Entre los brazos de la muerte

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30 / 05 / 2016

1:08 a.m.


... justo hoy; cuando todo mundo celebra, baila, ríe, goza de una vida plena, justo en un día como este pero en la fecha de 30 / 05 / 2010 cuando una luz dejó de brillar en el mundo.

¿Cómo se juega a vivir en este mundo incoherente?

No he llorado en estas fechas por la ausencia de mi madre, mucho menos he sentido melancolía. Cuando fue su sepultura, familiares rodeaban aquélla lápida, mis hermanos veían cómo bajaban el cajón para su entierro, lloraban, no podían contenerlo. ¡Es la vida de una madre la que dejó de existir!
Por eso hubo silencio en el mundo y llanto brotando de corazones hechos de carne.

Por eso el Sol no se ocultó, aunque estaba apunto de hacerlo, el golpe más fuerte de la vida, se describe así:

Se llega al descanso, bajan el ataúd de sus hombros y abren la caja... último vistazo al rostro de mi madre... se llora, el cuerpo se comprime, se aprietan los puños y el corazón duele... Duele como nunca dolerá "a menos que se repita".
Se cierra el cajón; tu aliento, tu voz que duele, quiere decir ¡Alto! ¡No! ¡No la cierres aún!
Oscuridad adentro del cajón es lo que uno piensa.

¿Cómo lo estará sintiendo ella?

Mis hermanos se derrumban, abrazan a su pareja, yo, recargado en la pared, ordenándome no llorar.
Levantan la caja y devuelta a los hombros. La familia, rodea la lápida, unos no tan cerca; y comienzan a descender a mi madre, comienzan a sepultarla.

No quiero llorar, más sin embargo lo hago pero lleno de rabia, ¡Que dolor...! ¡Insoportable dolor! ¡Todo se cae, se derrumba! ¡Se muere junto con ello! Que dulce experiencia, que bueno es Dios al despojarnos de un cuerpo que estorba, que sencillo resulta morir y dejar tantas cosas atrás. El último ladrillo fue puesto, y ahí se quedará tu madre, nuestra madre. ¡Ah! Que dulce y que bello, el Sol suspiró, se dio la vuelta y comenzó a llorar y todo fue triste.

Seis años han pasado, el tiempo no se detendrá jamás, ojalá que Dios nos tenga esa tierra prometida, ojalá pudiera regresar al pasado y pedirle al tiempo que se detuviera muchos años.

Cuántas navidades, años nuevos, cumpleaños, puestas de Sol y Lunas brillantes, acontecimientos importantes, cuántas horas, días, meses, cuántos abrazos, palabras, muchas tantas cosas quedarán censuradas, apagadas, forzadas a no seguir. Cuánto se sufre la ausencia y cómo quema hasta dejar cenizas.

Los que no sufren la muerte son como un pequeño niño, frágil y temeroso y con una inocencia infinita, que no sabe el daño que causa estar: entre los brazos de la muerte.

Nunca Es Tarde Para Llegar A Tiempo (editando)Where stories live. Discover now