Dulce Perdición

Capitulo 8

Byakuya llego de nuevo a la oficina de Bankotsu, el se encontraba limpiándose el rostro, al parecer la marca de las uñas de Rin habían sido algo profundas, le ardía.

- Ya esta encerrada. - hablo Byakuya entrando a la oficina.

- Es una mal agradecida. - dijo entre dientes --. Pero me las va a pagar y muy caro.

- ¿Que es lo que planeas?. - el moreno sonrió con malicia.

- ¿Como sigue la hermana de Rin?

- ¿Aome?

- Si.

- Pues al parecer un poco mejor. ¿Que es lo que ordenas?

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Yura caminaba de un lado a otro en el camerino, pues había llamado primero a Inuyasha ya que Rin le contó que eran novios así que el tenia que saber, pero llamo varias veces pero este tenia el móvil apagado, luego llamo a Sesshomaru pero también tenia apagado el móvil, ella ya no sabia que hacer, se estaba poniendo demasiado nerviosa al no poder hacer nada por Rin. 

Mientras Inuyasha, el estaba a la afueras del club, después de que Rin se fuera el no se quedo muy conforme con que fuera sola, así que se fue tras ella, y la esperaría por fuera, le daría la sorpresa, pero las horas pasaban y ella no salia cosa que comenzaba a preocuparle, quiso sacar su móvil personal (tenia dos, uno para el trabajo y otro personal) pero recordó que lo había dejado cargando, no podía llamarla del otro móvil por que ese era estrictamente de trabajo.

Llamo su atención ver que varios hombres llegaron en camionetas y se bajaron rodeando el lugar, vio que Koga venia ahí, no entraban al lugar, solo lo rodeaban, cosa que comenzó a pareceres sospechoso. Encendió su auto y se alejo un poco mas hasta que quedara escondido entre los arboles, saco su arma y se bajo para ir a investigar que era lo que trababan.

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Sesshomaru fue a la reunión que tendría con Sota, como no le gustaba ser interrumpido apago su celular ya que Sara lo llamaba mucho. 

- Por aquí señor, le mostrare el barco. - dijo Sota haciéndole una reverencia y una seña para que pasara por delante. 

Le mostró las instalaciones del lugar, era grande y parecía de lujo, lo cual era perfecto por que no se darían cuenta que ahí iban armas.

- ¿Es tuyo el barco? - pregunto el peli-plata caminando entre los pasillos.

- Si, herencia de mi padre.

- ¿Sabes que es lo que significa estar dentro de este negocio no?

- Si señor, se que al trabajar para usted le debo respeto, debo obedecerlo en todo... - fue interrumpido.

- ¿Que pasa si me traicionas? - su voz era severa, el que trabajara para el, tenia que ser valiente, que no le importara perder la vida.

- Si lo llego a traicionar mi castigo no seria la muerte, si no una lenta y dolorosa tortura.

- Así es. ¿Estas seguro de querer trabajar para mi?

- Si. - contesto seguro Sota, el peli-plata sonrió de lado e hizo una seña, Miroku llego con una maleta de tamaño medio y la puso frente al muchacho.

- Esa es tu primera paga. - Sota abrió la maleta y estaba llena de dinero.

- Gracias señor. - hizo una reverencia, el no contesto, en eso Jaken se acerco a ellos.

- Señor, tenemos que hablar en privado.

- Al fondo hay una oficina. - ofreció Sota.

Los tres caminaron a la oficina, mientras Sota se dirigía a la parte de afuera para no escuchar lo que hablaban. Una vez a dentro de la oficina, Sesshomaru se recargo en la pared cerca a la ventana viendo el cielo estrellado. Mientras Jaken comenzaba a hablar.