Capítulo especial

581 102 12
                                    

Mi fin de semana fue del horror, no quise ver a mis amigos y no hice absolutamente nada, InuYasha me había decepcionado en una manera impensable.

Dejé la carta en su casillero, quería que supiera que me arrepentía de todo lo que siento por él, de haberle mandado cartas, en fin, de todo.

Caminé por el pasillo, y me encontré con Koga, pero solo lo saludé con las manos y él entendió que era mejor no hablarme, mi aspecto era terrible así que decidí ir al baño y ponerme algo de maquillaje, tal vez un labial.

Cuando salí, vi como InuYasha, caminaba a toda prisa, hecho una furia y me percaté que tenía mi carta arrugada en una de sus manos para mi mala suerte, él me vio y se me acercó.

—Kagome ¿podemos hablar?— me quedé de una pieza, me asuste un poco, él se veía no furioso, sino triste.

Sólo asentí con la cabeza.

Para mi sorpresa él me tomo la mano y me condujo al patio trasero de la escuela, donde habían unos arbustos y unos asientos.

—Mira, se que esto te parecerá extraño, te conozco hace muy poco y el viernes me comporté muy brusco contigo— hizo una pausa y luego continuó, esta situación me parecía irreal— pero...— continuó— pero confió en ti.

No supe que responder.

—Tu no tienes idea de lo que me esta pasando pero tengo un problema con una chica.

—¿Kikyo?— pregunté tímida.

—No, por supuesto que no, es que...— se notaba nervioso— te dije algo de una chica que me manda cartas.

No quería escuchar nada de lo que fuera a decir sobre mi, así que hice ademán de irme pero me detuvo.

—Espera, no es nada de lo que crees, es que, ella se volvió en alguien sumamente importante para mi pero parece que la he jodido y ya no quiere escribirme y la verdad es que me siento muy triste— su mirada estaba perdida.

Yo me sentí mas perdida aun, esto era algo que no podía creer.

—¿Por qué me dices esto a mi?— fue lo primero que salió de mi boca, ya que era la verdad, estaba muy desconcertada.

—No lo se, pero me Inspiras muchas cosas, Kagome.

Me puse extremadamente nerviosa.

—Lo siento, pero debo irme— y me paré sin que pudiera detenerme.

Esto ya esta malditamente complicado.

Tomé mi decisión y voy a decirle quien soy yo.

Cartas a mi amor imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora