Must Be Crazy (Kageyama X OC X Oikawa)

Capítulo 15

SORPRESA!

Os tengo que decir que todos los planes que tenía para esta semana, se han ido al garete xDDDD (Y mira que eran planazos). El tiempo no ha puesto de su parte, y esta lluvia asquerosa hace que me quede encerrada en casa :(

Pero buen, al menos voy a tener más tiempo para escribir :) Aburrirme no me aburriré tanto ^^

Veo que el hashtag #TeamKageyama se está haciendo muy famoso en los comentarios, y me causa gracia, porque es al único que queréis en este fic xDDD El pobre Oikawa me da hasta pena #Oikawatambiénsemereceamor xDDDDD (Sorry not sorry)

El caso, muchísimas gracias por todo... Sois los mejores! ^^ Tengo que decir que no queda mucho para que esto llegue a su fin :( Pero no os preocupéis, tengo ya algo que está en proceso de cocción e.e

AH! También gracias a los que habéis añadido esta historia a vuestras listas de lecturas, que en estos días han sido unos pocos ^^ MUCHAS GRACIAS!

Y ahora si, aquí tenéis el capítulo 15 :)

Muchos besos ♥

~(*3*)~

Cuando sonó la alarma indicando el final de las clases para que comenzara la hora del almuerzo, los nervios se apoderaron de mí, al igual que un sudor frío.

Kageyama me miró y me asintió para luego irse.

Vale, era el momento de ir tras el campo de fútbol y esperarle... Solo esperaba no encontrarme con mis amigas, porque no sabría como explicarles que no podía ir con ellas.

Cogí el bento que Hajime me preparaba siempre para que me trajera a clase, y con paso nervioso empecé a andar hacia el campo de fútbol. Su comida era deliciosa, pero sabía que en la situación que me encontraba, no iba a pegar bocado.

Estaba segura de que me gustaba Kageyama, pero a la vez estaba segura de que me gustaba Oikawa. Tenía que explicarle que necesitaba pensar las cosas y aclarar mis sentimientos hacia ambos.

Conozco a Oikawa desde hace años, y tengo claro que lo que siento por él es fuerte; pero Kageyama estaba escalando posiciones, y si seguía comportándose así de bien conmigo, desbancaría al mayor.

Cuando llegué a mi destino, pude observar que mi acompañante aún no había llegado, así que con cuidado, me senté sobre la hierba esperando por su llegada. Tenía el estómago cerrado por los nervios, por lo que comer no entraba en mis planes en ese momento.

Pude divisar a un grupo de chicos jugando al fútbol en la pista que tenía frente a mi. Al menos iba a estar algo distraída esperándole.

¿Y si no venía y me tenía allí esperando como una idiota? Como se le ocurriera hacer eso...

Noté como alguien se sentó a mi lado sin cruzar miradas conmigo. Los nervios se apoderaron de mi al verlo tan cerca. Sacó algo del bolsillo de su chaqueta, y me entregó el famoso batido de chocolate que bebía a esta hora, al igual que él tenía su leche, la que aún no había abierto.

Nunca me había fijado bien en Kageyama. Su perfil era muy bonito, además, con aquella expresión seria y ese brillo en los ojos, me tenía encandilada.

¿Desde cuándo soy así? Yo misma me sorprendía ante mis confesiones internas.

El silencio se hizo entre los dos. Ninguno era capaz de articular palabra debido a los nervios y la vergüenza de la situación; se notaba que eramos unos inexpertos en esto de las confesiones; pero, debía ser valiente y hablar claro con él. No podía dejar escapar esta oportunidad de aclarar las cosas.