Capítulo 6

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Después de hablar un rato con la diva de mi amigo me sentí mucho mejor.

-Gracias, Kou-chan- sonreí.

-¡No me agradezcas, nene, que con esa cara de reo no se te podía ni ver!

-Creo que iré a hablar un rato con Subaru... A ver si enmendamos las cosas.- me arreglé el cabello, acomodé mi sombrero, practiqué unas cuantas sonrisas seductoras y levanté mi frágil muro contra el mundo.

Salí del baño caminando como el rey de todo, decidido a encarar al albino. Nada iba a frenarme.
  Lo esperé fuera de su salón hasta que tocó la campana para el receso. Apenas divisé su blanca cabellera entre la multitud, lo tomé del cuello de la chaqueta y lo llevé a un lugar alejado.

-¿Qué cara...?

-Subaru-kun, lo siento. No debí hacer eso.

Me tomó los hombros y me estampó contra la pared, arrancándome un suave gemido. "Hasta acá llegué..." pensé. "Me va a destrozar a golpes."

-Ra... Raito-kun... Yo... Yo...- se puso muy colorado. No podía dejar de mirarlo a los ojos, sentía sus manos temblando.
Nos quedamos en silencio, un silencio largo e incómodo.

-Olvídalo.- gruñó, soltándome.

-No, ¡ahora vas a decirme!- exigí.

-No.

-¡Subaru, necesito una respuesta! ¡He estado pasando una depresión enorme por ti! ¡Solo necesito una respuesta! ¿Me odias? ¡Sí o no!

-No- murmuró.

-Eso me basta.- caminé, alejándome de él. Me tomó por el cuello de la camisa y acercó mi rostro hacia el suyo, pero noté que temblaba.

-Yo... No sé besar...- susurró con pesar, sonrojándose.

-Es una suerte que yo sí sepa hacerlo, ¿verdad?- dije en el mismo tono suave que él había usado. Acerqué mis labios a los de Subaru, ya sentía su respiración chocando con la mía, acorté los centímetros que nos separaban y lo besé; esta vez no de sorpresa, esta vez no de repente, esta vez no sin advertencia.
  ¡Qué labios suaves los suyos! Quería más de él, lo deseaba, lo necesitaba. Quería arrancarle la inocencia a pedazos, hacerlo solo mío y no compartirlo con nadie.
  Sentí el impulso de meter mis manos bajo su camisa, pero me contuve, no pretendía asustarlo. Ya lo llevaría yo a la cama, donde podría dar rienda suelta a su miedo y a nuestras pasiones.
   Nos despegamos, yo, fresco como lechuga y él, jadeante y rojo como tomate. La ensalada perfecta. Una ensalada que combinaba su blanca inocencia y mi negra perversión.

Lo dije antes y lo repito, odio los capítulos que no alcanzan las 500 plabras. Pero al menos l@s dejo con cosishas zabrozientaz 7u7

See you 💗

Inocencia y Perversión [Raito x Subaru]Where stories live. Discover now