t h i r t e e n

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—¿Jugar sucio? ¿Yo? Pfff —decía Rubén— Tú eres la que juega sucio y se toma lo que queda de cerveza.

—Tú eres el que jugó sucio primero.

—Venga ya...

Ambos soltaron un suspiro exasperado. Eleanor miró hacia el grupo a unos metros de ellos, que charlaban absortos en su conversación. Excepto Nessa, quien sonreía con complicidad mirando a la pelirroja ya que había presenciado la escena. Eleanor le guiñó el ojo, haciéndole entender que tenía algo en mente. Vanessa rió.

La alta chica se levantó del sillón sin previo aviso, y se encaminó a la cocina. Antes de entrar, le dedicó una mirada a Rubén, porque sabía que él la había estado observando y le sonrió de forma victoriosa, dándole a entender que debía seguirla.

Rubén se levantó enseguida, aunque no muy rápido para no llamar la atención, y la siguió hasta la cocina. Cuando abrió la puerta, Eleanor estaba de cuclillas en el suelo, mirando dentro de la nevera.

—¿Puedes creer que sólo consiguen dos packs de Heineken, pero compran mil packs de toda la mierda que pueda existir?

Rubén rió, y se acomodó a su lado, también de cuclillas. Pasó su mirada por la gigantesca heladera de dos puertas, pero ni rastro de buena cerveza.

—¿Te has fijado en el congelador? —inquirió él.

Eleanor levantó la cabeza lentamente, como si una idea innovadora hubiese cruzado su mente.

—No...

Ambos se levantaron, y ella abrió rápidamente el congelador. Pusieron sus cabezas bastante juntas, mientras conducían sus ojos por cada rincón de este, pero tampoco había rastro.

Eleanor giró un poco su rostro, encontrándose próximo al de Rubén, quien levantó un poco las cejas y también la observó.

—¿No me preguntarás otra vez? —dijo ella, con sus chispeantes ojos rodeados de un humeante negro.

—¿Qué preg...?

—Que si quiero salir contigo —lo interrumpió, antes de que finalice la oración.

Rubén mordió sus labios y le mantuvo la mirada fija.

—¿Te has pensado eso de salir conmigo?

Eleanor hizo una mueca unos segundos, como si estuviese pensándolo seriamente, hasta que por fin dijo:

—Todavía no estoy bastante segura.

Movió a Rubén para cerrar el congelador y la nevera, y caminó hacia la salida, no sin antes voltearse a guiñarle un ojo. Él quedó desconcertado.

No tenía idea de lo que pasaba. Primero creyó que Eleanor lo veía como un idiota por haberla observado mucho, después descubre que ellos no son tan diferentes, luego ella sabe más de lo que sus amigos saben de él y nunca antes habían conversado, después de eso se besan y ella tarda unos segundos en corresponder, posteriormente ella se va caminando como si nada; y acto seguido, cuando ella le pidió que le haga la misma pregunta, contesta que aún no está segura.

¡Y luego va y le guiña el ojo!

Frunció el ceño y se quedó en la cocina, frente al refrigerador sin saber cuál sería su próximo movimiento.

»beer« rdg.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon