¿Sandra verdad?

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Baje de mi auto y camine con el rostro muy seguro camine dentro del despacho y fui a la oficina de mi padre.
Sentía varias miradas sobre mi y fue cuando empecé a sentir algo de pena pero mi rostro no lo hacía notar.
La Secretaría que estaba fuera de la oficina de papá sólo me miro entrar como Pedro por su casa.

-Buen día.-tome asiento en la silla frente a su escritorio.

-Buen día, hijo.-colocó el lápiz que estaba usando sobre la mesa para mirame.-Vamos te voy a llevar a tu oficina y te presentaré a tu secretaría.

Nos acercamos a el escritorio de una chica de cabello largo y de color negro, se veía muy amable.

-Amelia.-dijo mi padre y la chica volteó a vernos.-Él es mi hijo Isaac, vas a ser su Secretaría.-mi papá me dio dos golpecitos en la espalda y se retiró.

-Mucho gusto Amelia.-le sonreí y estrechamos las manos.

-Mucho gusto señor Isaac.

-¡Oye no!-me sorprendí de que me llamara señor.-No soy tan viejo llámame, sólo Isaac... tan sólo tengo 23 años.

Ella rió y asintió, le sonreí y entre a mi oficina.
Sabía que el caso que tendría sería hasta dentro de dos horas así que tome mi tiempo encendí la computadora.
Todas las personas tiene redes sociales... hasta mi abuela tiene, Sophie también tenía que tenerlas.
Empecé mi búsqueda.
En Facebook la busque con todos los nombres en diminutivo que ella tiene y hasta por su nombre completo e hice lo mismo en Instagram.
Pero no había nada, no la encontré.
Me quedaba sólo media hora para seguir buscando empezaba a rendirme con este método... no la iba a encontrar.

El teléfono de la oficina sonó.

-Señ..-la interrumpo antes de que terminará.

-No Amelia, señor no.

La escuché reír.-Bueno... Isaac, ya llegó la persona del caso que debes resolver.

-Hazle pasar, por favor.-colgué.
***

Había tardado demasiado tiempo sólo hablando con mi cliente... No pude ni salir al almuerzo.
Y todo el problema por que no se encontraban los planos y testamentos de un terreno.

Salí de la oficina para ir a casa, ya no tenía que encargarme de nada hasta mañana que tenía una reunión con mi papá.
Aunque estaba muy cansado y un poco estresado sabía que era algo que no me estaban obligando a hacer.

Tenía algo de hambre así que fui por algo de comer al restaurante que había ido con mis amigos el dia anterior... era uno de mis lugares favoritos porque estaba al aire libre y me dejaría respirar todo el aire que necesitaba para relajarme.

Puse música en el reproductor del auto y suspire porque estaba puesta Hey there Delilah que me recordaba a Sophie.
Me transportaba a nuestros momentos juntos y al momento en el que sólo me dejo sin decirme nada... dejando sólo una maldita carta.
Ella esta tan lejos y tan cerca, no puedo verla sólo imaginarla pero sabía que seguía siendo la chica de la que yo me habia enamorado y si tenía algo diferente físicamente no importaría por que dentro de ella, sus sentimientos, su gentileza, su sensibilidad era lo que me hacía recordarla constantemente ¿Como olvidar a alguien que es tan hermosa por dentro como por fuera?
Siempre me preguntaba que estaría haciendo ella, si había pensado en mi, si me habia extrañado o si simplemente me habia olvidado.
"Cuando te encuentre" pensé... "cuando te encuentre seré el hombre más feliz del mundo"

Baje del auto y entre al restaurante.
Tomé asiento en una de las mesas más cercanas al balcón donde donde podría ver personas pasar y relajarme sólo mirando hacia abajo sin sentir tensión en mis hombros.

-Hola...-volteó a ver a la mesera de la otra noche.
Ella me estaba sonriendo, y yo le devolví la sonrisa como un gesto amable.

-¿Qué te puedo traer?

Ordene una pizza personal con patatas y refresco.
La chica apuntó todo y me miro de nuevo sonriendo de oreja a oreja... a decir verdad empezaba a asustarme.

-¿Puedo saber tu nombre?-dijo antes de irse.

-Isaac, mucho gusto.-extendi mi mano y la estreche con la suya.

-Mucho gusto, ya tu sabes mi nombre a menos que hayas botado la nota sin leerla.

-Ah no, para nada...-sonreí.-¿Sandra verdad?

La chica rodó los ojos poniéndolos en blanco.
-Zoé.

-Disculpa... tengo muy mala memoria.-musite.-¿Qué puedo hacer para compensar lo grosero que fui al olvidar tu nombre?

Ella volvió a la sonrisa que me empezaba a asustar pero esta vez mordió su labio y levantó una ceja.

-Salir conmigo...-dijo sin titubear.

Era una chica directa pero acepté salir con ella, como amigos... No era el tipo de chica que me pudiera hacer olvidar a Soph.

-Mañana.-afirmó sin tomar en cuenta mi palabra...

-De acuerdo, mañana viernes a las 7:30 de la noche.-la mire muy serio.-Emm...-la chica seguía ahí sólo mirándome mientras mi estómago regía.

Parecía que se había congelado en una sola posición... Dios estaba muriendo de hambre y esta mujer no reaccionaba.

-¿Zoé?

Ella sacudió su cabeza y volvió a sonreirme.
-Me... me puedes traer lo que ordene.
Zoé dio un salto y fue corriendo o eso esperaba yo por mi comida.

Pensaba que tal vez había sido un error aceptar salir con ella porque bueno... Parecía muy intensa, pero bien dice el dicho "no juzgues a un libro por su portada."

***
Capítulo dedicado a VanesaAlejandraVergaanesaa

Cuando Te Encuentre... (3parte De En Medio De La Tormenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora