Peluche

477 55 7
                                    


—Debes calmarte, Will— los dos niños estaban solos en su habitación. Era de noche y la única luz que se filtraba era de la de las farolas de la calle— por favor, solo deja de llorar — sintió ganas de llorar. Por lo general no le había afectado demasiado verlo llorar- algo de todos los días-

—Estuvo mal Bill, no debí hacerlo— callo al ver como su hermano empezaba a llorar— Bill, no estuvo bien.

— ¿Y estuvo bien lo que querían hacerme?— pregunto molesto— ¿ibas a querer que me hicieran daño? Y no me digas que hablando con ellos iban a detenerse, ellos no iban...

—Lo siento Bill...pero no entiendo como paso, como llegue tan rápido...Bill, es demasiado raro— se abrazó a su hermano con fuerza. Estaba asustado con el asesinato, pero también estaba en estado de horror por aquel fenómeno sin explicación lógica.

—Pero lo importante es que me salvaste, si no hubieras llegado a tiempo, algo realmente horrible hubiera pasado— beso su mejilla esperando que funcionara para calmarlo. Al ver que solo gimoteaba le beso su frente— ahora nadie sabrá que fuimos nosotros. Nadie nos vio y tenemos su celular, estaremos a salvo.

— ¿Estás seguro?— pregunto un poco nervioso por el tono tan seguro que empleaba el menor. Y la sonrisa que le acompaño solo lo puso más nervioso.

—Por supuesto Will, puedes confiar en mí— escucho como abrían la puerta. Phil había llegado a casa— vamos con él, tengo hambre— el niño de cabellos azules no tuvo otra opción más que obedecer al rubio. No quería desconfiar de él, de hecho ya no sabía en que creer. Solo quería no pensar en nada.

...

Era domingo. Todos hablaban de aquel misterioso asesinato doble que se cometió hacia dos días contras tres jóvenes en aquel parque. Todos estaban indignados con la policía que no encontraban ningún indicio para encontrar el culpable de aquella masacre. Todos estaban demasiado alterados por el acontecimiento menos los hermanos Cipher.

—Phil, levántate— insistía el rubio a su hermano mayor que seguía durmiendo plácidamente en su cama— no seas flojo, tenemos que ir a la iglesia— se le montaba encima. Will solo miraba aquella escena divertido y con algo de sueño. Era cosa de todas las semanas.

—Bill, vete a dormir es domingo— se quejó el pelirrojo. Esa semana había sido demasiado agotadora, además no quería ver como todos murmuraban con cierto nivel de morbo aquella terrible tragedia.

—Pero yo quiero ir— reprocho— vamos y después dormimos un rato más.

—No...déjame dormir— como si fuera un gato se le quito encima para seguir durmiendo. Bill le saco la lengua para irse enfadado a su cuarto seguido de un preocupado Will.

— ¿Por qué quieres ir? ¿No era que tenías miedo a las iglesias?— pregunto curioso al ver como el rubio había regresado a su cama.

—Yo no tengo miedo a nada, Will.

—Igual no te gustaba... ¿o quieres ver a Dipper? Phil dijo que no le verías.

Bill solo gruño para ocultarse en las cobijas. Sabía bien que se estaba arriesgando en ir al ver al castaño, que su hermano era demasiado sobreprotector veía que estaba mal que se juntara demasiado con un chico de 19 años. Era su mejor amigo- y el único- ¿Por qué lo veía tan mal?

—Él no es malo, Will y quiero verlo.

—Pero solo se preocupa por nosotros, Bill, además me tienes a mí— se sentó en la cama.

Demonios.Where stories live. Discover now