Sin memoria

1.5K 166 29
                                    

Me extendió una mano y antes de darle la mía,  lo examiné rápidamente, llevaba puesto el mismo uniforme que yo, así que me dejé levantar y traté de mantenerme de pie, pero la herida que me había hecho antes me dolía tanto que me resultó imposible esconder mi dolor. Él reaccionó lo más rápido que pudo y me recargó sobre sus hombros para ayudarme a caminar.

—Gracias

—Es lo menos que puedo hacer

—Yo... —callé antes de decirle todo.

—Lo sé, descuida, no fue tu culpa, en realidad pasaron tantas cosas que resultaría abrumador decírtelo todo en este momento... —suspiró— ni siquiera yo lo asimilo todavía. 

—Pero

—Fuiste controlado Tenzou, solo olvídalo —me interrumpió— después te explicaré todo. 

Me había dejado ayudar por él, pensando que lo hacía únicamente por el compromiso que conlleva el no dejar abandonado a un compañero, pero él me conocía bastante o eso parecía. Fue hasta la segunda vez que me llamó "Tenzou" que reaccioné. Solo unos cuantos conocían ese, mi verdadero nombre.

—¡Yamato-taichou!—interrumpió una voz joven.

Al darme cuenta de quién era, el dolor de mi pecho se me olvidó por un momento; con esa sonrisa tan despreocupada que lo caracteriza, su sonrisa que sorprende a cualquiera y te hace sentir tranquilo... y esos ojos entrecerrados que aun lo hacían parecer un niño...aunque ya no lo fuera, Naruto había sido como un segundo rayo de luz en aquel día. 

—¿Está bien Yamato-taichou? 

—Estoy bien pero.... estoy bastante confundido, qué pasó con Madara, Kabuto... —bajé la mirada—  No pude hacer nada...

—Yamato taichou.... ahora todo esta bien. Es una larga historia. Pero gracias a Sakura-chan y a... Sasuke, todo salió bien.

Volteé a ver su rostro y vi como surgió de él una sonrisa y una mirada segura y fuerte. Pero más allá de Naruto, vi por detrás a aquel ninja por el cual estuvimos meses fuera de la aldea. El último Uchiha, Sasuke y a su lado la señorita Sakura. Se veían tan diferentes a cuando los vi por última vez, ya no eran ningunos niños. Sonreí frente a la melancolía que me causaba dicha imagen y sentí tristeza al darme cuenta que mi labor como maestro había terminado. 

-Bueno, antes de que el equipo 7 regrese a Konoha después de mucho tiempo, Sakura, ¿podrías sanar la herida de Tenzou? —interrumpió mi ayudante. 

-¡Enseguida! 

Sakura acercó sus manos a mi pecho y su chakra de sanación comenzó a cicatrizar mi herida.

—¡Okey! Regresemos a la Aldea y comamos un plato de Ramen, ¡Yamato Taichou invitará!

— ¿¡Eh¡? ¡¿Estás viendo mi situación y solo quieres ir a comer?! —dije exaltado, con más energía después de que Sakura había terminado de curarme. 

De pronto mi estomago soltó un enorme rugido y todos comenzaron a reír. 

—¡Okey Okey!...vayamos a comer un poco de ramen. Aunque yo solo pondré una parte —Giré mi rostro resignado

—¡Perfecto! La otra parte la pagará Kakashi Sensei  —gritó Naruto al mismo tiempo que tomaba de los hombros de sus compañeros y los apresuraba a avanzar.

Antes de que pudiera decirle o preguntarle algo al joven rubio, ya se había alejado bastante.

—Bien, vámonos —me decía el peliplata a lado mio.

—¿Yo? Ah... si, ya voy —contesté y empezamos a caminar— oye

 —¿Qué pasa?

—Naruto mencionó a alguien, ¿Sabes quién es Kakashi?

El peliplata se detuvo en seco, me miró como si por el simple hecho de hacerlo le concedería una respuesta, pero yo no dije nada, me había parecido extraño la extrañeza de su mirada. Vi cómo soltó un suspiro y levantó la mirada, observando el cielo...

.

.


Un Nuevo CorazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora