la Arle y al Fabian mi sueño. Me molestaron mas que la chucha pero igual me entendieron, digo, ¿A quién no le ha pasado?.

— Gabi ya viene — dijo la Arle molestándome. Mire y el venía caminando por el pasillo con sus otros amigos que también conocía — Ya no lo miren — les dije pero giraron su cabeza como weones y nos vió.

— Hola Gabi, hola cabros — nos saludó. Estaba muy nerviosa, temblaba caleta.

— Hola Nacho — los saludó la Arle con el Fabian a la vez. Ahora me miró a mi esperando que lo saludara.

— Hola Ignacio — lo saludé cuando me pegué la cacha. La Arle se reía bajito y el Fabi le pegó para que de quedara callá.

Que vergüenza por la cresta.

****

Ya, aquí el segundo capitulo mis niñas :)
Espero que les guste
Bai

-Javivi

Weona yeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora