Jimin acarició con su dedo pulgar el labio inferior del menor haciendo que este se estremeciera ante el tacto.

–Te quiero, Jungkook –susurró, y aunque ya lo había dicho antes el corazón del castaño se emocionó igual que la última vez.

– Y yo a ti, Jimin.

El castaño se acercó para depositar un dulce beso en los labios del ojinegro, así comenzó una sesión de caricias y palabras bonitas de parte de ambos chicos. Si uno entraba en la habitación podía sentir de inmediato aquella química tan especial que surgía entre ellos. Jimin posó su mano sobre la nuca del menor exigiendo un beso más profundo, el aludido no se hizo esperar e intensifico el beso agregando caricias a la espalda del chico.

De a poco parecía que la ropa les comenzaba a estorbar. Jungkook comenzó a juguetear con la camiseta de Jimin hasta que se la quitó, de paso también se sacó la suya quedando ambos con el pecho desnudo. El peli-naranja se recostó sobre el sofá invitando al menor para que se colocará encima de él mientras sus manos traviesas viajaban hasta su trasero. Jeon dejo de besar los labios de Jimin para atacar su cuello con pasión y desenfreno, el mayor comenzó a gemir ante los húmedos besos que le proporcionaba su acompañante quien al ver que estaba haciendo un buen trabajo siguió bajando hasta encontrarse con el pezón de Jimin. Besó y lamio el derecho ganándose más gemidos por parte del mayor quien se encontraba aguantando la enorme erección que crecía en su pantalón.

Jimin no pudo contenerse más y dijo:

– Creo... que deberíamos... ir... a la habitación...

– Sí –le respondió Jungkook.

El menor se levantó primero ofreciendo su mano para ayudar a Park, cuando este la acepto en vez de entrelazar sus dedos lo tomo entre sus brazos levantándolo del suelo y haciendo que Jimin entrelazara sus piernas en su cintura para así llevarlo hasta la habitación. El ojinegro se río ante esta acción.

– Parezco una chica –dijo sin parar de reír.

– Eres mucho mejor que una chica –le respondió Jungkook dejando un pequeño beso en sus labios.

Poniendo cuidado de no tropezarse llego hasta su destino dejando caer suavemente de Jimin sobre la cama. Volvieron a fundirse en un beso húmedo y caliente, quintándole el aliento al otro. Jungkook poso sus dedos en el cierre del pantalón de Jimin para comenzar a quitárselo. El mayor facilito su trabajo alzando sus caderas, prontamente se encontró solamente con la tela del bóxer cubriéndolo. Ambos se miraron y sonrieron, se sentían felices, estaban con la persona correcta, eso lo podían asegurar. Park acercó su mano a los oblicuos del castaño delineándolos con el dedo hasta llegar a su pantalón el cual quito en un santiamén.

Estaban casi totalmente expuestos ante el otro, Jungkook hizo el primer movimiento depositando pequeños besos en la cara del mayor. Primero empezó por su frente luego su nariz, después las mejillas y por último se detuvo en los labios, Jimin reía bajito, le encantaba que el castaño fuese tan tierno y detallista con él, se sentía especial.

Jeon se dejó caer encima del cuerpo de su acompañante poniendo cuidado de no aplastarlo, Jimin aprovecho la ocasión para acariciar la espalda de este la cual era ancha de la medida perfecta para el pequeño cuerpo del ojinegro. Mas besos y caricias surgieron de par de ambos, todo era lento, casi tortuoso pero les gustaba así.

– Tus besos me hacen cosquillas –susurro Jimin.

– Joder, quiero besarte toda la noche.

El peli-naranja aventuro su mano para llegar al miembro del chico. Primero pasó sus dedos tímidamente como si pidiese permiso, al ver la afirmativa de parte de Jeon metió su mano por dentro del bóxer. Jungkook gimió fuerte, el tacto de Jimin era suave y tortuoso, bajo a cuello del mayor para besarlo mientras este seguía sacándole susurros y más gemidos. Al ojinegro le estaba molestando la una tela que cubría al menor, así que se acercó al elástico y dejo desnudo a Jungkook.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora