PROMESAS DE LIBERTAD

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Teao y Lucian no estaban por ninguna parte, e Isael dijo no haberlos visto desde hacía varias horas. Todos entendieron con sus palabras que él y Ángel habían estado juntos las horas pasadas, los habían visto marcharse juntos y nadie más los había vuelto a ver hasta ese momento. Hubo varias miradas entre los presentes pero nadie dijo nada.

Pasadas las siete de la mañana los dos lobos llegaron y se detuvieron a la entrada al ver a Ángel sentada entre ellos tomando desayuno.

Sus compañeros los saludaron pero no pudieron evitar fijarse como miraban a Ángel. Se podía decir que estaban furiosos con ella. Isael apenas vio sus rostros supo que había sido una mala idea llevarla a aquel lugar. Angel vio lo molestos que estaban y se puso de pie diciéndole a Isael que era mejor que se marchara.

Teao y Lucian le dijeron en tono cortante que así era, pues No tenía nada que hacer en aquel lugar entre ellos. Al pasar por el lado de Teao este le dijo que tenían que hablar. Ella respondió afirmativamente con la cabeza y luego se marcho.

Con alivio Ángel descubrió que no había un solo cazador en pie en la fortaleza, y por el desorden era claro que habían disfrutado a concho la fiesta. El patio principal era un desorden y en su cuarto aún estaban Eleazar y Trinidad. Al ir al cuarto de al lado, el que estaba vacío, o se suponía debía estarlo, estaban Hottu y Elena durmiendo en la misma cama. Cerró la puerta lentamente y se devolvió al patio al saber que no podría dormir, a pesar de lo cansada y agotada que estaba.

Tomó un chal del suelo, lo sacudió y se cubrió con él.

Se sentó a pensar en donde estaría la entrada a la prisión y si sería fácil de esquivar a los cazadores y a los lobos. Inconscientemente mientras pensaba, planeaba y calculaba, también soñaba con un futuro que era bastante poco probable. Sin darse cuenta empezó a limpiar el desastre que había.

Recogió cada mascara y antifaz y los guardo en una de las cajas de madera, en otra guardo las capas, gorros y sombreros y en otra todo lo que encontró que no correspondía a aquel lugar.

En varias ocasiones se detuvo a tamborilear los dedos en algunas de las mesas. Esto le daba a entender a los lobos que la observaban que estaba planeando como bajar a la prisión a ver a los vampiros o peor aún, como liberarlos nuevamente. No podían permitir esto por ningún motivo pues ellos serían los principales responsables.

Desde el otro lado de la muralla, escondido entre el follaje de los árboles estaba aquel extraño ser que había aparecido en las pesadillas de Angel, la observaba atentamente y veía los pensamientos de la joven y de los lobos que la observaban a ella.

Este ser estaba casi seguro que podía confiar en Angel pero no sabía hasta que punto. Decidió ponerla a prueba y ver que tanto estaba dispuesta a dar por la libertad de los vampiros, y para enmendar todas las muertes que había causado por ellos.

Después de dejar prácticamente impecable el lugar la muchacha se sentó a comer un trozo de carne. Tomó de a pequeños sorbos el licor de los lobos mientras seguía pensando en donde estaría la entrada a la prisión. Sabía que estaba muy lejos de llegar a liberarlos pero al menos se las podía ingeniar para visitarlos y tratar de llevarles alimento.

Miró su plato para tomar otro trozo de carne pero se lo arrebataron de un manotazo.

Teao estaba de pie frente a ella mirándola furioso mientras le decía que se olvidara de la idea de liberar a sus demonios porque iba a morir en ese momento. Antes de que Ángel reaccionara, el lobo la alzo del cuello hasta que sus rostros quedaron frente a frente. Ángel trataba de soltarse pero él era tan fuerte y estaba tan molesto que era imposible.

Cuando Lucian e Isael fueron corriendo hacia él, este apretó el cuello de Ángel aún más fuerte, con la clara intensión de quebrarlo antes que ellos lo evitaran.

CAZADORES   ( II Libro Serie La Niña Y Los Monstruos )Where stories live. Discover now