Brave » Liam Dunbar「#1」

Capitulo 29 "Ninguna criatura sabe lo que vendrá"

—¡Retrocede! ¡¿Hubo lengua?!—Pregunta Abby alterada y yo la golpeo—¡Ay! Si esa es tu furiosa dikura con ganas de matarnos a todos interior, que no salga a la luz ¿Bien?—Vuelvo a golpearla—¡Hey!

—Uno, no quiero que toda la escuela se entere, dos, ¡Eres una estúpida!—Ella se hunde en hombros y sonríe—Y tres, fue lo más... 

—¿Excitante?—Yo la miro confundida y ella repite su acción interior.

—Iba a decir, romantico o, lindo, pero sí, excitante está bien.—Termino aceptando dandole la razón y entonces ella me abraza.

—Era hora de que besaras a otro chico además de ese chico en primero... ¿Cómo se llamaba?—Pregunta poniendo su dedo indice sobre su pera y mirando hacia arriba, su "posición pensativa" no la hace lucir inteligente—Bien, no tengo idea.

—Si bien, no importa, lo importante es que no puedo esperar para ver a Liam.—Admito ansiosa y me muerdo un labio—Fue tan lindo, estuvimos hablando por mensajes durante dos horas y no dejamos de decirnos cosas bonitas y...—Frunzo mi ceño cuando al voltear no encuentro a Abby.

Miro a mi alrededor y noto a la escuela vacia, estoy completamente sola y esta de noche. La luz de la luna se filtra por las ventanas dándole a los corredores un aspecto mucho más aterrador del que en verdad tienen.

—En el bosque todos duermen, en paz están...—Escucho cantar una voz femenina lo que suena como una canción de cuna, aunque sin saber de quien proviene y llegando a mi de todas direcciones como si fuera gracias al eco, logra estremecerme—Ninguna criatura sabe lo que vendrá...—Un ruido de un casillero cerrándose me hace saltar en mi logar y volteo rápidamente.

Hay una figura con túnica a varios metros de mí, en el comienzo del corredor, lo único que logro ver dentro de la capucha es oscuridad... Y dos ojos violetas brillantes, con la pupila rasgada como la de algún animal.

—Pero un alma está en pena y teme despertar, atrapada por el lobo que se la comerá.

Un fuerte grito me hace cerrar los ojos y tapar mis orejas con fuerza, intentando silenciar el eco que aquel causa en mis oídos. 

—Hey, ¿Todo está bien?—Pregunta Abby haciendo que abra los ojos y mire a mi alrededor confundida—¿Otra visión?—Susurra preocupada y yo asiento—¿Fue algo bueno?

Yo la miro como si aquel tipo de suposiciones fueran una estupidez, a está altura tendría que saber que cuando algo así sucede, lo primero que tendría que estar esperando es algo relacionado con su muerte. Pero supongo que así es Abby, manteniendo el optimismo cuando quiere.

—Bien, pregunta estúpida, ¿Sabes qué? Vamos al baño, parece que vas a desmayarte.—Yo agacho la cabeza mientras ella me toma del brazo para ayudarme a llegar al baño, donde me reflejo pálida y con ojeras en el espejo.

Yo miro mi reflejo preocupada ya que realmente no tengo un buen aspecto y decido echarme agua a la cara, Abby se mantiene a mi lado con expresión de preocupación y cuando me refriego los ojos y vuelvo a mirarme al espejo doy un pequeño grito que rompe los espejos: la figura de capucha está detrás de mí.

Al girar vuelvo a fruncir mi ceño ya que ya no me encuentro en el salón, sino en el salón de clases, pero al igual que antes, la oscuridad de la noche inunda el lugar y sólo unos pocos rayos de la luna logran atravesar las ventanas, otorgándome una buena visibilidad.

Veo algo escrito en el pizarra que se encuentra en la pared contraria a la que yo estoy, trago saliva aterrada y comienzo a dar pequeños pasos, lista para gritar cuan fuerte sea necesario en cuanto algo se acerque a mí de forma muy rápida. Luego de casi un minuto gracias a la velocidad de mis pasos al fin llego frente a la pizarra, puedo leer con claridad lo que hay escrita en ella, y frunzo el ceño cuando descubro que resulta realmente espeluznante.

—"Entonces el caos invadirá la tierra, sembrándose en el interior de cada ser, marcando el inicio del verdadero final"—Lee el profesor la cita en la pizarra, y yo no logro comprender nada, ni siquiera porque tengo la tiza en mi mano—Curiosa frase, ¿Por qué elegiste exponerla?—Pregunta y yo giro para encontrar a todos mis compañeros mirándome fijamente, al igual que el profesor.

Noto las miradas de Abby, Mason y Liam, ninguna de las tres me gustan y sinceramente, yo no tengo idea de como pase de apenas entrar en la escuela a estar en la última clase de la tarde.

***

—Bien, sabemos que esto no está bien...—Habla Mason ya una vez estamos en casa de Stiles—Pero hay que mirar el lado bueno, tal vez...

—¿Tal vez qué?—Pregunto yo mirándolo incrédula y tal vez en un tono en el que no me gusta hablarle—Algo que no fue Allison me estuvo controlando durante horas.—Remarco mis palabras ya que no creo poder explicar como lo simples que suenan para la horrible sensación aquello me causó—Y lo más probable es que si le decimos a los demás nos ignoren...—Miro al suelo por unos segundos y luego les dedico una mirada cargada de miedo a los tres presentes—Estamos solos.

Bajo la mirada nuevamente, aún sigo pensando como no pude tomar el control... Como no pude defenderme de lo que sea que me haya tomado por tantas horas. El saber que alguien estuvo usando tu cuerpo por tanto tiempo es horrible, te hace sentir tan... Débil e indefensa, yo... No quiero que eso vuelva a pasar.

No puede volver a pasar.

El brazo de Liam rodea mi cuello y apega mi cabeza a su pecha donde yo cierro los ojos y suspiro, mientras me concentro en los latidos de su corazón para tranquilizarme.

—Puede que estemos solos.—Dice ocasionando que yo lo mire cargada de temores, realmente eso no ayudo—Pero tú no lo estas.—Sus palabras logran llegar muy profundo dentro de mí y logran que un brillo esperanzado aparezca en mis ojos—Nos tienes a nosotros y no vamos a dejarte sola... Definitivamente no te dejaré sola.—Susurra esto último en mi oído.

Mason pone una mano en mi pierna y Abby en mi hombro, haciéndome saber que están conmigo, logrando que una pequeña sonrisa se pose en mis labios durante unos breves segundos.

—Necesito llegar a luna llena.—Digo más para mi que para ellos.

—Lo harás.—Asegura Liam a mi lado—Hasta entonces pretende que nada está pasando.

Yo giro los ojos aunque él no pueda notarlo.

Como si hacerlo fuera algo sencillo.