Dura realidad

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Cuenta Angie
Miré su mano extendida en frente de mí y pensé ¿Esto es verdad? ¿Él está ofreciéndose a ir conmigo hasta el auto de la mano? Mi mano tembló por un segundo, dudé y toqué la piel de su mano. Al fin sentía esta sensación que siempre soñé. Es igual a como lo sueño. Nuestras manos entrelazadas. Estoy temblando y no importa. El sonríe feliz y es lo que me interesa, dirijo la vista hacia la puerta y el de pronto suelta mi mano bruscamente. ¿Qué paso?


Mi corazón se aceleró por un momento, pensando que él se había dado cuenta de su acción y lo había dejado por miedo a que yo no le correspondiera o algo así. Pero miré a mi izquierda y vi a Francesca acercándose a él. Claro... yo no soy ni la mitad de lo que es ella. La miro de arriba hacia abajo: Cabello castaño claro demasiado largo y bien cuidado, piernas largas y bronceadas con esos tacones enormes que están de moda. Una pequeña blusita color rosa pálido combinada a la perfección con una falda corta de tela clara. Y luego dirijo la vista a mi atuendo. Esta blusa a duras penas muestra mi figura. El pantalón así no me favorece por ser demasiado bajita y estos zapatos azules sin tacón, no me ayudan en nada. Soy una niña atrapada en el cuerpo de una joven de diecisiete años.
La saludó amablemente con un beso en la mejilla. Yo solo la saludé amablemente. Francesca es la capitana de porristas y jefa del alumnado, no es como las típicas chicas de su clase. Es buena persona por decirlo así, pero nunca deja de hablar sobre ella misma o sobre los asuntos relacionados con ella misma, por así llamarlos.


-¿Van hacia la escuela?- dijo sonriendo, a lo que nosotros asentimos- Vaya, pensé que se irían a otro lugar y me vería obligada a acusarlos.
-No, claro que no.- dijo Nicola con una sonrisa- ¿Quieres que te lleve?

"Espera... ¿Qué?"

-¡Ah claro! No sabes lo necesitada que estoy.- dijo llevándose una mano a su pecho fingiendo dramatismo-. Mi auto murió y no tengo quien me lleve.
-Si quieres puedo pasar por ti todos los días, no es problema- dijo Nicola emocionado- Y si quieres también te acompaño después de clases.
-¿Me harías ese favor?- dijo ella aún dramatizando- Eres un amor.


Emprendí mi marcha hacia la puerta del copiloto. Ese es mi lugar y Nicola siempre me lo ha dicho. "Es que tienes mirada de águila" me dice todo el tiempo. Estoy por abrir la puerta y Nicola me toma de la cintura levemente para apartarme. Miro hacia mi izquierda y Francesca habla por su celular última tendencia.


-Déjale este lugar.- dijo, o más bien rogó- Por favor dulce y linda Angie ¿Sí?
-Claro que no. ¿Qué tal si ella necesita lentes?- dije como excusa- Se ve que es algo distraída.
-¡Vamos! Solo por hoy.- dijo mirándome con esa táctica que el sabe muy bien que funciona- No hay mucho tráfico como para que me ayudes.
-Uf, está bien.- dije vencida por esos ojos color azul- Pero si terminamos estampados contra la pared, no me digas que tengo la culpa... si es que sobrevivimos. Y la culpa fue de tus hormonas locas.


Nicola solo soltó una de esas carcajadas sinceras y lindas que tanto amo en secreto, me tomó de la nuca enredando un poco de mi cabello en sus dedos, me acercó a él y me dio un beso corto en la frente. No siento el amor, amor. Es como... cariño de hermanos. ¡¿Por qué no siento el amor, amor?! Ah, ya se... porque el no me quiere de esa manera.
Subí a la parte de atrás pasando por alto mi pequeño problema: Me mareo yendo sola en los asientos de atrás. ¡No, no! Es enserio. Desde pequeña me ha pasado. Por eso nunca tomo un taxi... no confió en ir a lado del taxista, la verdad. Pero bueno, me estoy saliendo del tema.
Acomodé mi bolso en mis piernas y mire al frente como niña buena. Pero por dentro estaba que ardía... en plan de molestia, claro. Hice mis manos puños cuando Nicola le abrió la puerta amablemente a Francesca y ella solo se dignó a sonreír. Nicola es así de caballeroso con todas las chicas, conmigo también ¿eh? Y yo le digo un cortés "Gracias" y a el le gusta eso. ¿Es un punto a mi favor no? No... ya sé que no.


