chico misterioso

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Después de que por fin se acabara las clases donde estuve todo el tiempo acompañada por mis amigas, quienes se quedaron calladas todo el tiempo y por calladas me refiero a que no dijeron ninguna palabra Alice y Gianna...en cambio Cornelia no paro de lanzarme preguntas y preguntas acerca de cuándo me entere y demás cosas que prefiero no nombrar porque me hicieron sentir incomoda... muy incómoda.

A la hora del almuerzo preferí no comer en el restaurante, más bien opte por comer en una mesa de picnic apartada de la universidad, camino al gimnasio.

Me senté y abrí mi botella de agua cuando alguien dejo su almuerzo frente a mí y se sentó. Lo mire extrañada y revise por todos los ángulos que me permitió mi cuello para verificar si había alguien más.

- ¿y tus amigos? - pregunte tomando un sorbo de mi botella y volviéndola a dejar en la mesa.

Pablo me miro y se encogió de hombros mientras sacaba del envoltorio su sándwich. Hice una mueca al recibir su aroma generándome nauseas, tome mi ensalada y empecé a picarla, disfrazando mi disgusto por el aroma. Qué asco, de que cosa es ese sándwich, parece que fuera de huevo podrido con queso cortado y pepinillos. Juro que vomitare si no salgo de aquí ahora.

- quise pasar de ellos ¿te molesta? - pregunto pegando una mordisco, lo mire fijamente tratando de transmitirle a sus ojos verdes que aleje o guarde ese sándwich o vomitare.

- me piro, espero disfrutéis de tu asqueroso sándwich - comente levantándome mientras subía mi maleta al hombro.

- ¡¡espera!! - grito cuando me aleje a paso rápido de allí. Me gire a verlo para que me necesitaba pero lo único que hizo fue guardar el sándwich en el mismo envoltorio y este en la mochila.

Me encamine a devolverme a la mesa de picnic, escuchando rugir mi estómago. No eh comido mucho hoy en comparación a estos días que estuve en estados unidos.

Me senté y esboze una sonrisa en agradecimiento.

- ¿el cambio de horario te afecto? - pregunto mirándome preocupado. Negué y probé bocado de mi ensalada.

- lo que pasa es que...

Pablo asintió y esbozo una sonrisa levantando la mano para que no explicara nada más. Dios mío, por favor que ninguna de mis amigas hubiera abierto la boca y por ninguna de mis amigas me refiero solo a Cornelia porque ella con un rollo de tan grande magnitud no se queda callada ni porque le paguen.

Por favor que no sea eso, no sabría como volver a la universidad porque todos me empezaran a molestar porque estoy embarazada. Ya me lo imagino, en mi casillero aparezca millones de condones cuando lo abra o notas de felicidades o cosas para él o a bebe.

- Nicolás y tu terminaron y no queréis comer, como tampoco ver algún tipo de comida. Por esa razón estáis aquí y no con tus amigas - comento rápidamente, solté la carcajada teniéndome la panza del dolor que empezó a emanar allí por la risa.

- ni en sueños, es otra cosa completamente diferente a esa. Te lo aseguro - afirme tomando otro sorbo de mi agua.

- ¿entonces que te sucede con mi sándwich y que estéis alejada de tus amigas?

- vale. Solo quise estar un momento sola para hacer recuento de la semana pasada, no es más. No te preocupéis - articule esbozando una sonrisa. Pablo recargo sus codos en la mesa y el mentón en la palma.

- quiero que me contéis como os fue a vosotros

- súper, Brenda se llevó una gran sorpresa... al igual que todos

Nunca te dejaré de amar #2 MQADonde viven las historias. Descúbrelo ahora