La tenia.

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Escondí mi cara entre mi casillero y la puerta abierta de éste. No quiero contestarle. No me siento preparada para volver a hablar con él, y ahora que lo pienso, no tengo por qué hablar con él, la verdad. Creo haber dejado todo muy claro. NO – QUIERO – SABER – NADA – DE – ÉL. Para mí Nicola no existe.

Respiré hondo y seguí acomodando mis cosas en mi casillero. Nuevos adornos, nuevas notas para hacer en el día. Solo tengo una foto mía y de mi familia y otra de Shey haciendo una cara graciosa con sus dedos en signo de "Paz", con la lengua de fuera y con su otra mano está abrasándome por la espalda y yo imito su pose, solo que un poco más seria que ella. ¿Extrañará el estar entre las fotos que siempre veo para tener un buen día? Tal vez sí, tal vez le importe un bledo.

Ya se fue, tal vez. Así que decido cerrar la puerta de golpe para dirigirme a mis clases. Mala idea. Ahí está recargado en su casillero cerrado mirándome serio, tal vez triste... ¿Triste? Sí, triste. Suspira varias veces y yo no puedo moverme. Será por nervios o solamente porque por dentro quiero que me diga algo, que se disculpe o que saque su chiste del día como en los viejos tiempos.
Pero eso ya no puede ser. Ni siquiera si dejamos el problema atrás. Ya nada será lo mismo. Vamos... en este verano pasó de todo entre nosotros. De todo. Nunca será lo mismo que cuando solo pasaba... lo de siempre. Nada.
Le dije que lo amaba, hicimos el amor... si se le puede llamar así, pues el nunca dijo lo que sentía por mí. También por eso estoy molesta. Tal vez por todo. Me engañó... podemos engañar a algunos todo el tiempo, podemos engañar a todos por algún tiempo... pero no podemos engañar a todos, todo el tiempo. O tal vez... ¿Si se puede?
Lo veo acercarse a mí a paso lento, mientras yo lucho con mi mente y mi corazón. Y más que nada... con mis piernas. Quiero que se muevan, que lo dejen atrás antes de que pase algo. No quiero hablar con él por nada del mundo. Respiro hondo y me resigno a tener que contestarle algo.


-Angie....- dijo él con un tono desesperado, pero cuidadoso- Quiero...
-¡Angie!- escucho la voz de Sheyla detrás de mí- ¿Qué haces? Tenemos que ir a clase, no dejes que algún imbécil te distraiga.


Mi dulce amiga Shey. Me salvó la vida. Agradezco a mi misma haberle contado todo lo que pasó en la playa. Me sacó de un buen lío.
Suspiro aliviada y no volteó atrás. Nicola pronto se dará por vencido y volverá con Francesca. Eso hace siempre.


Cuenta Nicola:
No pude ser más estúpido. La tenía. Tenía a la chica de mis sueños junto a mí y la perdí. Mi Angie, mi princesa... me odia, y tiene razones de sobra para hacerlo. Soy un completo idiota.
Durante todas las clases antes del desayuno, estuve pensando en ella, mirándola de lejos, intentando llamar su tención para explicarle lo que pasa, lo que me pasó las tonterías que hice y lo que no hice. Estaba tan feliz con ella, que me olvidé por completo de lo demás. Con ella los problemas no existían. La amo. Y haré hasta lo imposible para conseguir que me perdone.


-¿En qué piensas?- me preguntó Antonio si ahora uno de mis cercanos amigos a la hora del almuerzo- No has tocado tu pizza... eso ya es grave.
-Solo pienso en... Angie- Antonio, Rafael y Yaco eran los únicos que sabía todo lo que había pasado entre ella y yo.- ¿Hice bien en saludarla en la mañana?
-Pues no lo sé.- suspiró.- Si tu crees que estuvo bien, lo estuvo. Por algo lo hiciste. Quiero cambiar de tema, esto es muy... depresivo. ¿Sabes que habrá fiesta en casa de Sheyla por el inicio de clases?
-¿Ella?- pregunté algo sorprendido- Pero ella nunca hace fiestas, va a ellas.
-Me acaba de decir que hará una. Porque nadie se dignó a hacer una, o no avisaron.- rió mientras miraba su comida- Siempre tan oportuna ¿eh?
-¿Cuándo le dirás?- sabía muy bien a lo que me refería- Vamos... antes de que un idiota te la gane.
-Si se puede... hoy mismo- se mostró nervioso- Pero quiero que tu hagas las paces con Angie. No es lo mismo sin ustedes dos haciendo tonterías.
-Lo voy a intentar.- dije serio.- Ahora, por favor dime cómo lo harás sin vomitar.


Solté una carcajada y me levanté de mi lugar con Antonio corriendo detrás de mí, rogando por alcanzarme y darme un buen zape.

Las clases continuaron y todo pasó rápidamente. Estuve escondiéndome todo el tiempo de Francesca, aún no tengo el discurso que quiero darle al terminarla. No quiero lastimarla, y no quiero que mal entienda las cosas. Seré honesto y le diré abiertamente que me he enamorado de alguien más. Con el tiempo entenderá quién es esa chica.


Cuenta Angie:
A la salida Shey y yo nos encaminábamos al auto y ella soltó la nueva: ella será la anfitriona de la fiesta de la que tanto hablaban ese día.


-¿Y cómo es que nunca me enteré?- pregunté algo disgustada- Tu misma dijiste que esperabas saber quien era el que ofrecería la fiesta este año.
-Lo sé, es que no quería decírtelo pero... es obligación que vayas.- cerró los ojos con miedo a mi reacción.-
-Está bien, iré.- dije lo más serena posible- ¿Qué puedo perder? Para eso se inventó lo de ignorar a las personas.
-¿Segura?- preguntó- Nicola está invitado.
-No me acercaré a él y listo.


No hay problema... no existe ningún problema. Yo puedo ir a la fiesta sin armar escándalo, pasar desapercibida, y volver a casa con una sonrisa intacta. Lo puedo hacer y nadie me lo va a impedir.

Continuará...

  

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