XXXVII (3/?) *Maratón*

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Narrador omnisciente.

— ¿Quién eres? — volvió a preguntar la rubia después de un largo rato en el que la bruja la cual había atormentado su sueño estaba como una loca sentada en una silla frente a la de ella.
— Eres mala para las adivinanzas — comentó la bruja rubia que tenía en frente
— ¿como adivino quién eres si nunca en mi vida te había visto hasta que casi me matas en mi sueño? — pregunto irónica la chica de verdes. Movió un poco sus manos ya que la cuerda en todo lo que llevaba ahí no se había aflojado ni un poco. Era obvio que cuando se la quitaran, si es que lo hacían, quedaría marca.
— Nosotras nos hemos visto antes, _____ — dijo la bruja riendo, acción la cual desespero más a la rubia — Creo que tu hermosa madrastra te borro los recuerdos de mi pequeña.
— Espera... ¿Madrastra?... — pregunto confusa la chica y la otra bruja río.
— Upsi, creo que no debí decir eso — puso una mano sobre su boca mientras sonreía.
— Okay me estás desesperando. — dijo casi perdiendo la paciencia.
— Ya, ya. ¿Quieres saber porque estás aquí? — preguntó acomodándose en la silla y mirando a la chica con una ceja elevada.
— Emm si, creo que si me interesaría saber el porque una loca me tiene aquí atada a una silla hace aproximadamente 5 horas — la rubia rodó los ojos mientras que la otra bruja se paraba de su silla
— Okay te lo diré pero primero traeré a tu amiguito. No quiero volver a repetir el discurso. ¡Rufus! ¡Trae al muchacho!
El tal Rufus era un hombre grande, musculoso y con pelo castaño, Sus ojos eran rojos, casi inhumanos. Daba miedo a simple vista y Estaba vestido completamente de negro.
— ¡James! — exclamó la chica al verlo entrar con una soga en sus manos y pies, mientras que en su boca había un trazo de tela que ld impedía pronunciar palabra alguna.
Apenas y parecía vivo, si no hubiera sido por su pecho que subía y bajaba lentamente, ella hubiera creído que estaba muerto.
— ¡¿Qué le has hecho?! — grito la rubia cuando el tal Rufus lo dejo tendido en el piso.
— No paraba de preguntar por ti y soltar maldiciones. Así que un par de Crucios no sobraron. Me tenía desesperada — dijo como si fuera lo más normal de mundo.
______ al ver a James en tal estado, unas pocas lágrimas cayeron por sus mejillas. La rubia noto que la camiseta de su uniforme estaba manchada con algo más que mugre. Sangre. Había sangre en su camiseta.
— Espera... ¡Está sangrando! — exclamó la rubia con su voz ahogada.
— Rufus fue un poco más agresivo que yo. — la bruja vio a _____ llorar y sonrío — Ay querida, tranquila no llores. No fue grave, fue un pequeño corte, estará bien.
Okay a lo que ibasiguió diciendo — Están aquí por qué son importantes. Si no los necesitará, ya estarían muertos, se los aseguro. Pero desgraciadamente los necesito y odio decir esto. Si, si, yo Khloe Swaroski, necesito a dos estupidos y tercos adolescentes de 15 y 16 años. Ay Merlin me siento humillada.
— ¿Quiere ir al punto de una ves? — pregunto la rubia enojada.
— Gruñona. Bueno, como decía. Ustedes dos son importantes. — la rubia miro a la bruja a los ojos. Sus ojos eran de color azul hielo. No tenían expresión alguna, lo único que había era vacío. — _____ tu eres una bruja escarlata y tú James, eres algo así como tu padre. Ustedes dos están destinados a unirse a mí para dominar el mundo mágico. Piénsenlo, ¿no sería genial tener a todo el mundo alabándote y tener todo lo que quieras a la hora que quieras?

¡James! ¡Has roto la maldicion Potter! (Actualizaciones lentas)  Where stories live. Discover now