Once.

1K 107 32
                                    

Comenzamos a stalkear a todos y cada uno de los usuarios que nos aparecieron ante la búsqueda de "Cameron Dallas".

Definitivamente ninguno era el que yo estaba buscando, casi todos tenían finta de ser malandrines*.

Di un gran suspiro y decidí rendirme, quizá el destino no quería que estemos juntos. Después de ver el último perfil voltee a ver a mis amigos, los cuáles me miraban con cara de pena ajena.

—Quizás está en facebook con otro nombre o apellido ¿sabes cuál es? —Gilinsky iba a teclear en el buscador de facebook pero se lo impedí poniendo una de mis manos en éste. Me miró.

—Dejalo así, es mejor que me vaya olvidando de él ¿no? —Los mire a todos y ellos no emitieron ni una sola palabra. Johnson alzó sus hombros y sus cejas.

Me levante de la silla y me dirigí a la maestra, ella me miro.

—¿Sucede algo, Mendes? —Me miro por debajo de sus gafas.

—¿Puedo ir al baño? —Le cuestioné.

—Claro, pero ve rápido. —Dijo antes de volver su mirada al computador.

Salí de la sala de computo, baje las escaleras y entre a los baños que se encontraban justo doblando a la izquierda.
Me acerqué al lavamanos, gire la perilla de la puerta y después junte mis manos para que el agua cayera en éstas y no se fuera. Me agache un poco y me moje la cara con el agua que tenía anteriormente en mis manos. Tome una bocanada de aire y después lo exhale. Me mire al espejo, mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, así que decidí tallarme la cara con la manga de mi suéter.

Un nudo comenzaba a hacerse en mi garganta, no podía regresar al aula en esas condiciones. Corrí a uno de los baños que estaban más alejados de los demás, así nadie podría oír mis lamentos. Entre, cerre la puerta y baje la tapa del inodoro para después sentarme.

Y comencé a llorar, tenía mucho que no lo hacía, y mucho menos en un lugar así. Sentía mi cara arder, las lágrimas cayendo por mis mejillas y mi vista borrosa.
Sollozos comenzaron a salir de mi boca, me era imposible poder contenerlos.

Jamás me había sentido así por alguien, el amor que le tenía a Cameron era sincero. Y en verdad me dolía el saber que jamás tendría oportunidad con él. Es decir, mirenme, tengo mi autoestima por los suelos, soy tan feo que ni una mosca se me acerca, soy un asocial, nunca salgo y ¡ni siquiera sabe que existo!

Limpie por última vez mi cara con la manga de mi suéter, me había quedado sin lágrimas, ahora sólo faltaba que se me quitará la hinchazón de los ojos y lo rojo de la cara.

Comencé a ver todas las cosas escritas que había en el baño. Eran cosas cómo "puto él que lo lea", "vete a la mierda, juanito" "te amo britany" "Brayan y Britany 4ever". Recorde que tenía mi pluma guardada en el bolsillo del pantalón, así que decidí sacarla y dejar mi huella en el baño también.

"Cuándo escribí esto, no estaba feliz" puse en un espacio vacío de la puerta.

Me toque la cara y ya no la sentía roja, creo que era hora de salir. Pero justo cuándo lo iba a hacer, escuche unos pasos seguidos de voces.

—Hey, Sam. Ya te extrañaba. —Se escucho una voz grave.

—Yo también, Nate. —Contestaron.

Decidí subirme al inodoro para poder obtener un poco de visión sobre las personas que se trataba. Asome un poco la cabeza y logré ver la cabellera blanca de Sammy Wilkinson, uno de los mejores jugadores de basketball de la escuela, también pude ver a su acompañante el cuál era Nate Maloley, uno de los chicos con mala fama en la escuela por ser un matón y drogadicto. Algunos dicen que está metido en problemas con la policía por la venta y compra de marihuana y cocaína.

Me agache nuevamente y me baje del inodoro para volver a sentarme. ¿Cuánto tiempo estaría aquí? Sólo quería desahogarme.

—N-nate, va-vamos a los baños del fondo —Escuche que dijeron entre quejidos.

Santa mierda, tenía que hacer algo rápido si no quería morir asesinado por Nate.

Los pasos se acercaban, así que decidí quitarle le seguro a la puerta del baño y tirarme al piso para comenzar a arrastrarme en el suelo y pasar de baño en baño hasta salir.

Entre más me arrastraba, más se ensuciaba mi suéter. Mi mamá me mataría si no lo hacía Nate.

Me arrastre hasta el último baño y salí corriendo.

[...]

—¿Dónde estabas, Shawn? —La maestra me preguntó cuándo llegué al aula.

La cagué. ¿Cuánto me había tardado en el baño? Tenía que inventar algo.

—L-lo siento. Me sentía mal del estómago y vomite en el baño, pero después de eso me quedé sin fuerzas y no podía caminar. —Le dije.

—¡Cielos! —La maestra brinco de su silla y se me acercó— Sientate en una de las sillas, Shawn. ¿Cómo te sientes ahora?

—No se preocupe ya, fui a la enfermería y me dieron algo. Me dijeron que tal vez me sucedió eso porque no desayune bien. .

—Bueno —La maestra asintió— si te vuelves a sentir mal, me dices. —Ahora yo asentí y después de eso volví con mi equipo.

—¡SHAWN! TE EXTRAÑAMOS ¿DÓNDE TE HABÍAS METIDO? —Grito Carter.

—Había ido al baño, pero me daba pena descargar el tanque porque los de tercero estaban ahí. Ya saben. —Mentí.

Carter asintió, parece que digo las mentiras con cierta tranquilidad que todos me creen. Nadie nunca nota que estoy mal.

[...]

Las clases se terminaron y en esté momento me encontraba en el autobús que me llevaba a mi casa con los Jacks.

Ellos se iban riendo mientras yo sólo escuchaba música y miraba por la ventana.

Llego el momento en dónde los Jacks se tuvieron que bajar del autobús porque ya habían llegado a su casa. Así que me quedé solo, pero no me importó.

Quite la vista de la ventana y visualice a las personas que se encontraban en el autobús. Me pareció ver a Cameron, pero quizás sólo fue una alucinación mía.

Volví mi mirada a la ventana y ahora llego el momento en el que yo me tenía que bajar.

Me acerque al timbre y lo presione. Me baje del autobús y comencé a caminar a mi casa, todo iba normal hasta que vi a Cameron. También caminaba a su casa, ¡Íbamos en el mismo autobús!

Esperen, mierda.
Se supone que ya lo tenía que superar.

El chico de la papelería. [Shameron]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora