Capítulo 28

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☆☆Incompleto☆☆

Todo iba muy rápido.

Los días habían pasado para Luna en un simple pestañeo, convirtiéndose en efímeras semanas que a su vez se transformaban en tediosos y difíciles meses en los que los integrantes del descubierto Ejército de Dumbledore parecían ser castigados continuamente por la directora Umbridge, daba la impresión de que no se había conformado con el castigo impuesto generalmente la semana que el grupo fue descubierto.

Pensando en ello, lanzó un suspiro.

Esa noche Luna se hallaba refugiada en la sala común de Ravenclaw terminando una redacción, sola e inundada por un silencio que pronto se rompería cuando sus compañeros de casa regresasen del Gran Comedor tras la cena. Estaba cansada, le pesaban los párpados y su cuello se resentía al estar tanto tiempo encorvada escribiendo. Prácticamente no había salido de allí en todo el día.

¿Para qué iba a salir? El colegio parecía decaer con rapidez; algunos de los profesores llegaban a ser agredidos por oponerse a las opiniones de la directora, ya casi no se escuchaban risas ni albedrío por los pasillos. Los alumnos que mejor llevaban los cambios eran por supuesto los Slytherins, sobre todo los miembros de la Brigada Inquisitorial, a los que ahora Luna debía esquivar por dos motivos; por los castigos y por Draco Malfoy.

Ese chico la había traicionado, había sido la primera persona a la que abría su corazón, su inocente corazón, el primer chico al que besó, por quien suspiró, el único que la hacía sentir extraña y eufórica a la vez, el único que la hacía estremecerse con nuevas y placenteras sensaciones en simples besos. Estaba dolida, pero debía sacarle de su mente y de su corazón cuanto antes. En ese aspecto de su vida, esos meses habían sido duros, a pesar de no haber vuelto a acercarse a él, con una simple mirada de lejos en los pasillos se volvía a sumergir en la tristeza, mientras tanto él no parecía percatarse de si ella andaba cerca. Le veía como el Draco Malfoy de siempre, pero le gustaba notar que, aunque aún le afectase todo lo relacionado con él, el tiempo hacía que el dolor disminuyera un poco. Sabía que jamás le olvidaría por completo, porque había sido su primer amor, basado en la mentira, pero el primero, sólo esperaba que lo que le quedase de él fuera un leve sentimiento que le hiciera ver que de los errores se aprende, algo que le diera un indicio de qué era lo correcto en una relación, si volvía a tener alguna. No quería guardarle ni el más mínimo rencor, a pesar de todo, eso no estaba en su forma de ser, pero una parte de ella no podía evitarlo al recordar que él no volvería a ser indiferente para ella como antes.

Quería tener su mente ocupada en algo y sólo lo conseguía en parte. Aunque hubieran pasado unos meses, también los recuerdos de cómo el E.D. fue descubierto y castigado estaban bien presentes en ella, era imposible olvidarlo pero a la vez para la chica era confuso, porque en el momento en el que todo ocurrió, ella se encontraba en un trance de desolación pensando en su ruptura con Draco del día anterior. Cuando estuvo en la Sala de los Menesteres sentía que todo a su alrededor lo estaba soñado, más bien que tenía una pesadilla; había mucho ruido, aunque al parecer la explosión que notó no fue real, según le contó Ginny, a quien no podía ver con la frecuencia de antes debido a uno de los castigos de Umbridge por el cual "los ex-miembros del descubierto Ejército de Dumbledore no podían tener ningún contacto entre ellos si eran de casas distintas los fines de semana", eso le hacía sentirse más necesitada de la presencia de un amigo ahora que había conocido más a fondo a Ginny, a Neville y a Harry.

Se levantó del asiento y se desperezó, había estado sumergida en sus deberes todo el día, desde la primera clase, tan sólo había hecho un descanso para bajar a cenar y había intentado terminar pronto, como hacía desde semanas atrás para evitar incómodos e innecesarios encontronazos con los Slytherins que se metían con ella y buscaban excusas para bajarle puntos si estos eran de la Brigada o Prefectos que se aburrían, se habían desmadrado con el resto de los alumnos ahora que eran el apoyo de la directora y, por supuesto, los Gryffindors eran los que resultaban más afectados en ese asunto. Su otro motivo era para alejarse todo lo posible de Draco.

Secretos en la lunaWhere stories live. Discover now