No somos nada

247 15 0
                                    

En ese momento me siento culpable por todo. Como si yo fuera el que estaba manejando la motocicleta, como si yo fuera el destino, quien dañó a todas estas personas. Me senté sin ganas en una de las bancas de la sala mientras esperábamos respuestas del doctor.
Yo solo quería verla, estar a su lado y decirle que todo estaría bien. ¡Dios, Nicola! estoy hablando puras tonterías, es solo que... estoy confundido. ¿Por qué al enterarme de lo que pasó con Angie dejé a Francesca? Es decir... estaba a punto de llegar a otro extremo de nuestra relación, lo que siempre quise y de pronto se me hace muy poco. No es que me sienta importante... me siento como una basura. No sé que es lo que quiero ahora. Cuando estoy con Francesca siento que nada hace falta, pero cuando pienso en Angie ya no estoy tan seguro.

Estaba pálida, inmóvil en la camilla. Solo su respiración lenta se hacía notar en el movimiento de su cuerpo. Una pequeña herida resaltaba de su frente y estaba cubierta por una gasa pequeña. Odio que la gente dependa de una máquina. Tan solo pensar que si ella es desconectada de ese aparato, puede estar propensa a la muerte, me pone mal. Como si yo hubiera sido el imbécil de la moto.
Alex ya salió en muletas hace unas horas, y ella fue la que resultó más dañada, todo por ir detrás de ese estúpido. Ella está inconsciente y el muy relejado camino a casa y ni preguntó por ella. No se preocupó.

Acaricio su mano inmóvil, mientras suspiro de desesperación. ¿Por qué a ella? Es alguien muy especial para mí. Estoy siendo egoísta. Pero no puedo evitarlo. Ella no merecía esto. Mi mano, temblorosa, sostuvo la suya hasta llevarla directo a mis labios para depositar un tembloroso beso. Aún siguen siendo las manos más delicadas que he tocado en la vida.

-¿Cómo está?- preguntó el a mis espaldas- De verdad lo siento. Fue mi culpa.
-Lo sé, no tienes por que recordármelo- contesto fríamente sin voltearlo a ver- Tienes suerte de que esté viva. Si no... tú tampoco lo estarías por mi culpa.
-Nicola, amigo, fue un accidente.- tocó mi hombro y yo rápidamente se lo impedí moviéndome bruscamente.- Está bien... estás en todo tu derecho de enojarte. Pero ella está bien, pensemos en eso.
-¿Por qué no te vas?- pregunté con el mismo tono- Es decir... ¿Por qué no la dejas en paz?
-Porque aunque te cueste creerlo, yo la quiero.- lo miré y el estaba sonriendo- Tal vez la quiero más que tú.

La rabia se apoderó de mí y me abalancé sobre él tomándolo de los hombros con toda la fuerza que tenía. Lo miré fijamente y el no pudo ocultar su miedo.

-No tienes idea de cómo la quiero.- dije serio, pero dejé notar el enojo- Ella ha estado conmigo toda la vida y la conozco mucho más que tú. Así que no quiero que me digas que en realidad te preocupas por ella más que yo, porque solo pierdes saliva. Yo la quiero... como... una hermana.(-_-)
-Está bien, te entiendo, es como tu hermana.- sonrió descaradamente- Pero... Nicola... YO soy su novio. No tienes ni la menor idea de cómo la quiero, así que tu tampoco gastes saliva con tus discursos de... hermano.

Pensé que el era un estúpido, pero por mala suerte, se sabe defender. No quiero iniciar una pelea, no aquí. Pero este imbécil me está colmando la paciencia. Estaba a punto de darle un puñetazo en esa sonrisa de tonto pero escuché mi nombre... su voz, era ella. Había despertado.

-Nico...

Miré hacia ella y su mano estaba en el aire, esperando a que yo se la tomara. Sus ojos me miraban con un brillo que nunca había visto en otra chica. Y una débil sonrisa se formó en sus labios resecos.

-Angie- tomé su mano.- Al fin despertaste, estábamos preocupados por ti.
-¿Cómo te sientes?- preguntó Alex acercándose a ella.- En serio lo siento, lo siento mucho.
-No fue tu culpa.- dijo ella en voz baja- No fue culpa de nadie, fue solo un accidente.

Es increíble que ella sea tan linda con todos. Ahora daría todo por que Alex se fuera y me dejara tratarla con todo el amor que en verdad se merece. Tratarla como si fuera de porcelana y decirle todo esto que me pasa, aunque no se muy bien lo que es.

-Nicola... ¿Puedes dejarnos solos a Alex y a mí por favor?- preguntó ella tranquilamente- Tengo que hablar con él.

Guardé silencio y salí de la habitación para que "charlaran" a gusto. Por dentro pido que ella termine con él, pero también sé que el está igual de nervioso que yo por el simple hecho de que piensa igual. Y sigo con mi egoísmo...

-Nicola... ¿Cómo está mi hija?- preguntó la señora Arizaga.-
-Ya despertó.- sonreí para animarla- Se quedó platicando con Alex, su... amigo.
-¿Cómo se ve?- preguntó ella con algo de esperanza-
-No muy bien... pero está a salvo- espero que no haya sido muy frío con la respuesta. Miro su cara y compruebo que le es mas que suficiente- Para lo que sea... si me necesitan ahí estaré ¿si?
-Por supuesto Nicola.- dijo amablemente mientras sonreía- De hecho, necesito que me hagas un favor. Es solo que Angie va a necesitar ayuda, no está bien, estará adolorida. Su hermano irá de viaje con unos amigos y yo y mi esposo trabajamos casi todo el día. Necesito que ella esté bien, y como en esta semana salen de vacaciones... bueno... ¿Podrías hacerme el favor de cuidarla?
-Claro que si.- dije sin pensarlo- En serio, sería bueno... porque quiero arreglar las cosas. Es que hemos peleado mucho estos días.
-Si, lo noto. Ella ha cambiado mucho desde que no habla contigo. Te extraña.
-¿Eso cree?- pregunté- Bueno... como sea, haré lo que me pide. Delo por hecho.
-Tengo que entrar a verla- dicho esto, pasó de largo y entró a la habitación donde estaban Angie y ese.

*+*+*+*+*+*

Al día siguiente, al entrar en la habitación del hospital, ya la encontraba mejor. Estaba lista para marcharse con su ropa normal y su cabello recogido en una coleta dejando ver su cara fresca, en comparación al día anterior. Le sonreí y ella hiso lo mismo.

-¿Cómo estás?- pregunté- ¿Te sientes bien? ¿Te ayudo con algo?
-No gracias.- dijo ella sonriendo de una manera hermosa- Solo quiero ir a casa a descansar.
-Angie...- suspiré- Por favor no vuelvas a subir a la moto con ese salvaje.
-¿Por qué no?- preguntó ella cambiando su mirada- Fue un accidente Nicola.
-No quiero que te pase algo. El te puede hacer daño.
-Claro que no Nicola.- ya no era la tierna chica de hace unos minutos- Tu puedes hacer lo que quieras ¿no? Entonces déjame hacer lo que yo quiera. Lo que se me apetezca. Es todo. No te cuesta nada. Y si mal no recuerdo... tu y yo no somos nada .

Salió de la habitación y me quedé paralizado. Ella se había ido. Mi amiga de siempre se había convertido en alguien que podía hacerme sufrir con tres simples palabras. Tres palabras que me llegan al corazón y se clavan como estacas. "No somos nada" .

Continuará...

The Story Of Us ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora