Ellos comenzaron a caminar hacia la salida y yo me gire para ver aquella casa, me había dado felicidad y muchas risas, pero también soledad y lágrimas, mi corazón se saldría en cualquier momento si no me iba de ahí, con lágrimas en los ojos me despedí y me fui.

Nadie jamás sabría de mi dolor.

*




La noche era fría y yo perdía poco a poco el control de mí mismo, me dolía el pecho y estaba comenzando a sudar, esos eran los efectos de estar lejos de Louis, estaba a punto de desmayarme cuando llegamos a esa linda casa frente a una gran laguna, era el sitio perfecto y esa casa la había comprado años atrás para Louis, ahora sería mi hogar.

Mis piernas estaban débiles, me aferre el hombro de Charly e intente tranquilizarme.

—Tranquilo—el me tomo de la cintura cargándome de manera fácil.

Yo miraba el techo de madera de aquella casa mientras iba en los brazos de ese alfa, no dejaba de llorar, sabía que estaba a punto de derrumbarme, lo sabía.

El querido Charly me dejo sobre la cama de la que sería mi nueva habitación.

—Por favor déjenme solo—suplique abrazando con fuerza la almohada.

Ellos me obedecieron como siempre. No lo soporte más, comencé a llorar con las ganas de sentirme mejor, no quería que doliera, necesitaba olvidar. Ese amor lo tenía que convertir en resentimiento, en odio, pero ¿Cómo odias a alguien que le hizo feliz? Eso es imposible, al menos para mí lo era.

Los recuerdos me apuñaban por la espalda.

El momento justo cuando conocí a Louis, cuando lo conocí dos veces, el primer beso, la manera en la que me miraba, la primera vez que hicimos el amor, cuando me marco, estaba tan enamorado, tan lleno de luciones y le di todo el amor que pude. Me esforcé día con día para ser un buen omega. Le di mi tiempo y lo esperé cuando fue necesario. Pero él lo dijo. Se aburrió de mí.

Pero él me dijo "Para siempre" con esa sonrisa única y aquel brillo en los ojos. Me dijo que me cuidaría, que no dejaría que nadie me lastimara, pero eso solamente fueron palabras.

Enterré mi cara en la almohada rogando porque todo fuera un sueño. Me dolía, era como si me estuvieran rompiendo por dentro, como si alguien me hubiera quitado la mitad de mi. Pero a pesar de ese maldito dolor, sé que fue la mejor decisión ¿Qué caso tenia seguir con Louis? No me miraba, no me tocaba, ya no había nada, todo lo que tuvimos desapareció. El ya no me ama, era mejor dejarlo solo, para que no se sintiera culpable.

Mi tortura apenas comenzaba, supongo que algo estaba pagando, quizá me lo merecía. Había perdido mi único sentido para existir.

Los meses pasaban y yo seguía en cama llorándole, no cesaba el dolor, parecía que dolía cada vez más, lo veía en los espejos, lo soñaba, escuchaba su voz, sentía su olor, me estaba volviendo loco, y yo no podía olvidarlo. Él estaba ahí presente.

Me asile de todos, me dedique a llorar y a recordar, de eso vivía de recuerdos, de esos momentos en los cuales éramos felices, esa manera tan sutil de mirarme, sus manos sobre mi cara, sus besos, sus ojos, su cabello todo, las noches de pasión.

Los recuerdos dolían más que su ausencia.

Un día me levante de la cama, me mire en el espejo, no había nada de mí, solamente un ser sin brillo en los ojos, mi cabello era un asco y estaba demasiado delgado, no sabía cuánto tiempo había pasado en la cama, supongo que fue mucho.

Ese día me armé de valor y me di un largo baño. Aun podía sentir sus manos tocándome, me sentía mal. No podía quitarme su olor. Quería dejar de sentirlo. Después de aquel baño me amarré el cabello y decidí dejar de llorar. Era el momento de continuar, porque sabía que jamás olvidaría.

—Alan—susurro mirando como aquel demonio aparecía detrás de mí.

—¿Deseas algo?

Me gire hacia él y le sonríe, era lo menos que merecía.

—Gracias por cuidarme—le toque el hombro soltando un pequeño suspiro—Les debo mucho. Jamás olvidare esto en verdad.

—Es mi deber cuidarte y lo sabes y no me cuesta nada—agacho un poco la cabeza.

—Hace mucho que dejaron de inclinarse no quiero que lo hagan, me hacen sentir más de lo que soy, pero en verdad muchísimas gracias. ¿Alguna novedad? —pregunte acomodándome la playera blanca.

—Sé que no debería decir eso. Pero Louis lo ha estado buscando, incluso acudió con Zayn, ahora los dos lo buscan.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente, escuchar su nombre me erizaba todos los bellitos.

—Encárgate de que nadie jamás me encuentre ¿De acuerdo?

—Así será—Alan era un sol tenía que admitirlo. Era alto, fuerte y guapo lo que toda omega quisiera, y tenía unos ojos marrones hermosos, era el chico perfecto, anqué jamás me había fijado en su belleza.

Tenía miedo de preguntar, pero al final tenía que decirlo.

—¿Cuánto tiempo estuve encerrado? —pregunto sintiendo como aquel nudo en la garganta de comenzaba a formar.

—Un año—dijo bajando la mirada.

Yo lo había sentido como una eternidad. Un año sin salir de la cama, sin escuchar su voz, sin verlo, sin olerlo. Un año sin él.

Ya no quiero amarlo.

Quiero que deje de dolerme.

Necesito comenzar a pensar en mí.




*


Hola buen sabado :D espero que se la pasen bien y descanzen todo el dia, disfruten del sabado muchos besos.

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Pure and Perverse- Larry StylinsonWhere stories live. Discover now