The Story Of Us ♥

Es... raro.

Así es... todo va a estar bien.

-¿Puedo dormir contigo?- me preguntó cuando llegamos a mi habitación.- Me da miedo estar solo.
-Sí cómo no.- reí- ¿Estás seguro? Soy rebelde para dormir. Pateo, aviento... hago ataques nocturnos.
-Estás loca.- me abrazó de nuevo y me besó por décima vez en esta noche.-
-Espera...- dije al entrar a la habitación- Ahora regreso.

El salió a mirar por el balcón mientras yo me ponía el pijama y cepillaba mis dientes. Me miro al espejo y me encuentro diferente. Muy diferente. Feliz, con los ojos llenos de un brillo extraño aunque bonito, una sonrisa que podría dejar atrás al gato de Alicia en el país de las maravillas. No literal. Me siento hermosa, me veo hermosa.
Salgo del baño y entro a la cama. Llamo a Nicola y el aparece sin camisa detrás de las cortinas. Sonriendo, se acuesta a mi lado y me abraza. Está frío, fresco. Pero pronto su piel se hace más cálida. No veo la diferencia... es igual de cómodo. Suspiro y me escondo en su pecho. No decimos nada, solo estamos ahí acariciándonos. El mis hombros y yo sus brazos. Besa mi frente y acaricia mi cabello mientras yo me quedo dormida con una sonrisa en el rostro.

+*+*+*+*+

-¿Qué tal este vestido? Es bonito.- esa frase la lleva diciendo todo el día. A mi mamá no hay quien la pare si de compras se trata- Hija, se que no te gustan mucho los vestidos pero éste es bonito.
-Si... algo- con mi comentario y mi expresión, creo que le dejo más que claro que no me gustó...- ¿Qué tal estos lindos jeans?
-Pero si dijiste que te gustó este vestido.- bueno... intento fallido.- Solo déjame comprarte éste, úsalo, y ya verás como te acostumbras.
-Está bien- solo para que no siga con el tema.- Lo comprare... bueno... tu lo comprarás de hecho.
-Hija, si me quedara, yo me lo compraría- dijo al ir caminando hacia la caja- Te verás muy linda. Quizá conquistes a un lindo chico hoy en la cena... Fiorella consiguió reservación para pasar una noche en el crucero ese tan bonito que queríamos. Una cena y mañana a las diez de la mañana nos devuelven al hotel. ¿Bonito no?
-Preferiría quedarme mirando televisión mamá... no me gusta la idea de gastar tanto dinero... ya se que no es mío pero ¿Podríamos ahorrar un poco no?
-Aprecio que te preocupes, pero hija... son vacaciones. Los únicos días en el año en los que me puedo divertir sin que sea por los comentarios de Jose.
-Está bien. Ya, dejémoslo estar.

Hoy no pienso hacer nada para molestar a la gente, o a mi misma. Me han pasado cosas tan bonitas y no lo voy a arruinar. Hoy cuando desperté tenía a mi lado a Nicola. A mi mejor amigo que me hace sentir que toco el cielo, lo traspaso y me voy al infinito.
Ya no es solo un amigo... no sé lo que sea, pero amo estar así con él. Es más caballeroso que de costumbre, me respeta, me besa, me abraza más de la cuenta, me dice cosas hermosas, en fin. Me hace sentir especial y eso no lo cambio por nada del mundo. Nada. Así tenga que usar un vestido que odio, sé que el verá el lado positivo y la pasaremos bien. Así es... ya sabía lo de la cena. El mismo me lo contó esta mañana al alistarnos para bajar a desayunar.
Tuvimos que hacer varias jugadas para que no descubrieran que estuvimos en la misma habitación. Corrimos, reímos y nos tuvimos que despertar rapidísimo. Pero fue otro recuerdo que me quiero guardar sin contarlo a todo detalle. Es un momento de esos que no puedes contar porque te da un ataque extraño que tampoco quiero explicar. Así es el amor... se te van las ganas de hablar, pero te entran unas ganas interminables de demostrar con hechos. No con palabras.

-¿En qué piensas hija?- me preguntó mi madre cuando entramos al hotel de nuevo.- Todo el camino estuviste muy callada.
-Nada... o más bien dicho... todo.- suspiré y reí- No lo sé.
-Entiendo. ¿Cuándo lo conoceré? ¿Es lindo? ¿Está aquí?- preguntó, como leyéndome el pensamiento- ¿O ya lo conozco?
-Si.
-¿Si a qué?- preguntó interesada-
-Solo te diré que acertaste en algo.- le di un abrazo- Tengo que irme, voy a prepararme para la cena.

Subí a mi habitación preparé todo y decidí ponerme el vestido para la cena. Mi madre merece eso. Y mucho más. Me di un baño, me maquillé un poco, me acomodé un poco el vestido lila con blanco, me puse unos zapatos a juego, con un pequeño tacón, para no exagerar. Me dejé el cabello suelto, me puse perfume y guardé un poco de ropa en una maleta pequeña. Dado que hasta mañana regresaremos al hotel.
Bajé hacia el lobby, y mi madre ya estaba lista esperándome. Desde que me vio casi aplaudía por verme con vestido. Yo honestamente no estaba muy cómoda. Pero tenía que hacerlo solo una vez. Solo una. Y mi mamá estaría feliz.
Cuando subimos al crucero, no veía a Nicola por ningún lado. ¡Se supone que es una cena familiar por favor! ¿Dónde está? Suspiro y me acomodo el cabello mientras mamá va a ver algunas cosas de nuestra mesa en la cena.
Me quedé recargada en la pared mientras veía mucha gente elegante pasando de un lado a otro, tomándose fotos, y tratando de quedar bien. Eso me molesta... existiendo tantas cosas bellas en el mundo, tantas personalidades únicas... las personas tiene que actuar todas iguales.
A lo lejos veo a un chico lindísimo... se ve espectacular con su ropa normal. El único de muchos que está vistiendo como realmente es... creo yo. Me mira y sonríe. Con razón se me hiso tan increíble. Es Nicola. No se tomó la molestia de vestirse elegante. Con solo usar una camisa negra, y unos pantalones blancos está más que bien consigo mismo. Por un momento me siento ridícula al usar un vestido. No estoy siendo yo misma, pero tampoco trato de aparentar nada... solo quiero hacer sentir bien a mi madre.

-Hola.- llegó y me dio un abrazo- Casi no te reconocí así.
-Ya sé... es raro.- suspiro- Me veo rara.
-Nada de eso...- quita un mechón de mi frente- Te ves hermosa.
-Gracias... bueno... tú te ves... normal.- sonreí- Es bueno.
-¿Bueno?- me escrutó con curiosidad-
-Si... eres tú mismo siempre. Me gusta eso

Me mostré algo tímida, el tomó mi barbilla y me dedicó una sonrisa amable. Me tomó de la mano y entramos para buscar al los demás.

Continuará...