Capítulo especial

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Después de dejar la nota sentí como mi corazón se partía, estaba entre la espada y la pared, había decidido no aceptar el chantaje de Sesshomaru pero el solo hecho de pensar en ser humillada y rechazada por InuYasha, me hacía pensar que no tenía otra opcion.

Esta situación esta mas allá de lo que podía imaginar nunca pensé en verme expuesta a este punto, caminé lentamente por los pasillos de la escuela y para mi desgracia, pude divisar al culpable de todo esto.

Decidí hacer como que no lo había visto, pero era lógico que no podría tener tanta suerte.

—Oye, niña— dijo despectivamente Sesshomaru.

Francamente, ya lo estaba odiando.

—¿Qué rayos quieres?— pregunté desafiante.

—Hoy en la tarde me dirás tu respuesta.

Y se largó ¡valla novedad!

Me sentía terriblemente angustiada, sabía perfectamente que mis posibilidades con InuYasha eran nulas pero ¿y si no?

—¡Kagome!— me giré al oír mi nombre— ¡hey!

Koga me miró preocupado.

—¡Hey! ¿qué sucede? Tus ojos están muy tristes.

No aguanté y me arrojé a sus brazos a llorar con una nena pequeña, Koga era mi mejor amigo y en quien confiaba, además el es el único que sabe lo de las cartas, después del idiota de Sesshomaru.

Después de contenerme por un rato, explotó.

—¿QUÉ TE HIZO EL BESTIA ESE?— gritó furioso.

—No, nada, no es él, es toda esta maldita situación de las cartas, me esta complicando la vida— Koga me limpió las lágrimas.

—Ya sabes lo que pienso al respecto, debes decirle— negué con la cabeza— cabeza dura— suspiró mi amigo— en fin, te buscaba porque tengo una buena noticia— sonrió.

—¿Qué? ¿Kikyo se cambió de escuela? ¿Sesshomaru murió?— me sentí mal al decir lo último.

—¿Sesshomaru? ¿qué tiene que ver él?— solo subí mis hombros— en fin, InuYasha le dijo a Bankotsu que no pelearán, al menos no por ahora.

Que felicidad escuchar eso.

—¿Hablas en serio? Y ¿Bankotsu se quedo así, sin mas?

—Claro que no, Bankotsu quiere acabar con él, pero en realidad no se más allá— sonrió Koga.

—Gracias— suspire.

—Ve a clases, Kagome y tranquila— me abrazó, depositó un beso en mi frente y se marchó.

(...)

Al fin las clases terminaron y había tomado la determinación de no aceptar el chantaje, después de todo, había pensado que, tal vez, si tenga la oportunidad con InuYasha, él me ha demostrado real interés, bueno a la chica de las sombras pero soy yo.

Sonreí y me dirigí a la biblioteca para la ayudantía con mi amor imposible y para mi sorpresa él ya se encontraba ahí.

Caminé hacia el muy contenta.

—Al fin llegas— soltó molesto, me pareció que más de lo normal.

—Vine a penas salí.

—No me importa, comencemos.

Le mostré la guía que tenía preparada, y él se dispuso a hacerla, me hizo un par de preguntas ocasionales y continuó realizando los ejercicios, en cierto modo, estaba contenta que la química le entrará.

—¿Por qué estas tan serio?— me atreví a preguntar, InuYasha me miró algo desconcertado.

Dudó.

—¿Sabías que hay una niñita estúpida Mandándome cartitas patéticas?

No supe que responder, así que solo negué con la cabeza, sentí unos mareos espantosos.

—Bueno así es, es una ridícula, no me importa en lo más mínimo.

Mis ojos ardían, Sesshomaru tenía razón.

—Si la conociera, solo me reiría de ella.

BASTA.

—Tengo que irme.

Tomé mis cosas y me largué, mis piernas temblaban y quería vomitar, las sensación era horrible.

Salí a toda velocidad de la escuela y para mi desgracia, ahí estaba él, mis lágrimas corrían sin parar.

Maldita sea.

—¿Qué rayos te pasa niña?— bufó.

—Esta bien— dije entré lagrimas— acepto.

Me fui sin querer saber más nada.

Cartas a mi amor imposible Where stories live. Discover now