Parte 24: Nuevo médico

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Todos nosotros vivimos en una línea de tiempo discontinua. Tu has nacido en la edad contemporánea, pero ¿y si hubieras nacido hace varias décadas? Hoy vamos a ver uno de esos tantos universos alternativos, uno en el que los campeones existieron mucho antes...

Nuestra singular historia empieza en una especie de gimnasio, más o menos en un ambiente similar a los años 50, con un joven entrando en este, acompañado de un hombre mayor.

"Bueno, chico, aquí es donde trabajarás" - le dijo el hombre

"¿No hay ninguna sala donde dejar mis cosas?"

"Claro que si, está al fondo, pero en cierto sentido estos son tus pacientes"

"Un montón de... boxeadores..."

"Yo les llamo campeones de leyendas"

"Eso suena... bastante cursi..."

"Ya, claro, ¿cómo les llamarías tu?"

"¿Boxeadores profesionales?"

"Qué... aburrido..."

El joven tenía unos pantalones verdes, una camiseta de color rojo con botones dorados, unas gafas redondas de color rojo que parecían de soldador, una pierna metálica y el pelo de color negro.

"¿Algo más que quiera decirme?"

"Emm... no, lo dicho, mucha suerte"

"La suerte no existe"

"Pues espero que sí, porque te hará falta" - comentó antes de irse

"Estudios... horas sin descanso... y acabo trabajando aquí como auxiliar médico..." - se dijo así mismo mientras se sentaba en una silla

La habitación era pequeña, a parte de las medicinas solo había un escritorio y un sofá, para los casos graves. En ese gimnasio los únicos que hacían ejercicio eran los boxeadores, algo que no le motivaba mucho.

"¿Hola? ¿Se puede pasar?" - preguntó alguien desde la puerta

"Sí, adelante..."

"A ti no te conozco"

El médico se giró para observar a una mujer alta, con el pelo rosa, pantalones marrones, tirantes, camiseta interior blanca... le recordaba mucho a las mujeres que trabajaban soldando.

"Hola, ¿en qué puedo ayudarte?"

"¿Eres el enfermero?"

"Médico auxiliar..."

"¿Médico auxiliar?"

"Arrff... soy el enfermero, ¿por qué preguntas?"

"Porque me he cortado la mano" - dijo con toda la tranquilidad

"Eres boxeadora, ¿cómo te has rajado la mano?"

"Me enfadé con Illaoi y rompí un cristal con el puño"

"Qué bruta..."

"¿A quién llamas bruta?" - le preguntó la chica de pelo rosa algo enfadada

"¿A quién se le ocurre romper un cristal con el puño?"

"¡A mí! ¡¿Es que no me oyes?!"

"Por favor, no grites"

La muchacha murmuró algo en voz baja y luego tomó asiento. El médico empezó a vendarle la mano muy despacio para no abrir la herida.

"Escuece un poco" - se quejó la mujer

"Le he puesto algo de alcohol"

"No te he visto antes por aquí, ¿cómo te llamas?"

"Viktor, hoy es mi primer día"

"Yo soy Vi, llevo aquí algo más de tiempo"

Vi echó un ojo a Viktor de arriba a abajo. Parecía que necesitaba algo más de ejercicio, su pelo tenia una extraña linea blanca y... ¿tenía una pierna metálica?

"Oye, ¿a qué viene lo de la pierna?" - preguntó Vi

"Es una prótesis... tuvieron que quitarme la que tenia, una herida de guerra que no se pudo curar"

"¿Tu estuviste en la guerra?"

"Si, ofrecí mis servicios como médico"

"Ya decía yo..."

"Bueno... creo que ya está, evita acercarte a los cristales y no te quites las vendas"

"Si, claro..."

"Te lo estoy diciendo en serio"

"Claro, lo que tu digas Viktor" - dijo sin darle mucha importancia antes de salir

"Esta chica..."

Vi de ViktorWhere stories live. Discover now