Me iba a dar un ataque al corazón. Estaba muy nerviosa por su cercanía, por lo que el corazón me iba a mil por hora, incluso lo escuchaba en mis oídos.

Pude sentir los golpes que estaba dando Hajime en la puerta de mi habitación, lo que me hizo salir del asombro en el que me encontraba.

-¿Estás bien? ¿He escuchado un grito?

Mi mirada no se apartaba de la castaña mirada del chico que estaba conmigo en la habitación, el cual me miraba fijamente, por lo que me encontraba en un estado de hipnosis del cual no quería despertar nunca.

El pomo de la puerta se movía, pero debido al peso que estábamos ejerciendo Toru y yo sobre él, mi hermano no podía abrir la puerta.

-¿Quieres abrir?- la voz de Hajime se notaba entre molesta y asustada.

Toru me hizo una señal con el dedo poniéndoselo sobre los labios, mientras él apartaba su mano de mi boca, para que le contestara a Hajime. Él no debía saber que su mejor amigo se encontraba en la habitación de su hermana pequeña, sino todos sabíamos que la existencia de Oikawa Toru iba a desaparecer.

-E-E-Estoy desnuda, Hajime- fue lo primero que se me ocurrió, y fue lo peor que pude decir porque vi a Oikawa sonrojarse más de lo normal, al igual que yo, que bajé la mirada avergonzada.- N-no pasa nada... Solo que casi piso a uno de los gatitos, y me había asustado.

Estaba en tensión. El tono de mi voz no era muy creíble, pero era lo primero que se me había ocurrido.

-Me has asustado, tonta. Creía que te había pasado algo- me relajé al escuchar aquellas palabras- Bueno, pues no te molesto más.

Seguía escuchando desde el baño "Trust Me", y para mi era lo único que podía escuchar en ese momento junto al fuerte latir de mi corazón.

Sentí como Hajime desaparecía de la escena y bajaba las escaleras, dejándonos a Toru y a mi en la misma posición desde que llegó.

Levanté la mirada y creo que fue lo peor que pude hacer. Oikawa senpai me miraba con sus castaños ojos, penetrándome con ellos. Sus ojos de cerca eran más bonitos de lo que me imaginaba, y la sonrisa que se formó, también.

-Eres mucho más bonita de lo que pensaba, Mika-Chan.- dijo en un susurro.

La respiración se me cortó cuando pasó una de sus grandes manos por mi pelo para poner varios mechones húmedos detrás de mi oreja. Su mano era muy cálida y suave, a pesar de que se las dañaba mucho por el volleyball.

Sin poder hacer nada al respecto, su rostro fue acercándose al mío y posó sus suaves labios sobre los míos, dejándome muy sorprendida por lo que estaba haciendo.

Jamás pude imaginarme que esto iba a pasar algún día. No entendía el porqué me besaba, si yo pensaba que él únicamente me quería como a una hermana menor... Pero esto que estaba pasando me demostraba lo contrario. Me besaba con una dulzura que no había experimentado nunca. Era mi primer beso, y era el primer beso con el que siempre había soñado. No me importaba que tuviera novia, él estaba besándome a mi, a la hermana menor de su mejor amigo, alguien muy joven para él, o eso es lo que siempre he pensado.

Me dejé llevar por el beso y cerré los ojos disfrutando del momento. Si aquello era un sueño, no quería despertar nunca.

Con cuidado, Toru se separó de mí, apoyando su frente con la mía, y me acarició la mejilla con suavidad. Tenía una suave sonrisa dibujada en su rostro.

-Lo siento, Mika, pero no he podido resistirme a tus encantos.

Con un brillo especial en los ojos lo miré, como si se tratara de alguna divinidad. No podía seguir creyéndome lo que acababa de pasar, y todo gracias a Hajime.

Iba a contestarle algo, pero las palabras no salían de mi boca.

Cuando quise darme cuenta, la calidez del cuerpo de Toru se había ido. El castaño se había alejado de mi, poniendo una distancia prudente entre los dos.

-Será mejor que me vaya. Iwa-Chan estará buscándome como un loco- me dijo con una sonrisa.

Lo único que pude hacer es asentir. Él se acercó nuevamente a mi, y depositó un suave beso sobre mi cabeza.

-Disfruta de la cena, princesa.

Y con aquellas palabras, y aquel sobrenombre tan bonito que me había puesto, Toru salió de mi habitación, dejándome allí muy sorprendida y muy ruborizada.

¿Realmente había pasado lo que yo creía que había pasado? Y ante todo, ¿para qué había venido a mi habitación exactamente? ¿En serio había tenido el placer de besar a Oikawa Toru?

Puse las manos sobre mis sonrojadas mejillas y me dejé caer en la cama, perdida en mis bonitos pensamientos... Aunque sabía que lo que acababa de pasar era una locura.

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Must Be Crazy (Kageyama X OC X Oikawa)Where stories live. Discover now