PRÓLOGO

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-¿Qué? ¿Qué rayos? -Expresé mientras escuchaba otro vidrio seguramente de alguna botella de Vodka o Whisky, estrellarse contra el piso de marmol de la mansión.

La fiesta estaba en su clímax y todos aquellos adolescentes hormonales y descontrolados iban de acá para allá bailando, ligando y tomando, algunos fumando, todo se estaba saliendo de control y tanto mis hermanos como yo, íbamos a pagar las consecuencias. Mis padres volvían en la mañana y podría asegurar que eran más o menos las cuatro de la madrugada

No tendríamos tiempo ni para levantar los cristales de la vajilla favorita de mi madre ni mucho menos para bajar los jamones con mostaza que se habían quedado pegados en el enorme candelabro que colgaba del salón principal de mi hogar. Las alfombras árabes estaban más sucias que mi conciencia y un gato sin pelo yacía sobre las reliquias japonesas de mi padre.

Un desastre, un auténtico desastre, no recuerdo ni cómo empezó todo esto, Melissa seguramente se encontraba encerrada en su habitación tratando de estudiar para el parcial que se nos venía encima el Lunes, pero igual no se salvaba del castigo, ella había ayudado con el DJ y a comprar todas las bebidas, yo me encargue de invitarlos a todos y Christian había conseguido el mejor bartender de la ciudad, pero se nos había salido de control.

Los invitados habían traído gente colada, y esos colados, más colados.
Agradezco que la mansión sea enorme, no estamos tan apretados como pensé pero también iba a meterme en problemas

Lo bueno es que las escaleras que daban al segundo piso estaban completamente bloqueadas por una puerta de madera y detalles en cobre, era muy bonita pero resistente por lo que nadie podía acceder a las escaleras, el jardín y la cocina estaban cerradas, el comedor, la biblioteca, el estudio y todas las habitaciones del piso principal estaban cerradas bajo llave, era bueno y malo a la vez ya que nadie podía acceder a otro lugar que no fuese el salón principal o alguno de los ocho baños de la primera planta, lo que significaba que todo el desorden iba a concentrarse en un solo lugar y los empleados iban a tener mucho que ordenar.

Y yo... Yo posiblemente no saldría de casa hasta los 70 años

Melissa no iría a su presentación de ballet el martes próximo

Y Christian... Bueno a él se le acumularía otro castigo más, nada muy grave para el

–¡Gerónimooooo! – gritó un chico antes de tirarse desde una silla hasta el piso, estrellándose contra el piso, escuche unos cuantos cristales más romperse, burlas y cuando escuché un gemido, fue cuando supe que las cosas estaban completamente fuera de control

¡Vaya mierda!

Me abrí paso entre la gente buscando a Christian, sin éxito, choqué con un cuerpo fuerte y bastante grande, mire hacia arriba encontrándome con unos ojos miel que me observaban con curiosidad

Carajo

Qué bueno esta.

–Lo siento, ha sido culpa mía. –Expresé. –¿Haz visto a Chris por aquí?

Él sonrió con sorna y me miró fijamente.

–Por el bar

–Gracias

Me detuvo del brazo y ahí pude ver completamente sus facciones, demasiado guapo para ser real.

Aunque se me hace conocido.

–¿Cómo te llamas?

Sonreí

–Kaetheniss Mc.Carmee

Me devolvió la sonrisa y me soltó del brazo

–Liam Zoelle, un gusto.

Se dio la vuelta y desapareció entre la multitud

¡Un momento!

¿Será posible...?

–El... –Comencé a perder aire. –Si es... Si es real.

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I'm Yours [SIN EDITAR] -LIBRO3Where stories live. Discover now