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jongdae y hyomin se encontraban caminando por los jardines del hospital, éstos no les parecían tan increíbles a ambos pero les parecía una buena opción para pasar un rato juntos, ya habían tenido mucho con la carrera que dieron hace tres días para no ser descubiertos.

hyomin reía ante los chistes malos de jongdae, reía por la cara que hacía él al no obtener resultado con sus chistes agrios.

— ¿cómo es posible que los chistes de chanyeol no surjan efecto en ti? son muy buenos. – hyomin soltó una audible carcajada.

—mejor invítame de comer por el mal rato que pasé.

ahora fue jongdae el que rió y llevó a la chica cogida del brazo a la cafetería. pidió unas galletas para ella con un poco de jugo y ambos se sentaron en una de las mesas desocupadas.

—¿si te llenas con eso?– señaló lo que le había comprado y ella asintió.

—sí, tampoco es que coma tanto. – él asintió y la observó comer.

a decir verdad, jongdae la veía mucho más pálida que la última vez pero ella –al parecer– seguía con las mismas energías. comenzaron a conversar sobre lo que habían hecho los últimos tres días, ella le contó sobre la nueva enfermera que la atendía y él sobre la salida con sus amigos. jongdae quiso poder llevarla otra vez al lugar que ella le había enseñado una vez que la expresión de hyomin cambió, ¿dónde había quedado la hermosa sonrisa de la chica y sus preciosos ojos brillantes?

hyomin dejó de lado el jugo que tomaba y tomó su cabeza en sus manos.

—¿estás bien?– preguntó jongdae preocupado mientras se levantaba y rodeaba la mesa.

ella asintió y alzó su mirada, tratando de aparentar que nada pasaba pero no le resultó. jongdae observó mucho más alarmado y preocupado como la nariz de la chica comenzaba a sangrar de manera descomunal antes de que su cara perdiera todo color, se perdiera completamente la vida de sus ojos y se echara atrás, cayendo desmayada.

él logró atrapar su cuerpo a tiempo y comenzó a gritar por la atención de alguna de las enfermeras que se encontraban cerca, pronto llegaron cuatro con una camilla y la subieron rápidamente, sin dejar que el chico de cabello castaño algo ruloso les siguiera el paso.


***


jongdae la observó por la ventana de la habitación y esperó a que la enfermera salga antes de infiltrarse en la habitación de hyomin. habían cambiado su ropa a una limpia y sin rastro alguno de su sangre, su rostro estaba tranquilo y respiraba con normalidad.

jongdae se sentó en el sillón que estaba cerca de la cama y la observó con parsimonia. tomó la mano de la chica y la acarició.

—perdón por hacerte preocupar. – susurró ella, sobresaltándolo pero sin llegar a que él soltara su mano.

—no tienes que pedir perdón, hyomin. – ella iba a hablar pero jongdae la interrumpió. – sigue durmiendo, te vas a sentir mejor dentro de poco.

ella asintió, soñolienta y él besó su frente para seguir acariciando su mano, haciendo que ella cayera en un profundo sueño.


PROMISEWhere stories live. Discover now