Mi Pequeño Sueño...| Larry Smut|

Capítulo 1.

Narra Harry.

Era un 14 de Octubre, había sol pero una ligera brisa de viento.
Me llamo Harry Styles, tengo 15 años, soy el pequeño bebé de mi mamá, estoy en 4 de la ESO y mis notas van muy bien, todo iba bien hasta que le conocí... Solo verle, esos ojos azules, ese perfecto cuerpo, sus abdominales, su perfecto abdomen... Todo de él era perfecto, perfectamente sexy.
Él es Louis Tomlinson, un chico de 17 años que esta en primero de bachiller, no, no le he acosado, pero mi amigo Niall, como dice él, tiene sus contactos y me a dicho información de Louis. No le he contado de mis sueños con él, pero dice que se nota que me gusta.

Al ver a este chico, sin camisa, en el campo de fútbol jugando, empecé a tener sensaciones desconocidas y cosquilleos en zonas donde nunca había tenido. Todas las noches soñaba siempre lo mismo, de diferente forma, pero lo mismo.

Era yo, en una cama. La habitación se me hacia desconocida menos él... Yo estaba desnudo en esa cama mientras él, Louis, acariciaba mi pecho haciéndome estremecer. Él también estaba desnudo y podía contemplar ese perfecto cuerpo desnudo...
Se ponía encima mía y besaba mi cuello lentamente y yo estaba en el borde de la locura... Hasta que desperté exhausto en la madrugada. Ese fue el primer día que soñé con mi querido Louis Tomlinson...

Hoy, 10 de Enero, sigo soñando con el, aún no me he atrevido a hablarle, Niall siempre dice que vaya, pero no puedo. Con solo verle mi miembro se pone duro y, a demás, me pongo tan nervioso que al hablar solo suelto idioteces.

En mi mente pienso cosas de él que no debería pensarlas, pero a la hora de la verdad soy muy tímido.

Me gustaría tener una oportunidad con él, poder dejar de ser tímido pero no puedo.

No hasta ahora, en clases de ciencias y me han dado la mejor noticia. Un trabajo en pareja y me toca con él.

Cuando terminaron las clases ¡Se acercó a mi! Dios no me lo podía creer.

-Hey, ¿hoy quedamos no?- dijo y me quedé bobo mirándole hasta que reaccione y asentí sonrojado.

Me dio la dirección de su casa y me fui sin poder parar de sonreír. Pero, a mitad de camino, me di cuenta una cosa, él quiere follar.

Bufe entrando a mi casa, comí y esperé a la hora en la que habíamos quedado.

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