Capítulo especial

704 101 11
                                    

—¡Por favor! Tienes que ayudarme en esto— supliqué.

—Déjame en paz, Kagome, no lo haré.

Hice una mueca de desaprobación ante las palabras de mi mejor amigo.

—No pongas esa cara, además, aún no entiendo tu interés por el idiota ese— Koga colocó ambas manos en su cabeza y comenzó a caminar— yo fui más inteligente y rechacé ese estúpido desafío, se perfectamente la clase de gente que son Bankotsu y los suyos.

—Koga, entiende, él no podrá solo, has algo para impedirlo— volví a suplicar.

Koga se detuvo un momento y me miró a los ojos.

—Te gusta— afirmó— claro que te gusta.

Negué rápidamente.

—No hace falta que te tomes la molestia de negarlo, lo veo en tus ojos— sonrió— te gusta este idiota.

—¡No!— grité.

Koga sonrió dejando ver todos sus dientes perfectos, sus ojos azules, brillaban más que nunca.
Se acercó a mi y me dijo al oído:

—Mentirosa— arrastró las palabras— te conozco muy bien.

Maldición es cierto.

—Bueno, supongamos que hipotéticamente es cierto— me costaba decirlo— bueno, supongamos que de mentira, porque no es cierto, me gustara— hice una pausa— ¿me ayudarás?— y solté un suspiro.

—Bueno si fuera cierto, lo haría pero como es hipotéticamente, no me interesa en lo más mínimo lo que le pase al bestia ese— comenzó a reír.

Sabia muy bien que Koga estaba jugando conmigo pero aun así, él era mi mejor amigo de siempre y era él único que me podía ayudar en esto.

—Digamos que no es tan hipotético— solté rápido.

—¡Lo sabia!— Koga comenzó a reír otra vez, ya no aguanté y lo golpeé, ya me tenía harta.

—¡Ay! ¿Y eso?— me miró y estaba furiosa— bueno, me lo merecía— aceptó.

—Aclarado eso, debes evitar esa pelea— dije firme.

—Será algo imposible— respondió pensativo— la única solución que veo, es... ayudarlo.

—Él nunca lo permitiría.

—Pero no si no sabe que estoy ahí, solamente necesitamos saber cuando será el encuentro y yo lo ayudo.

Era mi única opción, Koga era muy rápido, estaba en el club de atletismo, era fuerte y muy inteligente para diseñar estrategias, era el aliado perfecto en contra de la pandilla de Bankotsu.

—Supongo que tienes razón, no creo que InuYasha desista de la maldita y absurda pelea— suspiré resignada.

—Correcto— sonrió— bueno debo irme tengo práctica, tu, asegúrate de averiguar todo— miró por encima de mi hombro y sonrió— ah y ahí viene tu amor— y se largó.

Me di vuelta y vi que venía InuYasha con Miroku. Me apresure a irme pero escuché mi nombre.

—¡Kagome!— era Miroku acompañado de él.

Genial.

—Oye, necesito tu ayuda— sonrió— es respecto a Sango.

—Miroku, por favor ya te dije.

—Pero quiero demostrar que por ella estoy dispuesto a cambiar— su mirada demostraba que era sincero.

—Miroku, hablaré con Sango pero no creo ser de mucha ayuda, tu debes demostrar de verdad tus intenciones y ella después decidirá— lo miré unos instantes— haré todo lo posible, se muy bien que se siente no ser correspondido.

Lo mire a él y me sorprendí al ver que él me estaba observando, luego ambos miramos al piso.

—Como sea— dijo él— después nos vemos Miroku— hizo ademán de irse y luego se detuvo— Kagome... eh... nada, olvídalo— y esta vez si se fue.

—Eh, bueno es que esta curioso sobre como sabes de su pelea con Bankotsu.

Esta era mi oportunidad.

—Eh, pues me lo dijo un amigo— no era una mentira, después de todo— y dime, ¿ya saben dónde y cuando será el encuentro?— pregunté inocentemente— porque me imagino que él no se echará para atrás.

—Imaginas bien, pero aun no ha venido Yakotsu a darle las indicaciones— dudó un momento— ¿sabes por qué Bankotsu tiene entre ceja y ceja a InuYasha?

—Por supuesto que no— esto ya se estaba poniendo extraño.

—Bueno, es por la familia de él, más que nada por su padre, es una especie de "venganza"— hizo el gesto de comillas con sus dedos.

No supe que contestar.

—Bueno Kagome, me voy y gracias por tu concejo.

Lo mire hasta que se perdió en el pasillo.

Tengo que ir a la biblioteca y dejarle una carta a InuYasha, esta situación es mucho más seria de lo que pensé.

(...)

Listo, ya tenía la nota lista, ahora solo tenía que ponerla en su casillero, la estaba guardando cuando una voz me habló dejándome helada.

—¿Qué escondes ahí?— InuYasha no apartaba la vista de mi carta.

Cartas a mi amor imposible Where stories live. Discover now