Plantada

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Es increíble decir lo rápida que actué en el momento, tan solo para tenerlo más cerca de mi.

Increíble y algo fascinante que cada segundo que pase, solo pienso en él.

Por amor estoy dispuesta a muchas cosas, entre ellas: soportar en silencio cada momento que nos veamos, y digo "silencio" porque nuestra relación debe ser así, hasta que se haga pública.

Logré visitar tres apartamento, entre ellos solo me ha cautivado uno, es ideal, pero ya le he  mandado los datos y las fotos para que él mismo escoja.

Por fortuna me dijo que vendría para negociar con los dueños, quizás lo alquile los meses que se quede.

Ahora espero que la jodida lluvia pase desde mi cuarto, estoy al lado de mi bebé quien duerme plácidamente. Ojalá todo fuera tan tranquilo como el sueño de un inocente niño.

Espero la llamada de Louis, quien me dijo que al llegar me avisaría para que juntos fuéramos a observar el apartamento que el escogió.

Pero la horas pasaron y le hice varias llamadas, no contestaba. No comprendí que pasaba, pero de tanta la espera quedé rendida.

.....

Busco mi teléfono que no para de sonar, abro bien los ojos, he dormido mucho. Ya son la   siete de la noche. Louis me llama.

—¿Si?

—Amor, perdón por no contestarte, estaba ocupado.

—Ah, si, ¿con quién? —inquiero.

—Mi reina, estaba haciendo un negocio, ¿puedes venir al hotel Gold village?

Frunzo el ceño.

—¿Qué haces en un hotel? —pregunto algo confundida.

—Pues estuve en el día en este pueblo haciendo un negocio y he pensado quedarme hasta mañana. ¿Puedes acompañarme a cenar y charlar un rato?

Suspiro, siento que algo se trae, pero no está mal ir un momento.

—Está bien, ¿en que habitación estás?

—La 105. Te espero.

....

—Mamá, ¿puedes cuidar a David?

Se gira frunciendo el ceño.

—¿Para donde vas?

—Bueno mamita, usted sabe que desde que me casé y tuve al bebe, no he salido un momento a solas. No he hecho más nada que estar aquí. Una amiga me ha invitado a cenar y creo que me lo merezco.

—Anja, bueno. En siendo que no te cases ni tenga otro novio, está bien.

Ahora soy la que la mira extrañada.

—¡Pero mamá!, ¿me estás diciendo que no puedo tener otra pareja? ¿Pretendes que me quede sola mi vida entera? —me cruzo de brazos esperando su respuesta.

—Pues no, no sé. Solo que apenas llevas poco tiempo de soltera, y no creo que sea hermoso tener otro padre para tu hijo en poco tiempo.

—No busco otro padre para mi hijo, ya él lo tiene. Además si llego a tener otra pareja, no significa que Tony deje de ser un papel importante para mi hijo, pero no pienso quedarme sola el reto de mi vida —aclaro enojada.

—Bájale a tu tono, no digo que te quedes sola, solo estoy diciendo que no traigas novio tan rápido. Solo eso, muchacha. Y vete si te vas a ir, hazlo antes de que pierda la paciencia.

Me levanto hecha furia y camino hasta mi cuarto.

Ya veo que esto será difícil.

....

Tengo un vestido de tiro color gris, por fuera un abrigo negro combinado con unas botas altas. Dejo mi cabello suelto y me agrego perfume.

Me despido de mi bebé, y bueno, con mi madre  estoy enojada.

Llamo un taxi y al cabo de diez minutos llega y me subo dándole la dirección del amor de mi vida.

Al llegar pago y  realmente me siento  nerviosa. Hay unas cuantas personas en el restaurant y bar que hay justo aquí en el hotel, por suerte no debo pasar por ese lado.
Voy a la caja y una joven muy sonriente me atiende, le dije que venía a visitar a Louis y el numero de habitación. Pero ella llamó para confirmar y por lo visto él aceptó.

Subo al ascensor, luego de llegar camino unos pasos por un largo pasillo y encuentro su puerta. Toco dos veces, al abrir quedo con los ojos de par en par, mi amor me espera con una toalla envuelta sobre su cadera. Muerdo mi labio mirando cómo se le marca el abdomen y me obligo a reaccionar.

—Hola preciosa, pasa.

Me sonrojo y en cuanto paso cierra la puerta y me toma del brazo pegándome de su cuerpo y besándome.

—Te extrañé y te extraño —susurra.

—Yo no.

Me alejo de él algo enojada por lo sucedido en la tarde.

—¿Por qué no?

—Porque estoy muy enojada. Me dejaste plantada y ni contestabas mis llamadas.

Se acercó intentando abrazarme , pero no se lo permito.

—Nena, estaba haciendo un negocio. Mañana te llevaré a un lugar y te diré lo que hice. Te lo prometo.

Casi me está convenciendo con su mirada.

—Hmm, espero que valga la pena —respondo, observo el lugar, es cómodo. Tiene un toque moderno.

—Me quiero duchar, pero ya que estás aquí, puedes hacerme compañía —me guiña un ojo.

—No, ya acabo de ducharme. No pienso hacerlo de nuevo, mejor vete tú, yo espero aquí —me siento en el sofá cruzando las piernas.

—Como quieras. Si te decides ya sabes.

Se gira y quita su toalla dejándome sorprendida al verlo desnudo. Se fue como para que la tentación me tomara por completo y yo corriera detrás. ¿Voy o no?

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora