Capitulo XIII.

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Narra Harry.

Salí de ese sitio sintiendo como el corazón me latía en la garganta, a cada paso que daba sentía hundirme, veía sin mirar, estaba a punto de desmayarme, pero necesitaba ser fuerte, lo único que me quedaba era yo mismo, no podía flaquear si yo había tomado mi propia decisión de ir a ver el "trabajo" de Louis.

Había estado dos siglos pretendiendo que nada estaba pasando, los primeros diez años dolieron muchísimo, el solamente se giraba y dormía, ya no me decía que me quería, no me miraba con amor, no sonreía, solamente estaba ahí, y cuando decía que me amaba su voz se escuchaba fría, yo estaba tan temeroso de que el tuviera a alguien más, podía oler otros aromas, apestaba a omega cuando el entraba.

Mi mundo se cayó a pedazos frente a mis ojos y yo no podía hacer nada. No hice nada para evitarlo.

Me dolían los recuerdos, aquellas palabras que Louis me decía, todos los años que fuimos felices. Pero todo eso había quedado en el paso.

Un día simplemente me canse, comencé a ignorarlo como él lo hacía, yo aún tenía la gran ilusión de que él se diera cuenta de mi frialdad, pero él seguía de la misma manera, las veces que hicimos el amor no era lo mismo, el ya no me miraba a los ojos, no me besaba, nada, solamente me penetraba y listo, yo deje de sentir pasión, me convertí en un tempano de hielo.

Comencé a disfrutar mi trabajo, descubrí que asesinando gente olvidaba el dolor que me resignaba a sentir. Encontré una salida a mi soledad, dejé de llorar, e intentaba dejar de extrañarlo, pero era imposible.

Hasta que un día decidí verlo todo por mis propios ojos, tenía que darme cuenta con qué clase de hombre compartía mi cama, la verdad no esperaba verlo solo, sabía que me estaba engañando. Y lo confirme, sabía que mis ojos no me mentirían, mi corazón se negaba a creerlo, pero todo era verdad.

Sabía que todos me miraban, solamente quería desaparecer de ese lugar.

Al llegar a casa sentí una nostalgia horrible aplastarme el pecho, tantos recuerdos, no podía permanecer en ese sitio. Tenía que largarme de ahí antes de que me volviera loco.

—Por favor Alan, te pido que recojas todas mis cosas y las coloques en las maletas que están en el closet—suplique mirando a uno de mis mejores demonios.

El solamente asintió y subió corriendo, me recargue en la pared y eche la cabeza para atrás, me estaba muriendo por dentro.

Aunque quisiera dejar de llorar me era imposible, lo veía todo nublado, sentía un enorme nudo en mi estómago, no llevaba ni un día lejos de Louis y sentía como mi vida terminaba ahí.

Un día me dije a mi mismo, que sin Louis seguir existiendo no tenía sentido, inclusive elegí a Louis sobre mi propio hijo.

¿Acaso no era suficiente? ¿Qué más quería de mí? Le fui devoto todos los días, él se encargó de que yo lo amara más y más ¿Cómo olvidar al amor de tu vida? ¿Cómo sacarlo de tu pecho? ¿Cómo iba a sobreviviré sin él?

Se lo había dado todo. Lo deje entrar y simplemente lo echo a la basura.

—Todo listo—dijo Alan mirándome con pena, no me hacía sentir mal, seguramente me veía fatal.

Le sonreí y asentí tranquilamente, sequé mis lágrimas para ver mejor. Aspire mi nariz y respire profundamente, era tiempo de dejar todo atrás, de comenzar de cero y no perderme en el intento.

—Iremos a Austria—les dije a ambos, sus caras lo decían todo—No quiero que nadie sepa en donde estoy, ya saben qué hacer. Vámonos—mencione seguro de lo que decía.

Pure and Perverse- Larry StylinsonWhere stories live. Discover now