Tu eres yo y Yo soy tu II

41 3 0
                                    

''La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos''    


Después de la discusión de mis padres, subo a mi cuarto y me arrojo hacia mi cama llorando, pensando en todo, mi cabeza esta un lío y es porque mis padres siempre discuten, no piensan que mi hermana y yo existimos, es como si ellos estuvieran en su propio mundo donde no piensan que hay dos adolescente que lo que menos quieren es ver a sus padres así.

Me acomodo bien en mi almohada, siento como mis ojos hinchados de llorar y lo que más quiero es dormirme, pero lamentablemente sufro de insomnio y mi medicina para dormir esta en la cocina y lo que menos quiero es bajar para verlos discutir o que después mi madre me recrimine por algo.

No tengo opción mas que tratar de dormirme, tampoco tengo tantos amigos como para distraerme un rato, mi mamá es muy estricta y severa, tal vez piensa que nos esta cuidando pero a mi me esta atrapando en mundo donde solo ella tiene la palabra y no me deja tomar decisiones.

Un mundo así no quiero.

Ahora que lo pienso, no tengo casi nada de amigos, mis únicos amigos son solo: Anna, Carlos y Coraline, pero con esta última solo tengo contacto por Facebook, se mudo a otra ciudad. Aunque no me siento sola en la escuela, me gustaría tener mas amigos como Anna y Carlos que siempre están rodeados de gente, las chicas de mi clase a excepción de Anna piensan que soy muy tímida y que soy incapaz de matar aunque sea una mosca, otras piensan que soy tímida para atraer la atención de los chicos, solo porque soy la única rubia en mi clase, ya creen que quiero la atención siempre.

Que poco me conoce la gente.

Mi madre tampoco quiere que socialice tanto porque piensa que mis amistades podrían ser mala influencia para mi. Esa parte odio de ella, que sea tan prejuiciosa con las personas, la verdad es que aveces no entiendo porque se caso con mi padre. Mi madre viene de una familia con dinero y pues mi padre no.

 Pero eso es de lo que menos pienso, lo que a mi más me gustaría, sería conocer nuevos amigos, incluso algunos que tengan los mismos gustos que yo, y también que mis padres no sigan discutiendo, eso seriamente me afecta que hasta aveces cambio mi humor repentinamente. Estoy feliz pero después me siento molesta. No tengo idea de que me pasa.

Tratando de aferrarme a mi almohada y consolidar mi el sueño, escucho como alguien abre la puerta de mi cuarto y es la persona que menos quiero en este momento, es mi madre y no tiene la cara de lucir feliz, solo puedo esperar lo peor.

-¡Hija!- grita mi madre- ¡Quiero tus cuadernos ahora!, ¿creíste que me había olvidado acaso?

-No- digo mas asustada que triste- Están en mi mochila

Veo como ella agarra mi mochila y empieza a sacar las cosas de ellas, mis cuadernos, mi cartuchera y lo que no quería que viera, era mi carta de confesión de amor a Carlos.

Hace tiempo le escribí una carta de amor a  Carlos pero nunca me atreví a darle. Pero con el paso del tiempo decidí que solo lo quería como amigo, así que esa carta quedo como un recuerdo de ese entonces, mi mamá nunca lo supo y yo no quería contárselo porque me criticaría de seguro. Pero ese día olvide esconder esa carta, mi mamá lo descubrió y lo leyó de arriba hacia abajo.

Pude notar su expresión, estaba molesta de eso.

-¿Es que acaso crié una hija que solo supiera hacer esto?- dijo furiosa- ¿Este tipo de cosas ocupa tu mente todo el tiempo?

-Es una carta que ya no sirve mamá, no le des importancia- digo casi temeraria

-Vete a la cama ya, que esta carta la quemare ahora- dice ella aún furiosa y posteriormente se va

Me quedo sentada en mi cama, mirando hacia abajo y veo como mis lagrimas vuelven. Es una sensación horrible, pero... ¿acaso voy a estar así siempre?

¿Estaría bien si esta vez decido ver como es el mundo, el que siempre mi mamá me prohibió ver? 

Estoy pensando seriamente en irme de esta cárcel, llamada casa. Tengo dos padres que no me comprenden en absoluto, mi madre me prohíbe un montón de cosa y no me deja salir a ningún lado, a no ser que sea la escuela. Casi no conozco a nadie de mi vecindario, menos a Anna y Carlos. Mi padre puede ser a veces mas dócil que mi madre, pero solo piensa en conseguir trabajo, nada mas. También esta mi hermana quien no es mas que una niña que aparenta ser una lady en casa, no somos cercanas, por más que somos hermanas. Nunca me he ido a divertir con mis amigos a algún sitio, mis cumpleaños casi siempre los celebro sola, mi madre esta trabajando, mi padre buscando uno y a mi hermana no le interesa. 

Odio eso, no quiero seguir así toda mi vida, pareciera que las ventanas de mi cuarto fueran rejas de una celda, veo a chicos de mi edad divertirse pero para mi eso esta prohibido, me irrita eso pero repentinamente me vuelvo depresiva.

Quiero irme de aquí, aunque signifique todo, aunque sea por un día, quiero experimentar cosas nuevas que me he estado privando. No se que día será, pero de aquí me voy, tengo mentalidad fuerte, tampoco me voy a deprimir siempre. Aunque sea un acto rebelde, quiero caminar con mis propias piernas.

Pero...

Ese día de experimentación, cambiaría mi sentido de ver las cosas, transformándome en alguien que nunca pensé que me convertiría.


Créditos al autor de la imagen.





Nacidos para matarWhere stories live. Discover now