-Capítulo 1-

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Una brisa golpeaba suavemente mi cara. Sentía la fresca hierba bajo mi espalda. Pétalos de cerezos caían lentamente de las ramas, sin rumbo fijo, balanceándose. Ya era primavera. La luz solar acariciaba mi piel. Los párpados me pesaban. Suspiré profundamente, y a continuación, dibujé una sonrisa estúpida en mi cara. Esta calidez relajaba mi cuerpo. Cerré los ojos lentamente, dejándome llevar por el sueño. Y desde aquel momento, perdí la noción del tiempo. 

Abrí los ojos de nuevo, lentamente. Me llevé el brazo a la cara para cubrirlos del sol, y dejé que se acostumbrasen a la luz. No sabía cuántas horas habían pasado durante este profundo sueño. Sólo veía el sol en lo más alto del cielo, iluminando y llenando todo de felicidad. A lo lejos jugaban unos niños con una pelota. El buen tiempo alegraba los días de todos. Sentía que me derretía bajo ese gran foco amarillo. Mi respiración se aceleró al percibir olores nuevos. Era el aroma de las flores. 

De repente, una gota cayó en mi nariz, y después de unas gotas más, comenzó a llover con más fuerza. Me levanté y comencé a correr hacia un lugar para cubrirme. 

Llegué hasta el centro de la aldea

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Llegué hasta el centro de la aldea. Tenía pensado correr hacia mi casa, pero escuché la voz de Naruto llamarme. 

-¡Sakura-chan! ¡Por aquí!-gritó, sacudiendo la mano. 

Corrí hasta el Ichiraku Ramen, y nada más entrar, solté un largo suspiro. Me dejé caer sobre una silla, frustrada. 

-Estoy empapada...-murmuré, de mal humor. 

Me escurrí la ropa y me llevé la mano al cabello. Naruto me miraba, divertido. 

-Creo que te has mojado un poco la ropa.-dijo, sonriendo. 

-No me digas...-suspiré-. Pensaba que no iba a llover hoy. 

-Aquí tienes.-entró Teuchi, el dueño del Ichiraku, con un gran tazón de ramen-. Vaya, tenemos una nueva clienta, Sakura. ¿Deseas algo?

-Muchas gracias, Teuchi-san, pero no tengo hambre.-contesté tímida. 

-Lo que pasa es que no tienes dinero para pagarlo.-dijo Naruto, mirándome fijamente. 

Me sonrojé y le miré, sorprendida. Maldición, Naruto ya me conocía demasiado. 

-Bu-bueno...-murmuré, cabizbaja.

-No te preocupes Sakura-chan, te invito.-ofreció Naruto, con una alegre sonrisa en la cara. Esa sonrisa tranquilizadora de Naruto, que dice que todo saldrá bien.

-¡Marchando otro ramen de pollo!-le dijo Teuchi a su hija, entrando a la cocina. 

-Muchas gracias, Naruto.-murmuré. 

Permanecimos unos segundos en silencio, mirándonos el uno al otro, hasta que se nos escapó la risa. Comenzamos a reírnos a carcajadas. No había una razón aparente por la que nos reíamos, pero lo hacíamos. 

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