Historias cortas sobre la pareja Harurin*. Cada capítulo contiende una historia diferente y no posee ninguna relación con el anterior o sucesor, en caso de que si lo tenga, lo dirá.
*Harurin: Haruka= Seme y Rin= uke. Aunque en la mayoría de los capí...
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— ¡Debe ser tu culpa, tú y tu nombre de niña!— dijo Rin furioso, golpeándose la cara con la palma de la mano. El hotel en donde había reservado una habitación venía con una "sorpresa" incluida: una única cama matrimonial.
- Es tu culpa entonces.- se defendió Haru tras el insulto.
- ¿¡Eh?! ¡Es tu culpa!
- Tu culpa. - dijo el morocho poniéndose en frente del pelirrojo.
- Tu culpa. - respondió Rin, imitándolo.
- ¡Tu culpa!- siguió diciendo Haru, subiendo un poco el tono de voz y acercando más la cara.
- ¡Tu culp...- Rin se detuvo, abriendo los ojos tras la escena. Él y Haru estaban a unos pocos centímetros de distancia, si seguían con la discusión podría ocurrir un desafortunado accidente.
Por otra parte el morocho, como acto de reflejo, se había apartado hacia atrás, sorprendido.
- Tsk... No hay tiempo para esto, ¡Traeré otra habitación!
Matsuoka corrió lo más rápido que pudo por las escaleras (hasta el punto de casi chocar con una pareja que venía subiendo). Llegando a la recepción para pedir otro cuarto y olvidarse de lo de hace un momento.
El intento había sido inútil, terminando ambos compartiendo la misma cama, dándose las espaldas. Luego de un poco de charla, ambos se quedaron en silencio durante varias horas.
Hasta que Nanase habló.
- Rin, ¿estás despierto?
- Sí.
- Sobre lo de hace un rato, antes de que fueras a la recepción...no tienes por qué ponerte tan incómodo, ni enojarte.
- N-No estaba incómodo, idiota. Además, si tú y yo nos besáramos por accidente no me enojaría contigo.
Ambos se quedaron callados durante unos segundos que parecieron eternos.
-... ¿y si no fuera por accidente?- preguntó Haru.
El corazón de Rin se aceleró. No esperaba eso para nada.
Volteó para ver a al morocho, quien hizo lo mismo, ambos fueron acercándose más sin darse cuenta. Hasta estar más cerca de lo que nunca habían estado. Un sentimiento e impulso mutuo los llevó hacia adelante, devorándose los labios uno con el otro. Siendo Rin quien se atrevió a introducir su lengua primero, seguido inmediatamente por Haru.
Estuvieron todo el tiempo posible besándose, aunque sin tocarse en lo más mínimo. Hasta que pararon por falta de aire.
- No sabía que los besos se daban con lengua.- dijo por fin Haru.
- ¿Fue tu primer beso?- preguntó Rin sorprendido y completamente rojo.
- ¿El tuyo no?
-...también.- respondió éste por lo bajo.
- Pensé que como eres todo un romántico...
- He tenido oportunidades- dijo el pelirrojo cortando a Nanase.- pero no tengo tiempo para pensar en esas cosas y aparte...
- Quiero más.- dicho esto, Haru se acercó dispuesto a seguir besándolo.
- ¿¡Eh?!- exclamó Rin, apartándose hacia atrás.- E-Espera, nosotros... bueno, ¿por qué hacemos esto? se supone que los amigos no deberían...besarse.
- Podríamos practicar, yo nunca he hecho algo como esto y tú tampoco.
Matsuoka se quedó pensando durante varios segundos esa propuesta repentina.
- Está bien...
Y siguieron besándose.
Luego de varias semanas tras el beso en Australia. Se había convertido en rutina las "prácticas" entre Rin y Haru. Justo esa mañana, apenas al levantarse, Rin tenía un mensaje de su compañero de besos.
"Tengo muchas ganas de besarte, ven lo más pronto que puedas a mi casa.
Nanase Haruka."
El pelirrojo miró el mensaje enojado. Haru estaba insaciable últimamente, llegando a tener hasta cuatro "prácticas" por día. No era algo que a Rin le molestase para nada, todo lo contrario. Pero empezaba a cuestionarse el porqué de ésta nueva rutina con su amigo de hace años. No sabía si era por puro placer o si había sentimientos de por medio.
Una vez en la casa de su amigo. Ambos pasaron a la sala, sentándose en el suelo.
- Te tardaste.- se quejó el morocho.
- ¡Acabo de levantarme! ¿Qué querías que hiciera?
- Dime, Rin... ¿te besas con alguien más aparte de mí?
- Por supuesto que no, suficiente tengo ya contigo.
Haruka sonrío por dentro, inclinándose hacia delante para comenzar el beso. El pelirrojo respondió enseguida, sacando jadeos de ambas gargantas. Estaban tomados de las manos mientras se las acariciaban con el pulgar, que era lo máximo que habían llegado a tocarse por el momento.
Por falta de aire, Haru paró el beso, quedando a unos milímetros de Rin, ambos con la respiración entrecortada.
- Soy adicto a tus besos, Rin.- susurró Nanase.
Matsuoka soltó una pequeña risa, volviendo a acercar el rostro sonriente.
- Te amo Haru.
Ambos abrieron los ojos como platos, apartándose, tras escuchar lo que el pelirrojo había dicho.
- Rin... - empezó a decir el morocho atónito.
- Y-Yo, lo siento, Haru... no es lo que quería...- Matsuoka no sabía donde meterse tras lo que sus labios habían soltado por si solos.- Será mejor que me vaya.
- No, Rin.- Haru tomó su cara con ambas manos, sonriendo.- está perfecto. Yo también te amo, siempre te he amado.
- Haru...- las lágrimas del pelirrojo comenzaron a desbordarse. No tuvo oportunidad de decir ninguna otra palabra, pues fue atacado por los labios de su nueva e inesperada pareja.
