V

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Sehun acabó congeniando de una extraña forma con el gerente del restaurante donde trabajaba. Al comienzo había sido complicado, pero siendo Luhan de quien se trataba era imposible no ceder. No sabía si llamarlo "amigo" todavía sin embargo, tenían más bien una relación informal de hyung-dongsaeng... Con los roles invertidos.

"Hyung, ten cuidado con eso". "Hyung, mira por dónde vas". "Hyung, no te distraigas". Ya había perdido la cuenta de las veces que había repetido cosas similares. 

Todos los días llegaba al trabajo y estaba al pendiente de Luhan más que de cualquier otra cosa, no podía evitarlo. Trataba de desempeñar un buen rol como mesero, pero en el último tiempo no había podido concentrarse en sus tareas al cien por ciento. Aunque estuviera sirviendo una mesa o tomando una orden, sus ojos estaban clavados en Luhan rondando por ahí con su descuidada y estrafalaria forma de ser. Este hyung era torpe, distraído y muy, muy obtuso y era adorable, no mentiría, pero se volvía un impedimento a la hora de la verdad.

No es que fuera cien por ciento consciente de lo que hacía, pero cualquiera que conociera a Luhan no dudaría en comportarse de la misma manera.

-Hyung, ¿qué estás haciendo?

Luhan levantó su mirada mientras terminaba de vestirse. -¿Qué tal?- Preguntó con una sonrisa. -¿Me sienta?

Nunca tenía idea de lo que pasaba por su cabeza. Gran parte de Luhan era esta forma de actuar bastante improvisada e insólita.

-Ese no es el asunto. ¿Qué estás haciendo?- Insistió.

-Cambiando mi uniforme.- Contestó con naturalidad.

Su malhumor se acrecentaba cuando intentaba razonar con él, debía hacer un esfuerzo enorme cada vez para no dejarlo salir. Luhan solía tomárselo todo muy literal.

-Me refiero a qué es lo que tienes planeado cambiando tu uniforme.- Fue más exacto esta vez.

-¡Oh! Pues, he estado un tiempo moviéndome por todas las áreas y creo que ha llegado el momento de atender las mesas.

¿Quería ser mesero? Es verdad que ya no actuaba tan tímido alrededor suyo, pero con el resto de la gente era un tema aparte.

-¿Estás seguro? No quiero ser aguafiestas, pero no puedes ir ahí y quedarte mudo. Tendrás que hablar con las personas y llevar muchas cosas a la vez. Cosas frágiles y fáciles de romper.

Luhan titubeó un poco, pero se mantuvo decidido. -Lo sé, no tienes que recordármelo.

-Estás temblando.

-No, no lo hago.

-Sí, sí lo haces y esto no pinta muy bien.

-¿Por qué eres tan pesimista? Sólo observa.

No era pesimista, simplemente no creía necesario que tuviera que exponerse a situaciones que más tarde le generarían angustia. Quiso decir algo más, pero Luhan se fue antes de que pudiera. Con un suspiro, no le quedó más que observarlo como le dijo que hiciera. Más allá, algunos de sus compañeros comentaban por lo bajo.

-¿Qué está haciendo el gerente?

-Otra de sus locas ideas, supongo.

Luhan se acercó a una mesa de recién llegados destilando seguridad por todos sus poros, pero cuando el par de extraños lo miró, se quedó congelado. Sehun fue con ellos y posó una mano sobre su hombro.

-Los atenderán enseguida, disculpen.- Excusó con gentileza.

Se lo llevó hacia el pasillo de los vestuarios donde no había nadie, lo apoyó contra la pared y dejó que se recompusiera del ataque a solas y en calma, lejos del ajetreo del frente y la cocina.

Arrebol (HunHan)Where stories live. Discover now