-¿Avril Lavigne?- preguntó Francesca con tono de desagrado cuando Nicola encendió la radio, reproduciendo la parte de la canción Complicated, en donde nos habíamos quedado antes de entrar a desayunar- Vaya, Nicola.
-¿Qué pasa?- preguntó preocupado- ¿No te gusta?
-No, claro que no. Se me hace muy pesada.- dijo ella desconectando el iPod del estéreo- No pensé que te gustara la música así.
-No es mi estilo tampoco- mintió Nicola.- Es solo que Angie me pidió que la pusiera porque a ella le gusta, y decidí ser cortés.

"Oh, vaya, ahora la culpa la tengo yo"

-Ah, ya veo.- dijo la chica sonriendo- ¿Tienes algo de Taylor Swift?
-Si, eso creo. Espera.- Rebuscó en su lista de canciones y encontró "You belong with me" ¿Cómico no?- ¿Te gusta?
-¡Hay si! Es una de las mejores.- chilló emocionada y se puso a cantar el coro-


Y así fuimos todo el camino. Ella cantando y riendo con Nicola, quien de hecho no "notó" que yo seguía en ese auto. Ni una palabra. Solo miré aturdida hacia la calle. Esto es depresivo, a veces las calles me deprimen. Y más cuando es verano y llueve mucho. Lo bueno es que aún estamos en marzo.
De pronto sentí algo en el estómago. ¿Un golpe? ¿Mi corazón ya se bajó a ese lugar? Sentí que los panqueques saldrían en cualquier momento de una manera no muy grata. Por suerte, habíamos llegado a clases. ¡Por una vez en la vida agradezco al distrito estudiantil! Bajé y al fin toqué tierra. Todo se acomodó. Suspiré y vi cómo Nicola tomaba a Francesca de la cintura y se proponían a entrar sin mí. Me recargué en el auto con mi bolso y mis libros en mis manos. No podía despegar la vista de él. Es tan... perfecto. Para mis ojos lo es. Todas las atenciones que le brinda y ella ni siquiera agradece.
Camino y llego hasta mi casillero. El de Nicola es el que está aun lado del mío y como era obvio, el ya no está ahí. Lo abro y hay miles de fotos suyas y mías juntos. Desde que éramos niños. El con su traje de astronauta que lo hacía ver más bajito de lo que era, el recuerdo de cuando se nos cayó el primer diente el mismo día. Ambos sonriendo con esa "ventana bucal" y mostrando nuestro respectivo diente caído. El besando mi mejilla en la boda de su hermano Fran... ¿Por qué demuestra esa clase de cariño conmigo? Solo me da más alas. Saco mis libros y siento como me empiezan a hacer cosquillas en el vientre. Es él, ha regresado. Río diciendo su nombre y volteo hacia el encuentro de sus ojos brillantes.


-No querida, no soy Nicola- ríe fuertemente y llama la atención de los chicos del pasillo. Es Sheyla. Mi mejor amiga... mujer. – Por cierto ¿Ya viste con qué panquesito la está pasando hoy? Francesca Lazo. Querida, tú eres mejor.
-Si, pero el no me ve de esa forma. Ya olvidémoslo Shey.- cierro mi casillero empiezo a caminar a clase. Sheyla, es la única que sabe de este problema mental que tengo- Tengo que irme, presiento que hoy estaremos tu y yo solas.
-¡Si, suerte en química!- grita mi rubia amiga. Y yo me desvanezco entre la gente al ir a mi salón de clases.- 


The Story Of Us ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora