Día Cinco

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Cinco días... Han pasado cinco días desde que Kcalb, Arbus y Ater han desaparecido... Todos estaban tan, pero tan preocupados que se les hacía difícil hacer sus trabajos y eso, se notaba hasta para la misma diosa quién no entendía por qué todos estaban preocupados de algo que ya había sucedido... Claro, no era la primera vez que Kcalb desaparecía, pero...

Era la primera vez que tardaba demasiado en aparecer...

Etihw no veía eso, no veía que el tiempo era más prolongado; quizás porque nunca fue de usar calendarios y, por ende, nunca entendería por el caos que Blancblack estaba pasando...

El suelo del pueblo gris se volvió imposible de cruzar... Lodazales y zapatos pegados al suelo era lo sucedido; hermosos vestidos y elegantes pantalones se ensuciaban peligrosamente y más de uno salió herido por intentar zafarse del agarre que los hundía. Etihw no tuvo más remedio que evacuar a todos al castillo y convertirlo en un asilo...

Se mordió el dedo del pulgar; ¿Qué sucedía? ¿Por qué la lluvia no aminoraba? Se vio obligada a buscar por ella misma a Kcalb para que se dignara a aparecer y culminar la temporada de lluvias...

Ese medio día, que todos almorzaban, aprovechó su soledad dónde envió a Wodahs a comer con Grora para buscar a Kcalb... El castillo era 19 veces más grande de lo que uno podría imaginar, pues el resto de pasillos estaban cerrados al público así que... ¿Por qué no iniciar por ellos? Con una colección amplia de llaves escondida entre sus túnicas decidió irse a buscarlo.

Pasillo, tras pasillo... Puerta, tras puerta... Habitación tras habitación, fue que llegó a la habitación de sus antiguos ángeles: Sherbet, Rigatona, Ciel... Sentía que profanaba aquellos cuartos que mandó a renovar cómo conmemoración a sus pérdidas, pero... Tenía que hacerlo, o de lo contrario no sabría si Kcalb estaba dentro de los cuartos.

Inició con Sherbet... Jeh, no le sorprendería que, si Sherbet siguiera vivo, estaría muy en contra de esta paz, pues sabía del odio que le tenía a Yosaflame del cual, el odio era mutuo...

No me sorprende que su odio los llevara a matarse... Cortándose los dos la cabeza con sus armas...

Un odio nacido técnicamente de algo muy lógico: Demonios y ángeles son enemigos... Jamás podrían ser amistosos ni nada... Y, sin embargo, ese cese de guerra fue vital y peligroso hacer que los pocos ángeles y demonios que quedaban (Dos ángeles -Wodahs y Grora- y dos demonios -Arbus y Ater-) se pudieran llevar bien... Sería tonto... Muy tonto... Que Yosafire y Froze salieran con que sus ancestros fueron buenos amigos...

– Aunque Yosafire es la que más creería en eso... ¿No crees, Sherbet? Ah... Estoy seguro que odiarías con toda tu alma a Yosafire e incitarías a Froze a odiarla también...

Era triste recordar que sus tres ángeles, ahora reencarnados y siendo tan buenas amigas le recordaran el dolor que sintió cuando los seis se mataron mutuamente, aunque... No todos murieron de maneras sádicas... Solo hubo dos quienes murieron trágicamente...

Sabía que no había nada y cerró la habitación de Sherbet; un amante de la limpieza por lo que se sorprendió que su cuarto siguiera todavía limpio... ¿Sería buena idea intentar reencarnarlo? ...

– ... No... No deseo más conflictos... – Y con eso en mente, cerró la habitación para dirigirse con Rigatona...

Ella era muy audaz... Perfecta para la guerra, sin embargo, dudaba mucho que su audacia sirviera para la paz. No tenía ninguna relación enemiga con los demonios pues los veía a todos cómo enemigos, aunque nunca supo a ciencia cierta si conocía a Cranber. Su cuarto era siempre un desastre; sacos de boxeo rotos, equipo de ejercicio y con sus uniformes militares bien acomodados, seguido de una cruz con las puntas acabadas en rombos de color blanco entre paredes verde menta.

– Rigatona... Ni siquiera Kcalb leyó tu mente... ¿Sentías algo por Cranber cómo Macarona siente algo por Rawberry? Creo que nunca lo sabré porque tu pensabas más en estrategias...

Sabiendo que estaba perfectamente igual, cerró con llave la puerta y fue con Ciel...

Era una linda chica; muy delicada, seria y poco habladora, de hecho, se podría catalogar cómo un ángel que solo hablaba lo necesario, sin embargo...

– Ciel... Mi pequeña Ciel... Mi único ángel que nunca pudo disfrutar del canto pues siempre eras fuertemente criticada por ser tan sumisa... Solo sentías que Lost te entendía a pesar de ser un demonio... Me pregunto... ¿Si sabías que él te escuchaba siempre que te ibas a cantar sola?

El cuarto de Ciel era igual que Sherbet, pero más ordenada en el sentido normal, amante de los muebles antiguos, pudo disuadir un diario que se vio tentada en leer, pero, solo cerró los ojos y sonrió. Ciel le había permitido oír sus cantos cuando la guerra del día terminaba con una victoria momentánea de algún bando, así que no se le haría justo romper esa confianza y cerró la puerta.

Nunca se daría cuenta que Ciel le había sonreído al aparecer momentáneamente en su cuarto...

Revisó más cuartos, las que tenía en su poder, pero... No dio con nada, ahora que se daba cuenta; ya era de noche y fue cuando Wodahs dio con ella al salir de su antigua habitación con un suspiro pesado y cansado.

Una plática que duró tres minutos culminó en irse los dos al cabo de hacer una pregunta...

– Señorita Etihw... ¿Qué hacía aquí?

– Quería recordar el pasado... Creo que mañana seguiré con los pasillos demoniacos... – Ver a Wodahs querer decir algo hizo que cerrara sus ojos y suspirar pesadamente – Mira... Vamos mañana... Ahora hay que atender a los hospedados... ¿Están listas las habitaciones compartidas? Será mejor para que no haya problemas en nada...

– Si, cada habitación posee cuatro camas, así que ya están repartidos todos... Señorita Etihw... – Dudó en preguntar – ¿Están bien ellos?

– ... – Suspiró suavemente con una sonrisa melancólica – Creo que... Ellos están felices que ahora haya paz... Aunque podríamos intentar hablar con los vientos pasados...

Ninguno de los dos sabía que los tres ángeles se materializaron parcialmente para verlos irse de aquél pasillo del pasado que Etihw no ha pisado hasta... Hoy... "Gracias por venir a visitarnos... Nuestra diosa Etihw"

The black Flower, the white diamondWhere stories live. Discover now